Jason Bourne rebuznó:
godai rebuznó:
VoltaireAgain rebuznó:
no godai no defiendo a los usa , ademas tu acusacion iba contra las empresas usa , no contra el gobierno usa que como ya te he informado tiene unas leyes antimonopolio fortisimas y ya se ha cargado varias multinacionales .
yo defiendo la verdad ,no la propaganda antiyanki q en cualquier momento sacais los progres sin tener ni puta idea de lo que hablais.
Joder si les estoy acusando de
entrenar a Ben Laden,
de armar a Sadam y sostener las tiranías petroleras de dónde coño sacas que no les acuso?
Imbecil eso es mentira
Lo mismo que Francia Y Alemania.
Seré imbécil pero tú no eres más que un lacayo rastrero. Seguro que tú y Aznar sois los únicos cretinos que aún creen que Sadam tenía las armas de los huevos. Qué triste colega. :?
Algunos hechos para la reflexión (no para tí, bastante tienes con juntar letras y que se entienda)
-En diciembre de 1979, miles de soldados soviéticos entraron en Afganistán para impedir el derrumbamiento del régimen comunista de Kabul.
El presidente estadounidense Carter, aprobó una directiva, que fue conocida en Occidente por el nombre de “documento Carter”. con el objetivo de “hostigar” a las fuerzas soviéticas ocupantes en Afganistán. Con tal fin, dicho documento contemplaba la entrega de armas ligeras y otro tipo de asistencia a la guerrilla afgana.
-La coordinación de la ayuda a los muyahidin afganos corrió, pues, a cargo de la CIA en cooperación con los servicios de inteligencia de Pakistán (ISI) y con el jefe de la inteligencia saudí en aquel tiempo, príncipe Faisal bin Turki. Los norteamericanos y saudíes corrieron con los gastos, mientras que el ISI pakistaní recibió asistencia técnica de los norteamericanos a cambio de proporcionar entrenamiento a los voluntarios muyahidin.
-Osama Bin Laden, un magnate de la industria de la construcción y multimillonario saudí, emergió entonces como una de las figuras claves en la organización de este flujo de voluntarios. Al alcanzar Peshawar, los reclutas eran puestos al cuidado de la Mektab ul-Jidmat (Oficina de Asistencia), que estaba dirigida por un estrecho colaborador de Bin Laden: Abdullah Azam. Se calcula que unos 35.000 musulmanes de 40 países se unieron a la guerrilla afgana en los años ochenta.
-El entrenamiento de los muyahidin en la guerra de guerrillas corrió a cargo del ISI con la asistencia de la CIA. Sin embargo, según el Centro para Estudios Estratégicos de El Cairo, muchos árabes llegados de distintos países para incorporarse a la guerrilla afgana fueron entrenados por la propia CIA.
-Según relatan Muhammad Yusuf y Mark Adkin en el libro: “La trampa para el oso: La historia no contada sobre Afganistán” los fondos suministrados por las personalidades privadas fueron los que salvaron la operación de Afganistán, que de otro modo se hubiera colapsado. Como forma de encubrir la operación, EEUU prefirió comprar armas procedentes de países comunistas en lugar de proporcionar a los guerrilleros afganos armas norteamericanas, concretamente gran cantidad de armas a China, tales como rifles de asalto Tipo 56 (una versión del Kalashnikov Ak 47 ruso), lanzagranadas y otros tipos de armamento, en Egipto la CIA adquirió también grandes cantidades de minas antipersona Technovar, que procedían originalmente de Italia. Asimismo, compró entre cuarenta y cincuenta ametralladoras antiaéreas suizas Oerlikon, capaces de efectuar hasta 1.000 disparos por minuto, y misiles antiaéreos británicos Blowpipe. En Turquía, la CIA adquirió 60.000 fusiles de asalto, 8.000 ametralladoras y más de 100 millones de balas.
-En octubre de 1984, un avión C-141 Starlifter transportó al entonces jefe de la CIA, William Casey, a una base aérea al sur de Islamabad. El motivo de la visita de Casey a Pakistán no era otro que planear, junto a responsables pakistaníes, una estrategia contra las fuerzas soviéticas en Afganistán. El director de la CIA viajó también a tres campos secretos, cercanos a la frontera con Afganistán, donde los muyahidin afganos recibían entrenamiento para el combate e instrucción sobre el manejo de armas y explosivos.Casey presenció incluso unas maniobras con fuego real de los muyahidin.
-En marzo de 1985, el presidente Reagan firmó la Directiva de Seguridad Nacional 166 que autorizaba a aumentar la ayuda encubierta a los muyahidin. Esta directiva reflejaba un cambio apreciable en los objetivos de la acción encubierta de la CIA planteados en el “documento Carter”. Hasta entonces el objetivo era que los muyahidin hostigaran a las tropas soviéticas creándoles un ambiente poco agradable en Afganistán. Sin embargo, la directiva 166 señalaba que el objetivo de la operación de la CIA en Afganistán era ya el de “derrotar a las tropas soviéticas a través de una acción encubierta y empujarlas hacia una retirada total (de Afganistán)”.
-Con el fin de lograr estos objetivos, la CIA comenzó a proporcionar a la guerrilla, a principios de 1985, informaciones, obtenidas a través del reconocimiento de satélites, acerca de objetivos soviéticos en Afganistán, despliegues militares e interceptaciones de comunicaciones militares soviéticas. También le suministró misiles antitanque, morteros que eran guiados a través de los satélites de la marina norteamericana, etc.
-En 1986, la decisión de la CIA de suministrar sofisticados misiles Stinger a la resistencia afgana, debido a la presión de un buen número de congresistas y responsables del Departamento de Defensa, marcó un punto de inflexión. El Stinger era en ese momento el arma antiérea manual más efectiva del mundo. EEUU aportó también un simulador para el entrenamiento. Este simulador permitía apuntar y disparar a blancos virtuales.
-En 1984 el Congreso aprobó una resolución, presentada por los senadores demócrata Paul Tsongas y el republicano Don Ritter, que reclamaba una ayuda militar “efectiva” a los rebeldes afganos “en su lucha por la libertad y el fin del dominio extranjero”. Algunos senadores intentaron también utilizar la resolución Tsongas-Ritter para elevar la cantidad y calidad del programa de ayuda encubierta a la guerrilla afgana.
-el total de la ayuda a la resistencia afgana alcanzó la cifra de 3.000 millones de dólares, una cantidad superior a la destinada al conjunto de todas las otras operaciones de inteligencia llevada a cabo por la CIA en la década de los ochenta.
A ver si te ha quedado claro payaso, y al que decía lo de los satélites lo mismo. Tenéis el defecto de pensar que los antiimperialistas son cuatro fumados analfabetos y por eso perdísteis las elecciones.
Por cierto lo que hicieran Francia y Alemania me la suda, seguramente seguirían la voz de su amo, com tú.