No me escribas si lo único que tienes que decir es “¡hola!”, ni para contarme las muchas cosas que me harías en la cama, ni para decirme que tienes webcam y quieres que te mire, si te aburres tanto que piensas que no pierdes nada con saludarme, si no tienes nada mejor que decir que "eres muy guapa", si crees que algún día mi mundo podrá girar alrededor del tuyo o que podremos casarnos, fundar una familia y ser felices para siempre, las proposiciones de matrimonio dejadlas en la carpeta de Spam y las conversaciones absurdas en la Papelera de reciclaje.
No busco un príncipe azul, ya sé que lo tenéis muy difícil para ligar y que pagáis los platos rotos de otros, lo sé, lo sé, pero no responderé a mensajes absurdos ni me interesa la creciente y sistemática humillación de algunos con el único objetivo de conseguir una cita. Los psicópatas y demás enfermos mentales podéis pedir cita en vuestro centro de salud, yo no soy psiquiatra.
Si aún así te ves en la obligación de escribirme, por favor, procura no cometer demasiadas faltas de ortografía y no pretendas darme lecciones sobre la vida, aparte de la infinita capacidad del ser humano para hacer estupideces es difícil que algo me sorprenda.