Mercadona ha llegado a su punto de inflexión.
Ahora le queda sólo bajar. Hay un elemento que primero no han calibrado bien y segundo no se están dando por aludidos.
El lineal siempre con los mismos productos y a un precio similar sin ofertas llamativas se convierte en una rutina, esa rutina lleva a una pérdida de interés, y esa pérdida de interés conlleva que en cuanto haya otra posibilidad cambies.
Segundo han apretado tanto a los proveedores, que bien o han bajado la calidad y categorías de los ingredientes, que no se está hablando del mismo producto. Hace dos meses, volvimos a comprar unas natillas que hacia Reyna, y que yo recordaba hace 6 años como un producto bueno, con sabor, y bien elaborado. Pues fue meterme la primera cucharada y quedarnos mi mujer y yo como dos conejos a los que han dado las largas. Las tiramos. Eran infames. Ya hay proveedores que han soltado lastre con Mercadona, y les han dicho que nones, que a ese precio, por mucho volumen que garanticen o meten género de ínfima calidad y la viabilidad del negocio se pone en riesgo, tanto por los márgenes tan estrechos como la pérdida de imagen de marca y prestigio.
Y eso será el principio.