Realmente no hay pruebas concluyentes de que la homosexualidad sea por causa genética. Es más, estudios recientes demuestran que influyen en partes iguales factores biológicos, psicológicos y culturales.
La homosexualidad es una desviación que muchas veces se origina en personas con una sensibilidad determinada, que sufren una herida afectiva muy profunda, la cual les impidió construir psicológicamente -en su etapa de crecimiento- la identificación con su propio sexo.
El psicólogo holandés G. J. M. Aardweg demuestra, a través de distintos métodos psicológicos, con la observación, la comprobación y los estudios biográficos, que la homosexualidad procede de un desarrollo psicológico emocional anormal, producto de relaciones interfamiliares anómalas, inseguridad, disgusto hacia el propio cuerpo, abusos sexuales en la infancia o experiencias sexuales a edad temprana, entre otras causas. Lo más importante es que plantea que pueden ser tratadas, a diferencia de los intereses de los grupos gay, que lo sostienen como algo irreversible.
Si fuese por predisposición genética, en hermanos gemelos con genes idénticos, no podrían darse casos de tener distintas inclinaciones sexuales.
Mientras que en familias con hijos, ya sean adoptados o con un padre/madre distinto, si se dan casos de que ambos hermanos sean homosexuales.
Concluyendo, seguramente es más influyente el entorno durante el desarrollo de la sexualidad, que la predisposición genética, cosa que se debería tener bastante en cuenta ultimamente ya que se esta barajando la posibilidad de adopción por parte de parejas homosexuales.