Hilo del doping (ciclismo de vez en cuando)

Redivivo rebuznó:
p.d. ¿Que coño le ha pasado al de Pinto en los últimos 10 kilómetros?

Es más cosa del bestiajo de Cancellara, que es experto en ganar las cronos en los últimos 5 kilometros. Me quiere sonar que el año pasado algo así hizo, sin ser el mejor crono en todos los pasos intermedios.
 
Koto rebuznó:
El chaval este es amazo.

Rents, deja de decir gilipolleces colega. ¿Como va a ser malo un tio que mejora tantisimo en la crono sin ser su especialidad?

Este chaval esta hecho un crack.

"Gaseosas" Contador siempre se ha desenvuelto bien en las cronos cortas y con rampas en el recorrido. Si la crono fuera de sesentaypico kilómetros como hace no demasiado se habría desfondado.
Es un tío con chispa y ya, ni crack ni hostias.
En el ciclismo actual, conservador y mediocre, donde todos los favoritos y outsiders se mantienen juntitos hasta el último puerto, donde nadie tiene ni los huevos, ni el talento para endurecer la carrera desde el inicio, a Contador le basta con atacar a falta de 2 o 3 kilómetros para la cima un día, ir al tran-tran el resto de etapas de "alta montaña" sin que nadie se atreva a toserle siquiera y sacar ínfimas diferencias en una crono de poca exigencia para adjudicarse un Tour.
A mí que he flipado con las gestas de Pantani, atacando día si y día también para ganar el Giro y el Tour del 98 o con las masacres que provocaba Indurain en las cronos y la absoluta superioridad que mostraba en carrera, que un puto gaseosas como Contador sin hacer practicamente nada se lleve de calle el Tour, me pone de mala hostia.
Es el mejor en una época de vacas flacas alarmante para el ciclismo, sí, pero me niego a reconocer que es un crack.
 
Lo cierto es que desde hace bastante tiempo se nota la falta de corredores tipo Chiapucci and company. Le daban emoción a las carreras y atacaban hasta cuando veían una chincheta en la carretera, no sea que alguno pinchara.

La culpa de todo esto lo tienen los pinganillos y que no hay jefazos todoterreno como antes.

Mejores gallos y un corral más pequeño aumentarían las peleas. O lo que es lo mismo, menos equipos pero con mejores ciclistas, hay mucha morralla por ahí metida.
 
La verdad es que el tour ya se ha quedado para eso. Etapa todos juntitos, demarraje en los ultimos kilometros y finiquitar en la crono. A Armstrong le ha servido esto para ganar por lo menos 5 tours de los siete que tiene.

Pero a Contador le valoro mas por el pedazo Giro que se echo al bolsillo. En ese campeonato recupere la fe en este deporte.
 
A mí me cae peor Bruyneel, un director que no es tal. Su único mérito es haber sido chófer de Armstrong durante siete años y haberse encontrado en su equipo por pura casualidad con Contador, un corredor al que nunca ha valorado (y este Tour es un buen ejemplo: tienes al campeón en tus filas y simplemente pasas de él). Si a ello le unimos que su único logro como ciclista fue chupar rueda de Induráin en aquella mítica etapa del Tour del 95 y luego ganarle en la meta de Lieja cual rata, pues nos queda el dibujo de un personaje de baja calaña.


Si tienes razon en lo que dices, pero es que el que hace y deshace en ese equipo de mierda es el yonki, primero esta el y luego el payaso de Bruyneel, puto equipo de culebras, parece ser que este sera el ultimo año de Contador alli, que encima para mas cojones de haber corrido en otro equipo en vez de ahi seguramente ya tendria otro tour (el del año pasado)

Poner al mierda ese de americano a la misma altura que los 4 grandes de la historia del ciclismo a los que ha superado en tours me da arcadas.
 
Emile Berliner rebuznó:
Es más cosa del bestiajo de Cancellara, que es experto en ganar las cronos en los últimos 5 kilometros. Me quiere sonar que el año pasado algo así hizo, sin ser el mejor crono en todos los pasos intermedios.

En el puerto le sacaba más de 40 segundos y en la meta sólo tres y eso que se ha dejado el alma en el último kilómetro. Más que mérito del suizo yo apuesto por una táctica prudente del español, que no gana nada arriesgando en la bajada para ganar una etapa a costa de una caída donde a parte de jugarse la lomera podría comprometer un tour que tenia ganado desde el mes pasado.

Desde que tipos como Olano o Beloki, se conviertieron en la esperanza del ciclismo español hemos entrado en una época más propia de las matématicas que del deporte de "machadas" que solía ser el ciclismo. Luego vinieron los Casero, los Heras, los Pereiro y los Satre. Corredores muy correctos, muy sufridos y con calidad, pero sin la capacidad para enganchar al aficionado como ocurría hace años. Perico, con un tour ganado, se convirtió en héroe nacional. Sastre y Pereiro, son dos desconocidos de los que nadie se va a acordar dentro de 5 años.

A Contador se le ve con otra casta. Un chaval descarado, valiente, que no se muerde la lengua y que pega esos hachazos al estilo del Chava, tal vez con menos brío, pero con más cabeza. No todo es ponerse el mundo por montera, subirse 5 puertos de un tirón, llegar en solitario y al dia siguiente perder 20 minutos. Es muy aparente pero poco efectivo. Contador es de los pocos que tiene ambas caras, la calidad, la osadía, la capacidad de tomar la iniciativa y al mismo tiempo la cabeza necesaria para leer la carrera y no perderse en heoricidades cuyos beneficios son efímeros y a corto plazo
 
Cancellara es dios.

No recuerdo a nadie owneando tan brutalmente a los sprinters, supongo que habria viento a favor.

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Y lo que hace aburrido el Tour, es el pedazo de equipo que tiene Astana.

Cualquiera ataca de lejos, pensando que se van a poner a tirar a por él Rubiera, Paulinho, Zubeldia, Kloden......
 
Redivivo rebuznó:
Recuerdo hombres con la casaca desabrochada...



Y para bajar bien de periodicos al pecho y se cierra el maillot. Me hacia mogollon de gracia ver eso. Es algo que hoy en dia rara vez se ve.
 
barriKada rebuznó:
Y para bajar bien de periodicos al pecho y se cierra el maillot. Me hacia mogollon de gracia ver eso. Es algo que hoy en dia rara vez se ve.


Ciaupucci y Bugno (que gran ciclista, lástima que coincidiera con Indurain) eran dos de los descamisados más reconocibles. En cuanto empezaba el puerto, abajo la cremallera y chorrazo de agua por la cabeza cada dos por tres. Estos dos si que le echaban huevos al asunto, eran de los que más meneaban el avispero. Pero claro, daba igual, no podía ser, Miguelon a lo suyo, en plan apisonadora, ponìa el ritmo y al final iban cayendo uno tras otro. Le faltaba la viveza y el arrojo de Rominger o Riss, que eran más ligeros y vivarachos, lo que muchas veces le restaba lucidez a sus hazañas.

Indurain tenia la admiración de los aficionados, pero Perico enganchaba más, daba más juego, tomaba la iniciativa, peleaba en cada rampa, se ponia de pie, demarraba y abría un abismo entre él y los que quedaban atrás. En aquella época el tema de la contrareloj de hizo perder un tour por muy poco. Lástima tambien la famosa salida en que perdió 6 minutos poer llegar tarde. Podia haber adornado las estanterias de su casa con un par tours más. Eran otros tiempos, nos parecen mejores, pero supongo que éramos más jóvenes y más inocente, y los recuerdos con el tiempo van ganando en fabulación y perdiendo en realismo.
 
Cancellara es dios.

No recuerdo a nadie owneando tan brutalmente a los sprinters, supongo que habria viento a favor.

https://www.youtube.com/watch?v=BJNLMYpr2TM

Y lo que hace aburrido el Tour, es el pedazo de equipo que tiene Astana.

Cualquiera ataca de lejos, pensando que se van a poner a tirar a por él Rubiera, Paulinho, Zubeldia, Kloden......

El equipo de la Once que tuvo en sus manos Manolo Saiz con Jalabert, Zulle, Olano y compañía no era peor que este Astana. Simplemente hoy más técnica y menos épica.
 
Los que ya tenemos una edad nos enganchamos al ciclismo con Perico Delgado. Nunca sabías que iba a pasar como aquella prólogo en la que llegó mas de 2 minutos tarde al cajón de salida, o las pájaras que sufría en las cronos. Pero cuando lo veías en la montaña con la cara desencajada dejandose caer al final del grupo decias "ya va, ya va, ahora!" y ZAS latigazo (ver final del video).

También molaba verlo subir repartiendo ostias a todo el que se le acercaba con banderas o agua o esponjas.


A Indurain se le disfrutaba en las cronos porque era cuando les daba a todos entoalaboca pero las etapas que hacen afición son las de alta montaña. Con Miguelón ya sabías lo que había, ataques de sus rivales a los que contestaba imperturbable.


Muestra de ciclismo del güeno, no es que vayan sin pinganillos es que van sin casco ni ostias

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Eran etapas de pegarte al sofá desde las 4 hasta las 6 aguantando a tu madre que quería ver el culebrón de la 1ª y a tu padre quejandose de lo blandengues que eran los ciclistas, que en sus tiempos atacaban hasta en las etapas llanas y que ahora eran todo comodidades.


[MODE ABUELO CEBOLLETA OFF]
 
castorremo rebuznó:
...es que van sin casco ni ostias


Y luego pasa lo que pasa, que se caen y se matan. Como el chaval aquel del motorola. Al dia siguiente de que se muriera estaba yo en gabacholand viendo el tour en directo, en mitad de uno de los puertos. Una de las mayores mierdas que he visto en el tour. Todos subiendo a bloque, sin ataques ni nada para que los que quedaban del motorola entraran juntitos de la mano en meta. Muy bonito y tal, si, pero una ful para los que nos pegamos el madrugon y nos echamos al monte.
 
yonkispucela rebuznó:
Yo sinceramente no creo que Armstrong tuviera pensado ganar este tour, por su edad, porque su cuerpo obviamente ya no responde igual y porque no ha podido prepararse como otras veces.
Que él pensaba que iba a ganar es seguro, porque de lo contrario no hubiera vuelto.

Él ha visto todos estos años cómo dominaban la carrera corredores que con él en el pelotón no pasaban de mediocres (Landis, Menchov, Rasmussen, Sastre, Evans), y seguramente pensó que a poco que les metiera un poco de miedo con su sola presencia, que la organización le preparara un recorrido sin demasiada montaña y que Bruyneel le quitara de enmedio al único rival al que verdaderamente temía (Contador), se llevaba su 8º Tour.

Ahora dice que volverá el año que viene más fuerte, y es fácil ver que va a terminar arrastrándose y estropeando la vitola de dominador de Tours invicto con la que se retiró.

Quantec rebuznó:
Armstrong blao blao... A saber que hubiese pasado en este Tour si no hubiese habido una figura como Contador.
Que hubiera ganado Andy Schleck.
 
Contador ha ganado de calle el Tour, sin embargo cada vez tengo menos claro que sea bueno ir en un equipo con varios corredores que aspiran al podio.

Si Contador hubiera sido más ambicioso creo que podría haber ganado dos etapas más y sacarle una minutada histórica al segundo clasificado. Sin embargo por órdenes de equipo de no perjudicar a sus compañeros no ha aumentado el ritmo en carreras cuando debiera.

Un equipo que te pueda llevar a pie del último puerto y a ganarse la clasificación, que cansa ver como se limitan a ir en grupo y en vez de subir por méritos propios subir porque el contrario desfallece.

Y es que al final los primeros son los que suelen merecerlo. Tanto contador como Sleck han sido los único que han atacado, Amstrong se ha limitado a aguantar y a pesar de todo ha conseguido ser tercero.
 
En ciclismo y especialmente en carreras de tres semanas es raro que haya alguien que esté ahí arriba sin merecerlo. Aquí no hay más que el ciclista contra sí mismo y el crono pone a cada uno en su sitio.

Otra cosa es que a veces la clasificación se pueda ver en parte falseada, como ocurrió por ejemplo con el tour de Riis y algunos parecidos. Aun así, aquí no existen excusas, o das más pedales que el resto o estás muerto.
 
yonkispucela rebuznó:
Otra cosa es que a veces la clasificación se pueda ver en parte falseada, como ocurrió por ejemplo con el tour de Riis
¿Qué falseo hubo entonces? Riis fue de largo el más fuerte de esa edición.
Que corrió dopado, vale; pero me temo que como los que le siguieron en la general.

Una cosa es que el día de Les Arcs fallaran los tres principales favoritos (Induráin, Zulle y Jalabert) o que el patrón de Mapei obligara al equipo a adoptar una estrategia suicida el día de Pamplona y otra que no estuvieran finalmente en el podio los más fuertes.

El Tour de Pereiro sí valdría como ejemplo de clasificación falseada.
 
Cómo es la memoria, me ha venido a la cabeza una de hostias que se dieron los corredores en una gran vuelta
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Según indica un comentario
Pues son español del Banesto Ramón González Arrieta y el venezolano Leonardo Sierra, en una etapa de la Vuelta del 95.
 
Que lol de pelea :lol:, he visto espectáculos más serios en el centro de Barcelona entre ingleses con dos litros de ginebra en el costado derecho que este par de reclutas patosos.
 
Se nota que no te has calzado unos pedales automàticos.

Hasta Clint Eastwood perderia su hombria andando con susodichos.
 
Undertaker rebuznó:
¿Qué falseo hubo entonces? Riis fue de largo el más fuerte de esa edición.
Que corrió dopado, vale; pero me temo que como los que le siguieron en la general.

Una cosa es que el día de Les Arcs fallaran los tres principales favoritos (Induráin, Zulle y Jalabert) o que el patrón de Mapei obligara al equipo a adoptar una estrategia suicida el día de Pamplona y otra que no estuvieran finalmente en el podio los más fuertes.

El Tour de Pereiro sí valdría como ejemplo de clasificación falseada.

Ullrich estuvo trabajando de gregario para Riis toda la carrera, hizo bastante más desgaste. Habría que ver qué hubiera sucedido si los hubieran tratado por igual. Pagó la novatada, pero es lo que había. La dirección del Tour de Francia le retiró del palmarés oficial años más tarde por dopaje, después volvió a incluirlo diciendo que la decisión sólo pertenecía a la UCI.

El tour del 2006 fue un cachondeo de principio a fin, más teniendo en cuenta que no terminó hasta octubre.
 
yonkispucela rebuznó:
Ullrich estuvo trabajando de gregario para Riis toda la carrera, hizo bastante más desgaste. Habría que ver qué hubiera sucedido si los hubieran tratado por igual. Pagó la novatada, pero es lo que había. La dirección del Tour de Francia le retiró del palmarés oficial años más tarde por dopaje, después volvió a incluirlo diciendo que la decisión sólo pertenecía a la UCI.

El tour del 2006 fue un cachondeo de principio a fin, más teniendo en cuenta que no terminó hasta octubre.
En ese Tour Riis ganó muy claramente, así que no creo que Ullrich hubiera tenido opciones. Ahora, tenía ventipocos y ya tenía una pinta impresionante.
Al año siguiente ganó con tal autoridad que parecía que podíamos estar ante un Indurain II. Pero nada, al final sólo ese Tour y 5 segundos puestos.
 
Falopio rebuznó:
En ese Tour Riis ganó muy claramente, así que no creo que Ullrich hubiera tenido opciones. Ahora, tenía ventipocos y ya tenía una pinta impresionante.
Es así. Ullrich hizo demostraciones impresionantes en aquel Tour, como la subida a la Madeleine el primer día de montaña (se la hizo él solo de abajo a arriba) o la crono final, donde barrió a un Induráin que barrió a Olano.

Pero, en cualquier caso, Riis fue el más fuerte de la carrera, salvo en esa crono final. No sólo por la exhibiciones de Sestrieres y Hautacam, sino porque todos los integrantes de la famosa fuga del Soudet coincidieron en afirmar que los relevos más brutales los dio en todo momento el danés.

Falopio rebuznó:
Al año siguiente ganó con tal autoridad que parecía que podíamos estar ante un Indurain II. Pero nada, al final sólo ese Tour y 5 segundos puestos.
También es cierto. Todo el mundo coincide en afirmar que Ullrich hubiera ganado el Tour del 96 por la masacre que hizo al año siguiente (si no dejó al segundo -Virenque- a quince minutos fue porque se cortó un poco tanto en Courchevel como en Joux Plane como en la crono de Eurodisney), pero se suele olvidar que jamás el alemán volvió a tener una prestación como aquella.

Ni siquiera al año siguiente, donde Pantani le derrotó gracias a una oportuna pájara en Deux Alpes, era ya el gran Ullrich del 97, y la prueba es que en la contrarreloj de Correze había dejado a sus rivales a poco más de un minuto, y sus rivales habían sido Hamilton, Julich y Jalabert, nada del otro mundo.
 
Ha sido un Tour muy aburrido en la carretera, pero más movido en el hotel y las ruedas de prensa. Desde luego, el pique Contador-Armstrong ha tenido su morbo. Adjunto artículo muy interesante de EL PAÍS:

C. ARRIBAS / E. RODRIGÁLVAREZ - París - 27/07/2009

Un periodista italiano le pregunta a Alberto Contador si en algún momento ha pensado que Johan Bruyneel, el director del Astana, habría preferido que fuera Lance Armstrong quien ganara el Tour. El chico de Pinto sonrió un buen rato, pura ironía, y contestó con los ojos brillantes. "Buena pregunta", responde. "Pero quizás deberías hacérsela a Johan en vez de a mí. Yo he ganado y es lo que cuenta". Contador ha ganado lo que él ha definido como "un doble Tour, el del hotel y el de la carretera", desde la soledad ansiada del escalador que sólo piensa en volar libre, desde la soledad, casi marginación en su equipo, en que toda la vida giraba en torno a Armstrong. A nadie como él, pues, le cuadra mejor la égloga que dedicó el comentarista de la RAI a Fausto Coppi hace 60 años, en la etapa reina del Giro del 49: "Un uomo solo al comando...". Un hombre solo al mando de un "Tour mental y físico".

En seis estampas, en la carretera y en las cocinas del equipo, se puede repasar su historia de soledad y libertad en el Tour de 2009, su segundo Tour.

1. Abanicos en la Camarga
"La táctica pasaba por no coger el amarillo demasiado pronto para no quemar al equipo", dice Bruyneel. "Si yo hubiera cogido el maillot", añade Armstrong, "no lo habríamos soltado. Lo habríamos defendido". La consecución del maillot amarillo en la primera semana era prioritario para la estrategia de Armstrong, que pasaba por paralizar cualquier iniciativa de Contador estableciendo su propia jerarquía en el equipo. Después de conocer sus límites, y el ilimitado talento de Contador, en la contrarreloj de Mónaco (22s a favor del español), el tejano encuentra su oportunidad en una rotonda y un cambio de viento en las marismas de la Camarga, abiertas al Mediterráneo.

"Yo iba justo detrás de Alberto en ese momento", cuenta Rojas, sprinter murciano del Caisse d'Épargne. "Él iba a rueda de Paulinho, quien a su vez estaba de trás de Zubeldia. Viendo eso, no me preocupé cuando vi que Paulinho se abría y se quedaba cortado Alberto. Pensé que los de adelante no irían muy lejos en esas circunstancias y que con un sprint enlazaría en todo caso, pero al salir de la curva vi que estaban lejísimos, que dejaban tirado a Alberto".

Después de contemporizar a la rueda de sus amigos del Columbia, y aunque en el grupo delantero marchara el líder, Cancellara, Armstrong hace tirar en el abanico a Zubeldia y Popovich. La diferencia en meta, más allá de los 41s que permiten a Armstrong recuperar el liderato en el equipo, le da argumentos al tejano para machacar a Contador en su twitter, con el mismo estilo en que lo hizo durante la París-Niza, criticando su falta de cabeza y sus lagunas tácticas, su falta de respeto al boss.

Al tirón de orejas público -"un ganador de siete Tours sabe de qué va la cosa", le recuerda- Armstrong suma dos días después, con el interludio de la contrarreloj por equipos en la que el Astana destroza el Tour en la que el tejano se queda a centésimas del amarillo, un castigo ejemplar, dejándole rodar a cola de pelotón, azotado por el viento costero camino de Perpiñán, sin ningún equipier, ni siquiera su fiel Paulinho, con él. "Me dio pena ver cómo le trataban", dijo el campeón belga Tom Boonen. "Intentaban doblegarlo". Pero Contador, un "testarudo", en palabras de Armstrong, tenía ideas propias, como demostró en Arcalís.

2. La frustración de Arcalís
Contador, tan concentrado como estaba entonces en morderse la lengua para no entrar en las provocaciones calculadas de Armstrong, llegó a morderse las piernas más de lo que pretendía en la primera llegada en alto, en Andorra, donde tenía previsto atacar a falta de cinco kilómetros para alcanzar el maillot amarillo, contrariando los deseos de Bruyneel, quien no quería descubrir demasiado pronto a Armstrong.

Sin embargo, dudó. El viento soplaba demasiado fuerte de cara, lo que frenó los ataques que esperaba se produjeran por parte de Evans, Sastre y los hermanos Schleck, los derrotados de la contrarreloj. No quería ser el primero, que habría sido demasiado feo. Finalmente se movió Evans y sólo quedaban dos kilómetros cuando se movió el de Pinto. Poco espacio para alcanzar el liderato -se quedó a 6s de Nocentini, fugado de primera hora-, también para alejar a Armstrong, al que superó en la general por sólo 2s. "El día siguiente a Arcalís fue psicológicamente el peor de este Tour", reconoció finalmente Contador, sobre quien arreciaron las críticas por parte del dúo Bruyneel-Armstrong. "Yo siempre he obedecido las consignas del equipo", empezó a repetir Armstrong. "Y he ganado siete Tours". A partir de ese momento, dejó de considerar al español miembro del equipo, empezó a actuar como si simplemente no existiera.

Contador se quedó sin defensa, si al menos hubiera atacado de lejos y conquistado el liderato... Desde entonces se refugió más aún en su pequeño grupo de apoyo, su mecánico, su masajista, Paulinho, su hermano-mánager-consuelo, su jefe de prensa. Mientras los partidarios de Armstrong en el equipo no dudaban en mostrar sus sentimientos, el resto del personal, los independientes, los imparciales, los que sólo pensaban en el bien de todo el equipo, se veía obligado a un equilibrio imposible. Debían medir sus gestos de alegría o desagrado por las acciones de uno u otro, no fuera que se les malinterpretara, pues los orgullos de los campeones son muy susceptibles; también tenían que calcular las horas que vestían las diferentes camisetas del equipo, la azul Astana, la negra Trek... Todo por no encender más fuegos, ya que no se podía apagar el incendio.

3. En inglés, no
Desde el principio, Contador decidió ofrecer sus ruedas de prensa en español con traducción al francés. El inglés quedaba fuera de sus comparecencias. Muchos lo entendieron como una demarcación territorial, como una respuesta al poderío de Armstrong en la prensa anglosajona. Bruyneel siempre pensó que era mejor que se expresara en su lengua autóctona aunque reconocía que "Contador habla un inglés mejor de lo que la gente cree". Lo cierto es que la decisión escondía un mensaje a Armstrong en su particular guerra de nervios. A muchos periodistas también les sorprendió la ausencia del mánager Bruyneel en las ruedas de prensa de Contador. Su director sólo acudió a la primera en Mónaco. Luego prefiero retirarse del foco: "Si no todas las preguntas me llegan a mí y no se trata de restar protagonismo a nadie".

Para otros, sin embargo, más parecía que Bruyneel quisiera desentenderse y aislar a Contador. Lo cierto es que cada cual llevó su propia agenda de comunicación. De hecho, la tercera semana, la de la gloria de Contador, estuvo trufada de noticias de Armstrong. Primero, las críticas en el twitter, luego la entrevista a unos pocos medios y finalmente el anuncio de su nuevo esponsor. Derrotado en la carretera, Armstrong se volcó en la batalla de la imagen. Siempre en inglés.

4. Armstrong le 'roba' el coche
Por si tenía alguna duda, la contrarreloj de Annecy se la despejó de un plumazo. Contador hizo su ritual de entrenamiento, su calentamiento y, cuando solicitó un coche para desplazarse a la línea de salida, se encontró con que no había ninguno disponible. Todos los había utilizado Armstrong para que fueran a recibir a su familia y amigos que ese día llegaban a Francia. Contador, el líder del Tour, tuvo que desplazarse del hotel a Annecy en el coche de su hermano Fran mientras la troupe de Armstrong tenía los coches del Astana esperándoles en su destino. La guerra psicológica alcanzó ahí su momento de guerrilla, su aire pendenciero, no exento de infantilismo, y la consumación de la expulsión virtual de Contador de aquel entorno en el que ya dominaba Armstrong, que el día anterior había anunciado su nuevo equipo.

El coche se convirtió en el icono del desencuentro. En el Mont Ventoux, Contador, el último en bajar por sus compromisos protocolarios, tuvo que descender de nuevo en el coche de su hermano Fran, acompañado por su novia Macarena. Se dirigía a la sala de prensa para el obligado contacto con los medios de comunicación, que exigía su condición de líder de la carrera. Era el peor momento, cuando más espectadores bajaban andando por la carretera. A punto estuvo de ser golpeado por otro coche, sin peligro alguno, pero sorprendía ver al líder tan desprotegido en aquella maraña de coches, personas y bicicletas. El coche, otra vez el coche en el camino de Contador.

5. El desayuno más amargo
Lance Armstrong, embutido en su chubasquero, gorro calado, baja a desayunar al hotel del Astana. Se encuentra la mesa vacía y se sienta en una esquina. A renglón seguido llega Alberto Contador y se sienta al otro lado de la mesa. No hay palabras entre ellos, ni una mirada, ni un gesto. Luego, llegan los demás. El ambiente es tenso. Es el día después de la etapa que acabó en Le Grand Bornand, la del ataque de Contador a los Schleck que descolgó a Andreas Klöden. Era el peor momento de Contador, algo así como la noche de los cuchillos largos por un error de cálculo. El twitter de Armstrong echaba humo. El tejano decía que prefería morderse la lengua, Leipheimer, desde la distancia, acusaba al español de haber sacado del podio al alemán, Bruyneel desmentía las argumentaciones de su líder para explicar el equivocado ataque.

El pesado mundo del Astana se cayó ese día encima de Contador. Ahí se rompieron los delgados hilos que aún le cosían al equipo. Y ahí dijo basta Armstrong para dejar fuera al chico que le rompía los planes de presente y de futuro. Probablemente, ese día Contador se quedó sin equipo moral y escuchó más que nunca los sonidos del silencio. La vida nunca fue fácil para Contador en el Astana, pero el 22 de julio experimentó la guerra absoluta, la sensación de estar fuera de su presunta casa.

Ese día, Armstrong decidió que el muchacho había llegado hasta ahí. Contador prefirió callar tras lamentar que su buen escudero sucumbiera a su furia. Armstrong y Bruyneel trabajaban ya en la búsqueda de otro equipo en el que Contador ya no estaría.

6. Agua en el Ventoux, champaña en el hotel
Una escena equívoca a mitad de la ascensión al Ventoux dejó en muchos aficionados con memoria la impresión de que, a diferencia de Bartali o Coppi -nunca se sabrá quién ofreció agua a quién en la imagen que simboliza la división de la sociedad italiana y del ciclismo en los años 50 entre sus dos ídolos-, Contador se negaba a aceptar la cortesía de Armstrong, que le ofrecía un bidón de agua con los colores del Caisse d'Épargne. La imagen aislada engañaba. Faltaba el plano anterior. "Yo iba en fuga y me acaba de alcanzar el grupo de Contador y Armstrong. Iba por la izquierda de la carretera y cuando me alcanzó Contador, que iba por el centro, le ofrecí mi bidón, porque vi que él no tenía agua y soy su amigo", cuenta el cántabro Iván Gutiérrez, el número uno en fugas (581 kilómetros escapado, sin recompensa). "Pero fue alargar el brazo con el agua, cuando Armstrong, que iba un poco más retrasado, por el centro, lo cogió al vuelo y se adelantó a Alberto. Después de beber se lo ofreció a Alberto, pero éste pasó. Y ya se lo iba a quedar cuando le recordé que era mío, que me lo devolviera".

El detalle refleja el sentido patrimonial con que el ganador de siete Tours consideraba no sólo su relación con su equipo, sino con todo el pelotón. También era Armstrong quien decidía cuándo había que brindar con champaña para celebrar los triunfos del equipo: sí, en medio de gran júbilo y aplausos de los suyos, el día del abanico, la noche de la contrarreloj por equipos; y no, sino frialdad, cuando Contador conquistó el maillot amarillo en Verbier o ganó la contrarreloj de Annecy. "Un funeral para celebrar el amarillo", resumió un miembro de otro equipo. Dueño de su copa de champaña, en el tradicional brindis al comienzo de la etapa de París cada año, Contador la chocó con casi todos sus compañeros, pero no con Armstrong.

El detalle del bidón de José Iván Gutiérrez es bastante revelador del carácter de Armstrong...
 
Y lo más curioso de todo aquello de morderse la lengua ante el ataque de Contador en la Colombière que hizo perder dos minutos a Kloden es que, de no haber sido así, Armstrong no hubiera alcanzado el podio.
 
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