pim_pam_pum rebuznó:Además que en frente me gana el cabrón y se metía conmigo![]()
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Tu tienes el doble de fronton y eres bastante mas feo.
Silencio, bellaco.
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pioneer rebuznó:
pioneer rebuznó:Ah, como se hacia en la epoca Aznar. Que tiempos aquellos...
pim_pam_pum rebuznó:Además que en frente me gana el cabrón y se metía conmigo![]()
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pioneer rebuznó:
Franz Ferdinand rebuznó:Zapatero: 'No hay ningún aspecto que permita decir que ha habido algún error'
caballero errante rebuznó:¿Tiene alguien por ahí algún e-link del capítulo del que habeis hablado?
Me ha entrado curiosidad por verlo.
Esto hay que verlo, ahora me lo pongo a bajar.Mejor en ingles que esw todavia mas lolante.Lo de los gitanos y los mejicanos no me lo pierdo, pero hablan con acento mejicano?Leonard Shelby rebuznó:caballero errante rebuznó:¿Tiene alguien por ahí algún e-link del capítulo del que habeis hablado?
Me ha entrado curiosidad por verlo.
En inglés
ed2k://|file|E-Ring.S01E14.The.General.HDTV.XviD-FQM.avi|367859196|09A50895C34153C5595F529590C90E90|/
Curiosamente ese capítulo no está en castellano
Y el de Macgyver, una vez lei que en un capitulo de Macgyver tambien tratan el tema de ETA.Alguien sabe que capitulo es?1492 rebuznó:Estos putos yankis de mierda cada dia son mas tontos , eso si lo de "euskaria" es lolante , bueno lo de euskaria y el vasco que sale haciendo gimnasia con la camiseta tirantes en el video del macgiver :137 ( ¿seria arisgo? , no, no es porque este tiene pelo)
Pd: un platanito para shelby por lo bien que ha contao la historia :pla
Leonard Shelby rebuznó:
caco3 rebuznó:hasta en esta ocasión Rubalcaba lo ha sido menos.
espantallo2 rebuznó:Joder que bueno, con boinas y todo, lo que se oye que hablan es Vasco realmente? Alguna vez han secuestrado turistas americanos como dice la serie?
Hasta la victoria final
EL sondeo demoscópico que ayer publicaba ABC ofrecía algunos resultados paradójicos. Seis de cada diez encuestados consideran que los etarras declararon la tregua «para rearmarse en un momento de gran debilidad, como ocurrió ya en otras ocasiones anteriores». Un cincuenta por ciento de los encuestados que se declaran votantes habituales de la facción gobernante se apuntan a esta tesis; sin embargo, cuando se les pregunta si creen que el Gobierno debería haberse adelantado a romper el diálogo con la banda, sólo un treinta por ciento responde afirmativamente. De lo cual se deduce que al menos existe un veinte por ciento de votantes socialistas a quienes importaba más la estrategia partidista que la evidencia del rearme etarra. Ciertamente -parecen sostener estos encuestados- los etarras nos estaban engañando, habían proclamado una tregua falsa para nutrir sus arsenales y recomponer sus comandos, pero el Gobierno ha obrado bien manteniendo el diálogo mientras los terroristas no volvieran a matar. El razonamiento es de una perversidad moral estremecedora: no importa que los etarras estén utilizando la tregua como un embeleco para poder reorganizarse; lo que importa es que el Gobierno aproveche ese embeleco para obtener rédito electoral, mientras pueda.
El terrorismo juega con muchas armas a su favor. La más poderosa de todas no se halla, sin embargo, en arsenales escondidos, sino en el seno de la sociedad española. Se trata de una perversidad que antepone obtusas razones partidarias a la erradicación de tan repulsiva lacra. Esta perversidad se hizo patente en las jornadas inmediatamente posteriores a la hecatombe del 11-M: mucha gente vio en aquellos atentados, antes que un ataque a la sociedad en su conjunto y a las instituciones que la representan, una ocasión pintiparada para desbancar a quienes entonces ostentaban el poder; y la facción que entonces se encontraba en la oposición no sólo no hizo ascos a este aprovechamiento indigno de un acontecimiento luctuoso, sino que lo auspició y jaleó. Así los terroristas lograron lo que anhelaban: demostraron al mundo que eran capaces de conseguir un vuelco electoral; demostraron que las bombas pueden poner de rodillas a una sociedad entera. La lección magistral impartida por aquellos islamistas fanáticos no podía pasar inadvertida a los etarras: siempre habrá gente dispuesta a anteponer unos cetrinos intereses partidistas a la lucha contra el terrorismo. El atentado de la T-4, antes que la ruptura de una tregua que nunca fue tal, constituye un aviso para el Gobierno: si hubiésemos querido, podríamos haber perpetrado una escabechina que dejase chiquita la del 11-M; y, si así nos conviene, tal vez perpetremos esa escabechina cuando se den las condiciones favorables para un vuelco electoral. Sólo si así les conviene. Porque ahora los terroristas ya saben que el crimen tiene réditos políticos; saben que en el seno de la sociedad española ha germinado una perversión moral muy difícilmente extirpable.
Una perversión que, a la postre, la hará claudicar. El llamado «alto el fuego permanente» que proclamaron los terroristas no era, en realidad, sino un cebo que se tendía a la sociedad española, para que mostrara hasta qué punto esa perversión moral había arraigado en su seno. Aquel famoso comunicado que tantas «esperanzas» despertó en los perversos no era sino una invitación al mercadeo y la transacción política. No se trataba de obtener un tratamiento más o menos benigno a cambio de la rendición, sino de establecer condiciones a cambio de un desarme; condiciones que incluían una dimisión de los principios constitucionales más elementales e intangibles, empezando por la soberanía nacional y el imperio de la ley. Y la sociedad española, de la mano de sus gobernantes, aceptó los términos de esa negociación perversa; esto los terroristas lo saben, y seguirán obrando en consecuencia, hasta la victoria final.
Leonard Shelby rebuznó:
Leonard Shelby rebuznó:
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