Apenas aparece ya escasas veces por aquí, arrastrando y mostrando su bárbara decadencia de Rey caído. Aparece las mayores veces para hablar de mí, siendo raramente correspondido.
Hoy, a pesar de que no sea una de esas ocasiones, haré una excepción para analizarlo. Voy a hacerle un favor. Voy a inyectarle insulina. Voy a suministrarle un soplo de vida. Voy, yo, Slk, a responderle.
Fue algo.
No podemos negar tal evidencia, aunque ojo, mucho ojo con ese "algo". La Putilla también es "algo": es "basura", "retrete", "subnormal" y un sinfín de negatividades.
Arisgo fue algo. Por mi parte fue un aplicado y estudioso bufón con ganas de agradar profesionalmente. No está nada mal. Eso ya es más que lo que es la Putilla, por ejemplo. Pero Arisgo murió, y nació Olav Gunnar.
Y aquí es cuando el desquicio empieza a apoderarse de ese subnormal que escribe tras los nicks Arisgo y Olav Gunnar.
Porque Olav Gunnar ya no tiene nada que perder, le da lo mismo mostrar que el 75% de sus mierda mensajes van destinados hacia mi persona. Como dije, vuelve roto, con sus ropas rasgadas, cual indigente.
Arisgo vuelve en un lamentable estado de forma bajo un personaje que por su bien nunca debió haber nacido. Vuelve en forma de caricatura.
Atrás quedó su avatar, nos guste o no, desafiante, varonil, enigmático y complejo. Hablo del de su avatar, el de la peli V de Vendetta, ya sabemos que el que escribe tras su nick no posee ninguna de esas cualidades, pero al menos se esforzaba en mantener las formas.
Ahora, en decadencia, ya no. Ahora muestra esto:
"Olav Gunnar".
Su nombre de entrada ya da asco, si uno indaga en quién es realmente este Gunnar pues sentirá todavia más asco, pero lo básico es la foto, la imagen, el impacto visual.
Muy diferentemente a su ex user, estamos ante un macho epsilon. Es decir, un macho sumiso. De entrada calvo y feo, pero ahi no queda todo.
Nos imaginamos a este hombre fregando platos mientras su mujer está en una terraza con sus amigas. Sí. Está en una terraza con sus amigas, fumando un tabaco más fuerte que el que él fuma, gastándose el dinero que él ganó en trapitos y haciendo chistes feministas y/o declaraciones de cuarentona rebelde tipo "me tiraría de uno en uno a la mitad del cuerpo de los bomberos de la ciudad siempre y cuando tengan de 27 a 35 años jijiji".
Su mirada te dice que a sus 52 años sigue creyendo en la moraleja que te proponía "La bella y la bestia". Y no porque dicha moraleja soplara a su favor, que también, sino por puro retraso e inmadurez mental. Su mirada te dice que seis años después y tras 47 excusas diferentes, sigue confiando en que el listo del pueblo que le pidió prestados 500 euros algún día se los devolvera.
Esto es indiscutible. Este es el personaje con el que se identifica ahora ex-Arisgo, el baneado, no lo olvidemos. Digo esto porque aún hoy él utiliza la palabra "baneado" a modo de insulto.
Pues esto es lo que uno siente cuando ve a Arisgo asomarse con su nuevo juguete.