Buena pregunta. Yo siempre que oigo esos casos de denuncias mentirosas me pregunto qué hacen los denunciados una vez que queda demostrado que son inocentes, y que la tal denuncia es falsa (luego delictiva).
¿Y al denunciado no le cabe el derecho de denunciar esas falsas injurias, amenazas o delitos?
Efectivamente, como te han respondido ya aquí en el hilo:
No soy abogado (como el que tengo aquí colgado) pero entiendo que ser declarado inocente no convierte automáticamente al denunciante en delincuente. Yo puedo acusar a alguien y no ser capaz de probarlo, pero eso no es un delito. Creo que para que sea delito debe concurrir el dolo.
Claro que puedes denunciarla a ella por injurias pero entonces la carga de la prueba recae en ti y son cuestiones difíciles de probar, además, que es como pleitearle las costas a Hacienda, bastante aliviado estás con no tener que pagar como para meterte en berenjenales.
Le cabe, jij.
Pero unido al coste económico de pagar al abogado que te ha defendido u otro un nuevo procedimiento y al psicológico de volverte a ver en los juzgados durante muchos meses, con suerte. Y si a ésto le juntamos que con toda probabilidad la pena, en caso de que los luceros se alineen y te den la razón, va a ser una multa o meses de cárcel que no va a cumplir, resulta que, con un leve movimiento digno de rené lavand, obtenemos el famoso 0.000000000000001 denuncias falsas en delitos de género ( y otros).
es por un lado que para considerar una denuncia como falsa, la denunciante tiene que ser condenada por tal delito, lo cual puede ocurrir de dos maneras:
1. De oficio, que de hecho si te lees la ley (y usas el sentido común, puesto que apoyar a estas sabandijas que solo buscan el lucro propio, desautoriza cualquier buena intención que pudiera tener esa maravillosa idea de destruir la presunción de inocencia en casos considerados de viogen, así como deslegitimar la lucha feminista y dar fuerza a las voces discordantes con ella) se supone que los jueces HAN de perseguir de oficio a aquellas que denuncien en falso. ¿Por qué no se hace, pues? Porque (ideologías políticas aparte) existe la corriente doctrinal que afirma que si los jueces se ponen a perseguir de oficio a denunciadas, bajará el número de denuncias (oh vaya, quién lo hubiera dicho, quizá hasta las falsas también), lo cual achantaría a muchas denunciantes que sí sufren malos tratos y a los que les cuesta un mundo denunciar, las cuales lo pensarán aún más si añadimos el miedo a "uy, ¿y si sale mal?"
Una vez más, esto no es un problema de ley o de aplicación de ley como se han empeñado en vendernos desde la aprobación de la Ley Integral de la Violencia de Género, es un problema de educación y cultura. Si crías gente ignorante, emocionalmente dependiente (y dependiente en más sentidos, gracias papá estado) y privada de las nociones más básicas de civismo, lo más normal es que el resultado sea este, una población temerosa de su propia legislación, desconfiada de los jueces y que ve al genero contrario como el origen de todos sus males.
2. A instancia de parte, demandando el supuesto agresor. Como ya te han dicho tanto Misógino, como Kid_B y Blackhoof, normalmente la gente después de ver como su vida ha pasado de ser una tranquila monotonía a ser una pesadilla con calabozos, denuncias, abogados, vistas orales y que gente en la que creías poder confiar no solo te tuerce el gesto, si no que cree a pies juntillas todo lo que se dice de ti y te niega el más mínimo beneficio de la duda, pues bastante si esas personas se rehacen como para empezar su vida "de nuevo", pocos tendrán la entereza de volver al ruedo solo para "limpiar" su nombre, tarea vana en el mal llamado mundo de la información, pues sabemos que muchos aunque le restrieguen por la cara un auto de un juez con un "NO CULPABLE" en Arial Black, negrita y a tamaño 72, todavía fruncirán el ceño y mirarán incredulos. Para eso haría falta una pasta especial, y mucha ira, y esa ira normalmente se ventila por otras vías "más rápidas" que la justicia española.