En el verano del 87, recuerdo que me tocó un dinerillo en la quiniela antes de acabar la temporada y decidí invitar a un amigo a pasar unos dias en Palma de Mallorca.
Como es natural y despues de un par de dias de playita y vueltas por la noche, una tarde, después de la siesta decidimos buscar un sitio para limpiar el sable y el conserje del hotel nos recomendó un sitio que había relativamente céntrico. No me acuerdo como se llama, pero se que era un lugar que se accedia desde la calle (osea una planta baja, aunque las habitaciones estaban arriba).
Había una especie de salón grande, una barra para tomar copas y unos sofás donde las chicas estaban sentadas y esperaban que algun cliente las llamara.
Un poco borricos entramos y la primera impresión no fue buena. Había mucho extranjero (alemanes, ingleses etc., al menos no eran los putos árabes que inundaban entonces los clubs de Madrid) de estos pesados que se la dan de listos y que tomaban una copa tras otra fardando ante las chicas y normalmente pagaban una tonteria de dinero por llevarselas a la disco a bailar y no se que más, imagino que a follar.
Estaba la barra llena y al lado de nosotros un grupo grande con chicas y notas de estos. De pronto alguna chica se retira pues no le iba el rolla que allí había, tambien purulaba la encargada del sitio, y SORPRESA, CARLA, kRIS Y MI ENTRAÑABLE PAULA.
Yo hacía algunos meses que no la veía pues ella estuvo fuera del Bar Tamaril un tiempo por problemas de su familia en Cataluña. Joder, que pasada, por unos momentos parece que estabamos en la misma Capitán Haya y con nuestras putas preferidas.
Nos contaron que los tios estaban muy pasados de copas y coca y quería llevarse a cinco chicas a un barco que tenían en el puerto, pero que ellas solo hacía salida a los hoteles, por lo que tuvieron que cambiar de chicas.
Serían las nueve de la noche y llevaban pooco tiempo en el local. Como aquí no era como en el Tamaril, que eran independientes, sino que iban a comisión, nos tomamos unas copas y nos propusieron que esperaramos a las dos de la madrugada que daríamos una vuelta por la disco y despues ya veríamos.
Yo gilipollas de mi, no consentí que mi Paula se quedara allí a follar con nadie sabiendo que yo la tendría luego mas tarde, así que llamé a la encargada y negociamos la salida de ella. Me costó 50.000 pesetas de las de entonces, pero esa noche mi Paula sería solo para mí.
Nos fuimos mis amigos y yo con ella y estuvimos picando algo por el centro, hasta la una aproximadamente que nos fuimos a la discoteca Titos. Sobre las dos llegaron Kris y Carla y pasamos una noche estupenda de baile y cachondeo, para terminar follando en mi habitación. Mi amigo le dio 15.000 pelas a Kris para que la acompañara a su habitación (ya sabeis las putas no perdonan).
En la cama intenté de nuevo el volver a tener una relación de amistad con ella. Le comí la cabeza de cine y me dijo que pasado dos dias cuando yo me volviera a Madrid, se vendría conmigo, que estaba harta del pueterio mallorquín y de aguantar a tanto gilipollas.
Los dos dias los pasó conmigo en mi habitación, sus amigas nos dijeron que la encargada se había enfadado, pero que tampoco tanto. Despues me enteré que la tia tenia 75.000 pts que liquidarle que por supuesto se quedó.
Volvimos a Madrid y seguí viéndola con regularidad, y cuando llegó el verano del 88, desapareció de buenas a primeras. Su amiga Mari Carmen me dijo que se había ido a Mallorca, esta vez sola, y que ella estaba un poco asustada, que por eso me lo decía. Su pringaillo tampoco sabía nada. Mi locura me hizo buscar un billete y un sabado por la mañana ir a buscarla a Mallorca. Estuve esperando desde las cinco de la tarde en la puerta del Club hasta que apereció cerca de las nueve y venía con un tipo, que según ella era un cliente que había contratado el dia anterior y que habían quedado por la tarde, pero que quería entrar con él, pues la encargada estaba al corriente de todo.
Le dije que una mierda, que se venía conmigo inmediatamente. Ella se asustó y el tipo (tendría unos cincuenta años, recuerdo perefectamente su cara, casi se pone a llorar cuando vio con la violencia que la coji del brazo y me la llevé.) se fue corriendo.
Esa noche en un sitio que no me acuerdo, pero era una discoteca sobre la arena de la playa, fui tan IMBECIL de decirla que la quería y que dejara aquello. Fua una noche loca. Volvimos a Madrid al dia siguiente y me pidió unos dias para pensarlo. Aun estoy esperando. La volvía ver, pero claro en el Club y me decía que le daba pena el cabrón de pringaillo que tenía y que como he contado yo ya había mandado al hospital una vez. Mi gran revancha estaba a punto de empezar...........
Continuará.