¡Uf! Tengo tantas historias de este tipo como neuronas me cargué en el momento de ejecución y sin las cuales no sabría recordar nada con precisión. Me he dormido en bañeras de casas de personas que había conocido ese día porque, de la talegada que llevaba, se me hacía cuesta arriba mear de pie. También he metido en dirección contraria por alguna carretera sin mayor percances. He llegado desnudo a casa o en calzoncillos. He tirado vasos por la ventana porque coincidió la borrachera con algo en la televisión donde alguien hacía eso. Creo que por eso dejé de emborracharme.