Hitsfromthebong. Ese hijo de puta.

¿Habla ustec del que está pegao al hotel Hesperia justo en frente del Marisco Rojo (que ahora hay un chinaco o algo asín)? Se deleitaría con tanto glamour y refinamiento, espero. Me halaga que se acordara de mí en tan señalado día de darle candela a la guarraca badulera, la próxima vez, avise con time si quiere y le hago un tour de bares cucaracheros antes o después de percutirla.
Pues yo cuando lo dijo pensé en este edificio. Peculiar es un buen eufemismo sí...

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De ahí solo conocí a una choni con aspiraciones de agarrar a un funcionario y salir de aquel agujero. Estaba dispuesta hasta a venir a Ceuta, así de desesperada debía de estar...
 
hostia vaya cagada en el hilo equivocado, lol.
 
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Si eres imbécil por comprar un piso sobre plano a 3 años vista de que empiecen las obras, eres un imbécil por comprar un juego el primer día sin haber visto nada más que las cinemáticas y los videos que el equipo de marketing ha distribuido.
Es asín.
Pero oye tiene amplias zonas verdes en los alrededores.
 
No te compres un piso sobre plano, ni un coche sin haberlo probado antes, ni un juego por lo que te han enseñado, ni te folles a nadie si no viene con credenciales de alguien que si lo ha hecho.
 
De ahí solo conocí a una choni con aspiraciones de agarrar a un funcionario y salir de aquel agujero. Estaba dispuesta hasta a venir a Ceuta, así de desesperada debía de estar...

Alomejó puede usted contestarme a lo que preguntaba al señor Hits, que debe de andar haciendo otras cosas.
Joder, si es que tenemos de todo. ¿Sería tan amable?
 
¿No toca una nueva historia o anécdota? @hitsfromthebong
Voy a esperar al día veinticinco, señor Alduin. Tener tengo en la reserva, pero siempre me parece poco para mis hermanos foreros. Digo de esperar hasta el día de Naviban porque el 24 se prevé tormenta en mi mansión. Mi viejo ha invitado a cenar a dos auténticos despojos sociales, talegueros , drogadicios y puteros como ellos solos. No hay que ser 100tífico para adivinar que van a pasar cosas.
 
La cosa promete. Así acabamos el año con buen sabor de boca.
 
Alomejó puede usted contestarme a lo que preguntaba al señor Hits, que debe de andar haciendo otras cosas.
Joder, si es que tenemos de todo. ¿Sería tan amable?

El responsable final de decidir dónde cumple un condenado su pena de prisión es la administración penitenciaria.

Imagino que se le comunicará (dependiendo de si está en preventiva o no) mediante notificación donde deberá cumplir condena y el día de ingreso a la misma.
 
Estimado @hitsfromthebong, le pregunto.
Me consta que un viejo amigo ha sido felizmente condenado.
¿Se puede obtener datos de dónde y cuándo entra (o ha entrado)?
Es decir, alguna base de datos de consultas para acotar por nombre.
Es para mandarle un crismas.
Perdón por tardar en contestarle, señor Matarratas. La verdac es que no tengo ni puta idea. Cuando condenan a alguien y le dan fecha de entrada, lo normal es que estando en libertac le diga a todo dios pa dónde lo llevan y cuando. A mí, la primera vez, me sacó de preventivos el abogado que llevo aquí colgado, y antes de entrar a cumplir ya todo mi círculo de indeseables sabía día, hora y lugar del internamiento. De hecho, dos colegas fueron los que me llevaron a la cárcel en el bólido de uno de ellos. En el aparcamiento de la entrada de visitas me fumé dos porros con el ansia de un poseso, cogí la bolsa de basura negra con mis enseres y paentro.

Sí existe la base de datos esa de la que habla, yo al menos no tengo ni zorra de quién la lleva ni dónde se puede consultar. Al decir que es un viejo amigo, deduzco que no tiene ustec contacto con él. Si es así, intente tirar de enlaces, gente que le conozca también, a ver si llega a buen puerto. Entrar en el talego es algo que no se puede controlar, acaba enterándose todo el mundo y claro, el rumor corre como la pólvora. A menos que su viejo amigo sea una tumba y su entorno también, acabará enterándose. No olvide empapar bien el crismas en LSD, su amigo y todo el patio se lo agradecerán.
 
Perdón por tardar en contestarle, señor Matarratas. La verdac es que no tengo ni puta idea. Cuando condenan a alguien y le dan fecha de entrada, lo normal es que estando en libertac le diga a todo dios pa dónde lo llevan y cuando. A mí, la primera vez, me sacó de preventivos el abogado que llevo aquí colgado, y antes de entrar a cumplir ya todo mi círculo de indeseables sabía día, hora y lugar del internamiento. De hecho, dos colegas fueron los que me llevaron a la cárcel en el bólido de uno de ellos. En el aparcamiento de la entrada de visitas me fumé dos porros con el ansia de un poseso, cogí la bolsa de basura negra con mis enseres y paentro.

Sí existe la base de datos esa de la que habla, yo al menos no tengo ni zorra de quién la lleva ni dónde se puede consultar. Al decir que es un viejo amigo, deduzco que no tiene ustec contacto con él. Si es así, intente tirar de enlaces, gente que le conozca también, a ver si llega a buen puerto. Entrar en el talego es algo que no se puede controlar, acaba enterándose todo el mundo y claro, el rumor corre como la pólvora. A menos que su viejo amigo sea una tumba y su entorno también, acabará enterándose. No olvide empapar bien el crismas en LSD, su amigo y todo el patio se lo agradecerán.

Hola, hits, una pregunta: ¿Tuviste algún problema a la hora de encontrar curro por el hecho de tener antecedentes?
 
Hola, hits, una pregunta: ¿Tuviste algún problema a la hora de encontrar curro por el hecho de tener antecedentes?
Pues la verdad es que no, señor Cáncer. Pero tengo que decir que tuve suerte, me enchufó un colega en el hotel donde curro por un lado, por otro, no consultaron mi pasado penitenciario o no me consta que lo hicieran, solo me requirieron la documentación normal para hacerme el contrato y listos. A lo mejor fue porque iba recomendado o no sé, pero vamos, igual un día llego y me encuentro a la sorbelefas de mi jefa diciéndome que me vaya pa su despacho y no precisamente para subirme el sueldo. Es una idea que siempre tengo en la cabeza, que un día me vengan con eso. Pero vamos, sí, es jodido encontrar curro cuando sales, y es una putada, porque hay más gente de la que se pueda presuponer la cual sale totalmente convencida de querer currar y no meterse en más líos, gente a la que si le dan un curro de mierda pero más o menos estable, no vuelve a pisar chabolo. Claro, luego ya lo de siempre... Has estado preso, vete a tomar por culo de aquí, que pase el siguiente. No culpo a los empresarios, yo, si lo fuera y después de todo lo que he visto allí, tampoco contrataría a uno de mi ralea a menos que tuviera excelentes referencias de él, y aún asín andaría escamao.
 
Seguid plantando aquí cosas de la mala y yo seguiré baneando.
Es que parece que no aprendeis.

Que me cago en la puta, una cosa es meter aquí cuatro chascarrillos y otra cambiar totalmente la temática del hilo con tal de no abrir uno nuevo.
 
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No es por nada,pero usted llevaba su cuenta por su parte o obtuvo relevo y le 'abrieron las puertas'? Quizás es un poco incomoda la pregunta,pero en mi cabeza de forero no me cuadra que un chaval normal y corriente que se fume sus canutillos y haga el gamberro como cualquiera a esa edad,coja esa cantidad con la que te detuvieron,que al efecto son unos 36.000 pavos de nada.
Si no quieres responder,no pasa nada tampoco.
 
Frontera sur de Europa. Dos continentes, tres países y 14 kilómetros, es tierra de contrabando. Desafiando la autoridad de los capos locales El Niño y El Compi, unos chavales de 20 años, deciden ir por su cuenta y se introducen en el narcotráfico casi como un juego. En frente se encontrarán con Jesús y Eva, dos agentes de la Policía antidroga que tienen en su punto de mirar a El Inglés, el hombre que dirige el tráfico de drogas en el estrecho de Gibraltar.
Que la he visto connnnyyoo! Pero hasta para eso hay que tener madera hijodeputa,es a lo que me refiero. Yo me imagino entrando a algunos barrios de mierda (que es a donde que hay que ir imagino) y con mi forma de vestir,mi mirada,mi forma de hablar... Posiblemente saldría en calzoncillos con tres dientes menos y desorientado.
 
Bueno, pues ya estoy en el keli. Voy a proceder a contar las historias doggueras. El señor Gintonic me insta a que vuelva a contar la de la golfa de las New Balance y me anima a proseguir con las otras dos, de modo que empezaré por rememorar la de la señorita con botines (en Sevilla las zapatillas deportivas son botines) de marca estadounidense.

Quiero empezar diciendo que el relato no va a quedar como el primero, más que nada porque no soy capaz de plasmar todos los detalles con los que lo adorné, no me acuerdo de todos o ahora recordaré algunos que no cité en el primer relato, cosa muy normal por otro lado, de todos modos intentaré clavarlo lo mejor que pueda.

Bien, si resulta que ningún hermano se ha embarcado nunca en la aventura de ir de dogging, decirle que es una empresa tan excitante como peligrosa, lo cual lo hace aún más excitante. Una cosa es ir a las cabinas de un sex shop a ver si te toca la lotería y hay una parejita metida en un cubículo con predisposición a chupar rabos (ella) y otra muy distinta es ir de dogging. Sitúense..., orillas del río Guadalquivair, 2:00 A.M., un camino de cabras bordeado por cañizares y muchísima basura desperdigada por todo el tramo, oscuridac, siluetas que se mueven en la sombra, faros de coches y de motos danzando sin orden ni concierto, un silencio incómodo, frío, incertidumbre.

Esta primera experiencia ocurrió entre 2016 y 2017, cuando salí del talego después de pagar siete meses que me quedaban y aparecí de nuevo por esta santa casa. Iba por la vida con la posha a dos mil, cogí el ordenatore y le di una paliza del copón descargando porno y buscando contactos. En la página Morbocornudos me fijé en una parejita que buscaba tíos y parejas en Sevilla para encuentros morbosos y bla ble bli, asín que, ni corto ni perezoso les mandé un emilio ofreciendo mis servicios como juguete sexual para lo que estimasen oportuno. Me contestó el menda haciéndome preguntas estándar tipo: ¿te gusta mi chica? ¿tienes buen rabo? ¿qué le harías? Etc. A esta última le contesté un poco lo que se suele contestar, no quería soltar burradas de las mías por miedo a que me descartase al temer encontrarse con Bosco, el de Tesis.

Hablamos durante un par de semanas más o menos por Skupe y resulta que al tío le molaba mucho también el Ruacanroll de los sesenta y setenta y todo eso. Total, que hicimos buenas migas. Ya más sueltos le dejé caer el tema del dogging y él me dijo que fantaseaba mucho con hacer algo asín de sórdido y tal, pero que su chica no estaría muy por la labor. Entonces yo le propuse lo siguiente:

YO.-
Mira, ¿por qué no lo dices que no estará sola contigo, sino también conmigo? o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, que tendrá dos guardaespaldas por si algún capullo se pasa de la raya, y los demás freaks, viendo que se les puede cortar el rollo, se unirán a nosotros en su defensa (cosa que en realidad es bastante lógica).

EL NOTA.-
Lo puedo intentar, pero no prometo nada, aunque por intentarlo que no quede.

Al día siguiente me escribió diciendo que sorprendentemente ella había aceptado a la primera y quedamos ese mismo sábado a las 2:00 en el punto exacto debajo del estadio LOLímpico. Yo convencí a un colega del Parque Amate para que me acompañase, no fuera a ser que la cosa se torciese y dos mendas con dos palos o dos navajas imponen mucho más que uno. Además, intentaba matar dos pájaros de un tiro pretendiendo que se uniera a la movida y así habría un rabo más y más lefa para la fulana. Él accedió de buena gana porque se aburría tela al ser su vida principalmente un recorrido perpetuo de ida y vuelta entre su keli y el bar Manolo.

Llegó el día (o mejor dicho, la noche) de autos y nos montamos en mi bólido con la intención de llegar cuanto antes al punto de encuentro. Por el camino íbamos comentando que fijo que se rajaban, o que a lo mejor ni siquiera existía la colega, que todo era fruto de la mente retorcida de un pajillero (de un forero, vamos). Paramos un momento en el aparcamiento del estadio LOLímpico y nos metimos una raia pequeñita, lo justo pa envalentonarnos pero que no nos impidiese empalmarnos, sobre todo él, porque yo venía como una bala después de esos meses de encierro.

Enfilamos el sendero destartalado y lúgubre con un mortero de madera inmenso en la guantera de la puerta derecha y una navaja to guapa en la de la izquierda, la mía. A medida que avanzábamos íbamos flipando a cada metro. Había algún que otro coche parado en medio de la tinieblas y lo único que se apreciaba era el capullo de un cigarro subiendo de intensidad lumínica a cada calada que este recibía, una moto parada con el motorista sin quitarse el casco y el motos en marcha, uno con una gabardina dando paseos arriba y abajo muy nervioso, un grupo de tres tíos que también iban a pie cobijándose del viento bajo unos juncos la hostia de altos y, para rematar el cuadro, nosotros dos. Nadie se comunicaba con nadie, nadie preguntaba si estábamos allí para el dogging con la parejita de marras, todos callados y vigilantes.

De repente unos faros aparecieron en la lejanía, se iban acercando lentamente, muy lentamente, y estoy seguro de que todos pensamos que podrían ser los topboxes por la velocidad anómala a la que el vehículo circulaba. No, era la parejita que finalmente había aparecido.

Dieron una vuelta de reconocimiento a la explanada de cemento llena de basura que allí había, también muy lentamente, fijándose en el panorama, pasándole la lupa a la escena. Yo le dije a mi colega que en cuanto comprobasen la caterva de esperpentos que allí estaban esperándoles saldrían escopeteados del lugar, pero no fue así. Se detuvieron, pararon el motor y dejaron las luces encendidas para que interpretásemos todos que estaban allí para lo que estaban y que, efectivamente, eran ellos. Entonces, encendieron la luz interior del vehículo y se pudo apreciar en todo su esplendor a la chica vestida con una camisetita de tirántas mínima, sin sujetador, con el pelo suelto sobre los tetos y sonriendo; en seguida la apagaron de nuevo. Nos mandaron el mensaje de que allí estaba la mercancía.

Se formó un murmullo de sonidos ininteligibles, algunos ya se sacaban la polla, los que estaban fumando en sus coches salieron rápidamente, como si se les hubieran metido tres escolopendras dentro. Muy tímidamente ibamos todos avanzando en círculo quedando el coche en medio, poco a poco hasta que estuviéramos pegados a él rodeando el perímetro del mismo. Entonces yo me adelanté y llegué el primero a la ventanilla del conductor, pero no para ser el primero en tocar o ser tocado y/o mamado, sino para que el colega y sobre todo ella se sintiesen más protegidos.

-¡Qué pasa, tío! Soy Hitsfromthebong. Me he traído a un colega, así seremos tres guardaespaldas.

-De puta madre; ¿Empezamos?

-Quiero que empiecen ellos dos -dijo la cerda-.

En ese momento, a mi colega no sé qué carajo le pasó que se rajó, me dijo que se volvía al coche, que no se iba a empalmar y alguna que otra chorrada más, así que me quedé yo solo para abrir el show. Ella se encontraba en el asiento trasero y abrió la puerta. Yo la saludé educadamente y me lancé del tirón a por su cuello y sus tetas. A ella, por su parte, le faltó tiempo para bajarme el chándal y los carsonsillo y empezar a pajearme.

-¡Uf! Hostia tía, chúpamela, ¿no?

-Claro que sí, tonto -respondió con una sonrisita-

Empezó a mamármela y a ponerse super cachonda. El novio (o marido, no me acuerdo) le recordaba incesantemente lo puta que era, a lo que ella respondía excitándose aún más. Hizo señas a todos los demás para que se acercasen y allá que se lanzaron como auténticas alimañas hambrientas, en cuestión de segundos las manos la recorrían de arriba a abajo apretándole las carnes, cacheteándola y buscándole los agujeros y los pezones. Uno de ellos propuso follarla en fila india a cuatro patas pero ella accedió a medias, dijo que sólo la íbamos a follar yo y uno que le había molado.

El novio (o marido, no me acuerdo) sacó dos condones y nos los entregó con el pulso tembloroso. Yo me calcé el mío y ella se puso al borde del asiento trasero a cuatro patas, con el culo y los pies asomando al exterior del carro, le escupí directamente en tol coño y se la endiñé. Joder, entró como un cuchillo en mantequilla caliente. No llevaba ni treinta segundos bombeándola cuando vi que me iba a correr sin remisión, era el primer coño en el que la metía después de muchos meses de pajas y en seguida comprendí que no debía seguir follándola, muy al contrario lo suyo era dar gusto a mi vena voyeurista y meneármela viendo cómo se la follaba el otro mientras los demás aguilillas arramplaban con todo lo que podían metiéndole mano a saco e intentando que se la chuparan. A alguno se la chupó, pero pajeó a todos y dejó que le metieran mano hasta en la tarjeta de la Seguridad Social.

El que se la estaba follando pegó un grito, gruñó y se corrió mientras le daba fuerte, la sacó, se quitó el condón y lo lanzó a varios metros de distancia. Los demás se corrieron todos: uno en las tetas, otro en los muslos, otro al aire sin que le cayerá nada a ella, otro en el pelo, hasta que ya solo quedaba yo. Momento en el que me acerqué y le puse el culo perdido de calostros, guardándome las últimas gotas que siempre salen al final y dirigiéndolas a sus bonitos New Balance.

Según se iban corriendo los mendas se largaban sin ni siquiera dar las gracias ni despedirse, lo cual me puso todavía más burro y seguro que segregué algunas gotas más de lefa solo con ese detalle de desprecio hacia la golfa. Su pareja se deshacía en elogios hacia ella llamándola de todo entre interjecciones orgásmicas de ellos y salpicaduras de sabo.

Cuando ya se terminó la fiesta y no quedaba nadie salvo ellos dos y nosotros (mi colega, que seguía metido en mi bólido y yo), ella se medio limpió y me dijo que avisase a mi compi para charlar un poco los cuatro. Nos fumamos un porro rápido antes de despedirnos y por lo que nos contaron eran una pareja de pasta, unos pijos de tomo y lomo aburridos del sexo convencional y no tan convencional (habían hecho tríos, se hacían afotos, grababan sus vidrios) que buscaban dar un giro a su vida sexual con algo realmente emocionante. Ella le ofreció a mi amigo hacerle una mamada ahora que estábamos tranquilos y era el único que no se había aliviado, pero el muy tontolaba volvió a rechazar la oferta, es verdad que en esta ocasión podía tener cierta excusa, ya que se había dedicado a meterse rayas como un loco durante toda la escena dogguera y no se le empalmaba ni en sueños, pero coño, yo qué sé, al menos ponte las botas metiéndole mano y siente el placer de metersela en la boca aunque no te corras, cabrón.

En fin, nos despedimos con mucha educancia y simpatía y quedamos en volver a repetir la experiencia o, en su defecto, montar otro chiringo parecido. En el camino de vuelta al Parque Amate me loleé a base de bien de mi colega y este me hizo prometer que no iba a contar nada en el buarrio, y que si lo hacía, él también participó. Me negué en redondo, le dije que yo iba a tener la boca cerrada, no tenía interés en contárselo a nadie (salvo a vosotros, caros hermanos), pero que si era él el que se iba de la lengua durante un morao o lo que sea, el que viniese a mí a corroborarlo se iba a llevar de vuelta la puritita verdac, así que más le valía estarse callao.

Le dejé en su casa, volví a la mía, me puse a los Tangerine Dream (en concreto, el disco Ambient Monkeys, que me flipa), me fumé el último y fundido a negro.

Bueno, pues aquí se acaba esta bonita historia. Espero haberles hecho pasar unos minutos loleantes y entretenidos, para mí siempre es un orgullo saber que al otro lado de la pantasha hay un hermano partiéndose el nabo de risa (o el coño, en el caso de las hermanas). En cuanto tenga algo de tiempo extra me pongo con la siguiente historia, que parece que no, pero escribir estas mierdas me lleva a veces más de una hora.
 
Última edición:
Como siempre una excelentísima historia. Gracias por volver a compartirla hamijo Jits
 
Bueno, pues ya estoy en el keli. Voy a proceder a contar las historias doggueras. El señor Gintonic me insta a que vuelva a contar la de la golfa de las New Balance y me anima a proseguir con las otras dos, de modo que empezaré por rememorar la de la señorita con botines (en Sevilla las zapatillas deportivas son botines) de marca estadounidense.

Quiero empezar diciendo que el relato no va a quedar como el primero, más que nada porque no soy capaz de plasmar todos los detalles con los que lo adorné, no me acuerdo de todos o ahora recordaré algunos que no cité en el primer relato, cosa muy normal por otro lado, de todos modos intentaré clavarlo lo mejor que pueda.

Bien, si resulta que ningún hermano se ha embarcado nunca en la aventura de ir de dogging, decirle que es una empresa tan excitante como peligrosa, lo cual lo hace aún más excitante. Una cosa es ir a las cabinas de un sex shop a ver si te toca la lotería y hay una parejita metida en un cubículo con predisposición a chupar rabos (ella) y otra muy distinta es ir de dogging. Sitúense..., orillas del río Guadalquivair, 2:00 A.M., un camino de cabras bordeado por cañizares y muchísima basura desperdigada por todo el tramo, oscuridac, siluetas que se mueven en la sombra, faros de coches y de motos danzando sin orden ni concierto, un silencio incómodo, frío, incertidumbre.

Esta primera experiencia ocurrió entre 2016 y 2017, cuando salí del talego después de pagar siete meses que me quedaban y aparecí de nuevo por esta santa casa. Iba por la vida con la posha a dos mil, cogí el ordenatore y le di una paliza del copón descargando porno y buscando contactos. En la página Morbocornudos me fijé en una parejita que buscaba tíos y parejas en Sevilla para encuentros morbosos y bla ble bli, asín que, ni corto ni perezoso les mandé un emilio ofreciendo mis servicios como juguete sexual para lo que estimasen oportuno. Me contestó el menda haciéndome preguntas estándar tipo: ¿te gusta mi chica? ¿tienes buen rabo? ¿qué le harías? Etc. A esta última le contesté un poco lo que se suele contestar, no quería soltar burradas de las mías por miedo a que me descartase al temer encontrarse con Bosco, el de Tesis.

Hablamos durante un par de semanas más o menos por Skupe y resulta que al tío le molaba mucho también el Ruacanroll de los sesenta y setenta y todo eso. Total, que hicimos buenas migas. Ya más sueltos le dejé caer el tema del dogging y él me dijo que fantaseaba mucho con hacer algo asín de sórdido y tal, pero que su chica no estaría muy por la labor. Entonces yo le propuse lo siguiente:

YO.-
Mira, ¿por qué no lo dices que no estará sola contigo, sino también conmigo? o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, que tendrá dos guardaespaldas por si algún capullo se pasa de la raya, y los demás freaks, viendo que se les puede cortar el rollo, se unirán a nosotros en su defensa (cosa que en realidad es bastante lógica).

EL NOTA.-
Lo puedo intentar, pero no prometo nada, aunque por intentarlo que no quede.

Al día siguiente me escribió diciendo que sorprendentemente ella había aceptado a la primera y quedamos ese mismo sábado a las 2:00 en el punto exacto debajo del estadio LOLímpico. Yo convencí a un colega del Parque Amate para que me acompañase, no fuera a ser que la cosa se torciese y dos mendas con dos palos o nos navajas imponen mucho más que uno. Además, intentaba matar dos pájaros de un tiro pretendiendo que se uniera a la movida y así habría un rabo más y más lefa para la fulana. Él accedió de buena gana porque se aburría tela al ser su vida principalmente un recorrido perpetuo de ida y vuelta entre su keli y el bar Manolo.

Llegó el día (o mejor dicho, la noche) de autos y nos montamos en mi bólido con la intención de llegar cuanto antes al punto de encuentro. Por el camino íbamos comentando que fijo que se rajaban, o que a lo mejor ni siquiera existía la colega, que todo era fruto de la mente retorcida de un pajillero (de un forero, vamos). Paramos un momento en el aparcamiento del estadio LOLímpico y nos metimos una raia pequeñita, lo justo pa envalentonarnos pero que no nos impidiese empalmarnos, sobre todo él, porque yo venía como una bala después de esos meses de encierro.

Enfilamos el sendero destartalado y lúgubre con un mortero de madera inmenso en la guantera de la puerta derecha y una navaja to guapa en la de la izquierda, la mía. A medida que avanzábamos íbamos flipando a cada metro. Había algún que otro coche parado en medio de la tinieblas y lo único que se apreciaba era el capullo de un cigarro subiendo de intensidad lumínica a cada calada que este recibía, una moto parada con el motorista sin quitarse el casco y el motos en marcha, uno con una gabardina dando paseos arriba y abajo muy nervioso, un grupo de tres tíos que también iban a pie cobijándose del viento bajo unos juncos la hostia de altos y, para rematar el cuadro, nosotros dos. Nadie se comunicaba con nadie, nadie preguntaba si estábamos allí para el dogging con la parejita de marras, todos callados y vigilantes.

De repente unos faros aparecieron en la lejanía, se iban acercando lentamente, muy lentamente, y estoy seguro de que todos pensamos que podrían ser los topboxes por la velocidad anómala a la que el vehículo circulaba. No, era la parejita que finalmente había aparecido.

Dieron una vuelta de reconocimiento a la explanada de cemento llena de basura que allí había, también muy lentamente, fijándose en el panorama, pasándole la lupa a la escena. Yo le dije a mi colega que en cuanto comprobasen la caterva de esperpentos que allí estaban esperándoles saldrían escopeteados del lugar, pero no fue así. Se detuvieron, pararon el motor y dejaron las luces encendidas para que interpretásemos todos que estaban allí para lo que estaban y que, efectivamente, eran ellos. Entonces, encendieron la luz interior del vehículo y se pudo apreciar en todo su esplendor a la chica vestida con una camisetita de tirántas mínima, sin sujetador, con el pelo suelto sobre los tetos y sonriendo; en seguida la apagaron de nuevo. Nos mandaron el mensaje de que allí estaba la mercancía.

Se formó un murmullo de sonidos ininteligibles, algunos ya se sacaban la polla, los que estaban fumando en sus coches salieron rápidamente, como si se les hubieran metido tres escolopendras dentro. Muy tímidamente ibamos todos avanzando en círculo quedando el coche en medio, poco a poco hasta que estuviéramos pegados a él rodeando el perímetro del mismo. Entonces yo me adelanté y llegué el primero a la ventanilla del conductor, pero no para ser el primero en tocar o ser tocado y/o mamado, sino para que el colega y sobre todo ella se sintiesen más protegidos.

-¡Qué pasa, tío! Soy Hitsfromthebong. Me he traído a un colega, así seremos tres guardaespaldas.

-De puta madre; ¿Empezamos?

-Quiero que empiecen ellos dos -dijo la cerda-.

En ese momento, a mi colega no sé qué carajo le pasó que se rajó, me dijo que se volvía al coche, que no se iba a empalmar y alguna que otra chorrada más, así que me quedé yo solo para abrir el show. Ella se encontraba en el asiento trasero y abrió la puerta. Yo la saludé educadamente y me lancé del tirón a por su cuello y sus tetas. A ella, por su parte, le faltó tiempo para bajarme el chándal y los carsonsillo y empezar a pajearme.

-¡Uf! Hostia tía, chúpamela, ¿no?

-Claro que sí, tonto -respondió con una sonrisita-

Empezó a mamármela y a ponerse super cachonda. El novio (o marido, no me acuerdo) le recordaba incesantemente lo puta que era, a lo que ella respondía excitándose aún más. Hizo señar a todos los demá para que se acercasen y allá que se lanzaron como auténticas alimañas hambrientas, en cuestión de segundos las manos la recorrían de arriba a abajo apretándole las carnes, cacheteándola y buscándole los agujeros y los pezones. Uno de ellos propuso follarla en fila india a cuatro patas pero ella accedió a medias, dijo que sólo la íbamos a follar yo y uno que le había molado.

El novio (o marido, no me acuerdo) sacó dos condones y nos los entregó con el pulso tembloroso. Yo me calcé el mío y ella se puso al borde del asiento trasero a cuatro patas, con el culo y los pies asomando al exterior del carro, le escupí directamente en tol coño y se la endiñé. Joder, entró como un cuchillo en mantequilla caliente. No llevaba ni treinta segundos bombeándola cuando vi que me iba a correr sin remisión, era el primer coño en el que la metía después de muchos meses de pajas y en seguida comprendí que no debía seguir follándola, muy al contrario lo suyo era dar gusto a mi vena voyeurista y meneármela viendo cómo se la follaba el otro mientras los demás aguilillas arramplaban con todo lo que podían metiéndole mano a saco e intentando que se la chuparan. A alguno se la chupó, pero pajeó a todos y dejó que le metieran mano hasta en la tarjeta de la Seguridad Social.

El que se la estaba follando pegó un grito, gruñó y se corrió mientras le daba fuerte, la sacó, se quitó el condón y lo lanzó a varios metros de distancia. Los demás se corrieron todos: uno en las tetas, otro en los muslos, otro al aire sin que le cayerá nada a ella, otro en el pelo, hasta que ya solo quedaba yo. Momento en el que me acerqué y le puse el culo perdido de calostros, guardándome las últimas gotas que siempre salen al final y dirigiéndolas a sus bonitos New Balance.

Según se iban corriendo los mendas se largaban sin ni siquiera dar las gracias ni despedirse, lo cual me puso todavía más burro y seguro que segregué algunas gotas más de lefa solo con ese detalle de desprecio hacia la golfa. Su pareja se deshacía en elogios hacia ella llamándola de todo entre interjecciones orgásmicas de ellos y salpicaduras de sabo.

Cuando ya se terminó la fiesta y no quedaba nadie salvo ellos dos y nosotros (mi colega, que seguía metido en mi bólido y yo), ella se medio limpió y me dijo que avisase a mi compi para charlar un poco los cuatro. Nos fumamos un porro rápido antes de despedirnos y por lo que nos contaron eran una pareja de pasta, unos pijos de tomo y lomo aburridos del sexo convencional y no tan convencional (habían hecho tríos, se hacían afotos, grababan sus vidrios) que buscaban dar un giro a su vida sexual con algo realmente emocionante. Ella le ofreció a mi amigo hacerle una mamada ahora que estábamos tranquilos y era el único que no se había aliviado, pero el muy tontolaba volvió a rechazar la oferta, es verdad que en esta ocasión podía tener cierta excusa, ya que se había dedicado a meterse rayas como un loco durante toda la escena dogguera y no se le empalmaba ni en sueños, pero coño, yo qué sé, al menos ponte las botas metiéndole mano y siente el placer de metersela en la boca aunque no te corras, cabrón.

En fin, nos despedimos con mucha educancia y simpatía y quedamos en volver a repetir la experiencia o, en su defecto, montar otro chiringo parecido. En el camino de vuelta al Parque Amate me loleé a base de bien de mi colega y este me hizo prometer que no iba a contar nada en el buarrio, y que si lo hacía, él también participó. Me negué en redondo, le dije que yo iba a tener la boca cerrada, no tenía interés en contárselo a nadie (salvo a vosotros, caros hermanos), pero que si era él el que se iba de la lengua durante un morao o lo que sea, el que viniese a mí a corroborarlo se iba a llevar de vuelta la puritita verdac, así que más le valía estarse callao.

Le dejé en su casa, volví a la mía, me puse a los Tangerine Dream (en concreto, el disco Ambient Monkeys, que me flipa), me fumé el último y fundido a negro.

Bueno, pues aquí se acaba esta bonita historia. Espero haberles hecho pasar unos minutos loleantes y entretenidos, para mí siempre es un orgullo saber que al otro lado de la pantasha hay un hermano partiéndose el nabo de risa (o el coño, en el caso de las hermanas). En cuanto tenga algo de tiempo extra me pongo con la siguiente historia, que parece que no, pero escribir estar mierdas me lleva a veces más de una hora.
Señor Jits, tiene unas historias tan loleantes como bien contadas. ¿No escribes en ningún lado aparte del foro?
 
Una vez fui de ruta ciclista solitaria por la verea del rio, hasta llegar al final. Que era una especia de canal o presa, el panorama desde la zona del estadio olimpico hasta el final, es de lo mas inmundo que he visto, hablo de día, condones, pañuelos, gente escondida detras de los matorrales, uno metiéndose coca (cocaina) en mitad del camino. Ni siquiera me dió por buscar que actividades se realizaban allí, no volví. Me contaron que es zona cruising, de maricones.
 
el relato no va a quedar como el primero, más que nada porque no soy capaz de plasmar todos los detalles con los que lo adorné
Mis dieses cabrong, solo te ha faltado EL DETALLE:
ella se puso al borde del asiento trasero a cuatro patas, con el culo y los pies asomando al exterior del carro, le escupí directamente en tol coño y se la endiñé. Joder, entró como un cuchillo en mantequilla caliente.
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