Enano, mis cojones. ¡Ya quisieran muchos!
Yo lo conocí en persona; es alto (al menos 1,80), atlético y fibroso.
Además, esa mezcla en su cara de intelectual y niño le da un plus de morbo. Me hice una foto con él, y, mientras una amiga disparaba, pude recorrer y restregar mi mano por su espalda: una espalda musculada a la par que esbelta, cual efebo juguetón. Como comentamos luego entre risas , el guardaespaldas (y nunca mejor dicho), detrás de nosotros, fliparía un poco. O a lo mejor ya estaba acostumbrado... Anyway, con esa foto tuve material para pajas durante unas semanas.
Todo esto, dejando aparte su inteligencia y locuacidad, por supuesto. Vamos, que yo he llegado a ver clubs de fans femeninas de él en las redes.
En conclusión: que, aparte de si ha cometido acoso o no (lo cual aún está por ver, y, como dicen, de qué grado ha sido), eso de que es un engendro malparío que no se come una rosca, no.