Nunca me he atrevido a decirlo pero a mí me envío Errejón una fotopolla hace años. Era en los comienzos, cuando estábamos en el círculo sólo tres o cuatro miembros y nuestro líder desprendía mucho carisma y respeto. Creo que el miedo, la vergüenza y, sobre todo, el hecho de que nadie iba a creerme (ni yo mismo me lo creía), impidieron que lo denunciara en su día. Me he tirado muchos años reprimiendo este recuerdo, negándoselo a mi yo consciente, pero estos acontecimientos recientes lo han reavivado todo y ahora me siento revictimizado, dolorido y acongojado. ¿Por qué tengo que pasar otra vez por todo esto? Espero que lo entendáis.
A mi en cambio me paso algo parecido con lucio, pero jamas en la vida se lo tendré en cuenta
Yo a Lucio jamás le puedo faltar el respeto por esta anécdota que viví en Madrid.
Yo soy de Palencia, iba con mis amigos del pueblo, estábamos muertos de los nervios por ir a casa Lucio ya que queríamos comer donde comen las estrellas (jugadores del Madrid, gente que sale en TVE... y encima huevos!) nos pusimos nuestras mejores galas, mejores camisas largas (y era verano) y fuimos a casa Lucio.
Cuando llegamos nos dijeron que si teníamos reserva, un compañero le dijo que llegamos bien de combustible el muy cateto pero nada, yo le dije que no, que no teníamos como mirar el número ya que nadie del pueblo lo sabía, nos dijo el camarero de malas maneras "pues ustedes no pueden comer aquí".
Mi primo Ceferino se puso a lagrimear, era el que más ilusionado estaba, se había comprado una Kodak y todo para hacerle fotos a los huevos a lo que salió Lucio y nos vio y dijo: "ustedes saben quién soy yo?".
Ceferino gritó: "ES LUCIO, LUCIO EL CREADOR, DON LUCIO".
Lucio: efectivamente, quieren una mesa? yo se la daré, pero se la tienen que ganar.
A lo que nos llevó a un cuarto de escobas y nos dijo: "en la gran ciudad las cosas funcionan de forma distinta". Se bajó los pantalones y dijo: "el entrante se toma en privado". Se agarró los cojones y dijo: "estos son los huevos de Lucio, si me los coméis os dejo una mesa donde comió Sergio Ramos".
Ceferino bajó eufórico, como un águila que había visionado un conejo a lo que al rato Lucio empezó a gritar: "CATETO PERO NO MUERDAS COÑO". Y Ceferino decía: "mandfe maeftro".
Al final nos echaron y nos pillamos el primer bus de Alsa a Palencia, pero Ceferino pudo comer felizmente los huevos de Lucio.
Grande maestro.