Erick rebuznó:
El caso es, que al menos lo que interesa en este foro, y a muchos hombres en la vida real, no es encontrar a su princesita si no follar y reconozcamoslo, el reponedor con labia ( si va unido a un buen cuerpo aún mejor ), no solo se follará a la cajera del Mercadona, también es muy probable que se tire a la abogada, a la ciéntifica y probablemente a las amigas de estas y a la novia de algún otro, mientras nuestro buen amigo el científico, probablemente este en su casa masturbandose con videos de scat. Y es que a la hora del ligoteo, lo que hayas estudiado no suele importar tanto ( siempre y cuando no parezcas un ceporro ) como tu aspecto físico y tu forma de desenvolverte en la vida nocturna.
Lo importante no es que dentro de 15 años el científico acabe pillandose a una mujer que ya ha sido manoseada por 20 tíos antes, si no de que este pueda obtener las habilidades sociales y físicas suficientes como para poder tirarsela con 15 años de adelanto.
A ver, con calma, no confundamos conceptos. Está claro que para tirarse a una cada noche hace falta físico, sí, pero la labia es mucho más importante, el saber comerle la oreja a una tía y que empiece a chorrear con las burdas mentiras que te estás inventando al vuelo. Pero para eso hace falta habilidad (¿inteligencia?) social, que puede ir o no unida a la inteligencia abstracta y matemática. Habrá científicos casanovas que se follarán a medio laboratorio, reponedores Turbo-like que se follarán a todo lo que se ponga por delante y científicos vírgenes que no se comerán una rosca. Pero cada uno tiene su parcela de habilidad/inteligencia, aunque separar ambas sea algo artificioso (pero útil en esta disertación).
También es más que obvio que, para llevarse al catre a una tía en un garito nocturno, el que tengas dos carreras o la ESO importa poco, pero yo creo que si quieres conseguir una buena tía para algo más que el metesaca sabatino, es más conveniente conseguir una tía inteligente que una ceporra, sin entrar en si son muy zorras o no. ¿Cuántas parejas hay entrampadas en hipotecas que firmaron porque era la moda sin saber qué coño era el euribor o sin tener mínimos conceptos financieros? Igual una pareja de gente más inteligente hubiera sopesado más esa decisión y el dúo cani-jessi se habrá tirado de cabeza, y ahora mismo estarán arrepintiéndose. Y a lo que voy, una tía inteligente no es fácil que acabe con un ceporro, por mucho que folle todos los findes.
Y para que veais un ejemplo de inteligencia aplicada a relaciones sociales: la historieta de un conocido mío.
El chaval es un cabrón redomado, un hijo de puta con todas las letras. Pero ha ido a casarse con la hija del amo de un importante bufete. Obviamente, boda a tutiplén, adosado, BMW, etc, pagado por el papi. Pero el chaval, para no depender exclusivamente del suegro, se ha montado, con parte del dinero de éste, una empresa que le va muy bien y que ya está empezando a ser rentable, es decir, que le va a devolver la pasta al suegro y con intereses si quisiera. Es un ejemplo de inteligencia emocional o social e inteligencia abstracta, en este caso aplicada al mundo del derecho. Si fuera un cafre socialmente, pues hubiera acabado con una perdedora y estaría currando en un despacho por cuatro perras.
Físicamente, pues él un 7, ella un 6-7, ahí debo daros la razón. Porque por muy inteligente que sea una tía, si es una hija de Sauron, pues acabará con otro de su mismo pelaje, pero eso ya es cosa de los cabrones de nuestros genes, que nos llevan por caminos inescrutables. Y es que podemos luchar contra la biología, pero no mucho tiempo.