Ichi The killer
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Bueno gente, que acabo de ver la peli japonesa Jisatsu Circle y la verdad es que es tan rara y brutal como me esperaba.
La cosa empieza con el suicidio masivo de 54 simpáticas colegialas japonesas que, a la cuenta de tres y como si de un juego se tratase, se tiran delante de un tren agarraditas todas de la mano.
Esto da lugar a una de las escenas gores más brutales de la historia del cine, con un surtidor de sangre bestial inundando la estación de tren, salpicando a la peña, miembros humanos saltando por doquier, etc. Y todo mientras suena una musiquilla ridícula, casi de comedia.
Uno apenas da crédito a lo que ve.
Si ya sólo por esa escena la película merecería figurar en cualquier antología de la salvajada, el resto de la peli es un inquietante y aparentemente absurdo thriller en el cual unos policías despistados intentan detener la ola creciente de suicidios brutales y masivos que se apodera de Japón.
Es imposible decir nada del argumento o del resto de las escenas de esta peli sin destapar cosas que dejan alucinado al cinéfilo desprevenido. Lo que sucede con los "aparentes" protas es una de ellas. Lo de los chavales de insitituto que comienzan a bromear sobre el suicidio y acaban... eso es digno de verse. Lo del grupo musical "gótico" o las enigmáticas "niñas cantantes"... todo configura una peli tan inquietante como difícil de interpretar (si es que es posible realizar alguna interpretación lógica).
Como suele pasar con muchas pelis japonesas, incluso las más comerciales, en "Jisatsu circle" hay una desconcertante (sobre todo para un occidental) falta de pudor y de moraleja a la hora de tocar temas como el suicidio, la violencia o las relaciones sociales. A lo más que se puede parecer es a la literatura existencialista estilo "El Extranjero" de Camus y cosas así. Los motivos de los personajes nunca están claros. Sus principios morales son, cuanto menos, contradictorios... la mera supervivencia y un cierto pesimismo vital suele ser la norma. Aquí no hay mensajes judeo-cristianos, ni loas al amor romántico ni elogios de la familia como unidad fundamental de sociedad (tan típicos de las pelis americanas). Este es otro mundo, otra mentalidad y otra filosofía de vida tan árida como poco apta para sensibilidades delicadas.
Que cada uno, armado con su cinefilia sin prejuicios y un estómago a prueba de bombas, se las arregle como pueda enfrentándose a una peli como esta. Estáis avisados.
Aviso que, trasladado al ámbito de la fe, los sentimientos y la vida, quizá sea el mensaje difuso que transmite la peli.

La cosa empieza con el suicidio masivo de 54 simpáticas colegialas japonesas que, a la cuenta de tres y como si de un juego se tratase, se tiran delante de un tren agarraditas todas de la mano.

Esto da lugar a una de las escenas gores más brutales de la historia del cine, con un surtidor de sangre bestial inundando la estación de tren, salpicando a la peña, miembros humanos saltando por doquier, etc. Y todo mientras suena una musiquilla ridícula, casi de comedia.
Uno apenas da crédito a lo que ve.

Si ya sólo por esa escena la película merecería figurar en cualquier antología de la salvajada, el resto de la peli es un inquietante y aparentemente absurdo thriller en el cual unos policías despistados intentan detener la ola creciente de suicidios brutales y masivos que se apodera de Japón.

Es imposible decir nada del argumento o del resto de las escenas de esta peli sin destapar cosas que dejan alucinado al cinéfilo desprevenido. Lo que sucede con los "aparentes" protas es una de ellas. Lo de los chavales de insitituto que comienzan a bromear sobre el suicidio y acaban... eso es digno de verse. Lo del grupo musical "gótico" o las enigmáticas "niñas cantantes"... todo configura una peli tan inquietante como difícil de interpretar (si es que es posible realizar alguna interpretación lógica).
Como suele pasar con muchas pelis japonesas, incluso las más comerciales, en "Jisatsu circle" hay una desconcertante (sobre todo para un occidental) falta de pudor y de moraleja a la hora de tocar temas como el suicidio, la violencia o las relaciones sociales. A lo más que se puede parecer es a la literatura existencialista estilo "El Extranjero" de Camus y cosas así. Los motivos de los personajes nunca están claros. Sus principios morales son, cuanto menos, contradictorios... la mera supervivencia y un cierto pesimismo vital suele ser la norma. Aquí no hay mensajes judeo-cristianos, ni loas al amor romántico ni elogios de la familia como unidad fundamental de sociedad (tan típicos de las pelis americanas). Este es otro mundo, otra mentalidad y otra filosofía de vida tan árida como poco apta para sensibilidades delicadas.
Que cada uno, armado con su cinefilia sin prejuicios y un estómago a prueba de bombas, se las arregle como pueda enfrentándose a una peli como esta. Estáis avisados.
Aviso que, trasladado al ámbito de la fe, los sentimientos y la vida, quizá sea el mensaje difuso que transmite la peli.