MI PRIMERA SUMISA (CHISPACS) vol II.
Nos fuimos luego al salón y empezamos en serio con las lamidas de lengua y tetas. Recuerdo perfectamente que ella estaba a mi izquierda y en un indeterminado momento atisbé una extraña mirada en sus ojos. Una mirada de anhelo, deseo, confusión, perrismo e indudable sumisión. Era ella la que marcaba el camino.
Y yo, que llegaba a esa cita con la mili hecha en cuanto a hostias y guantazos, procedí.
Procuré que su (mi) primera hostia le dejara buen recuerdo y le dí la guantá como mandan los cánones. Invisible. Sonora. Cachetera, nada de tímpanos rotos. Y con todas mis putas fuerzas.
El sonido del golpe dió paso a un tremendo silencio en el que barajé incluso haber sido parte de un montaje con final de sombra y reja y chabolo.
Pero no. Se le saltaron las lágrimas del porrazo y balbuceó que le gustaba. Y que era su amo. Y entonces me sentí como almonteño de nariz blanca y fé inquebrantable. Y salté la reja.
Le dí una buena somanta de palos y la agarré de los pelos para llevarla a su habitación. He de hacer un receso para comentar la diferencia entre la hostia a un igual y la hostia a una mujer. La hostia entre machos es poderosa, anfetamínica, alfista, deja regusto metálico y uno sabe cuando terminar. Pero la hostia a una mujer es distinta. O al menos así me supo, que era mi primera vez. Me resultó natural, escrita en mis genes a fuego, fin primordial y existencial, magnífica. Al quinto día de fostiarla estaba ya jarto. Como en todo, la repetición machaca el brillo.
En su alcoba me llamaron la atención varios hechos.
Cuando la desnudé me encontré con un feo tatuaje encima del coño. Cuestionada sobre ese hecho me respondió que era un vestigio de una relación anterior. Mostré más curiosidad y acabó contándome que era tan antiestético porque pretendía ocultar un tatuaje anterior que representaba el número de carnet profesional de su exnovio.
¿Ein?
-Si veras, yo era la zorra de mi novio, la puta a su disposición las 24 horas, y para recalcarlo me hice el tatuaje con su número profesional (evitaré mencionar la concreta profesión del ex amo). Una vez que nos peleamos decidí borrar el número con un nuevo tatuaje.
-Ah.
Continué con el proceder lúbrico intentando no asimilar nada de lo que me había contado a riesgo de distraerme, y la propia energía guarra me llevó a preguntarle si le apetecería posteriormente recibir pene en ano.
-Pues me encantaría pero no va a poder ser.
-Uy que tajante es mi zorrita, una buena puta no puede decir no a su dueño (nótese que intentaba uno adquirir malamente el rol amo).
-No, es que es un poco más complicado. Resulta que mi ex, el del número, tenía la simpática costumbre de cederme a sus amigos y compañeros de trabajo todas las noches de viernes. El sábado, eso si, era para nosotros. Y una de esas noches en las que hacían cola para perforarme el ano lo hicieron tan rudamente que lo lograron. Lo de perforarme. Y desde entonces me cosieron regu y tengo que hacer caquita poniéndome un enema monodosis cada ciertas horas. Por supuesto de fuera pa dentro nada de nada.
Hasta ese glorioso día desconocía lo que era un enema, un enema monodosis, y que la patología que me comentaba la sumisa existiera. ¿Qué ocurriría en caso de que perdiera los brazos y no pudiera enemarse a ciertas horas? ¿Uno estalla por culpa de la mierda?
Dios sabe que la compadezco en estos mismos instantes en que escribo.
Para aliviar el tono del relato, una foto de aquellos días.
Bueno pues follamos unas pocas de veces, le dí guantazos de todos los colores, me sacó su arsenal de fustas, collares y mierdas de ese tipo y, a mi forma, lo disfruté,
Incluso una jornada tuve ocasión de abrir mi mente en los siguientes términos:
- Eres un amo muy imaginativo. Creo que podrías tener alma de switch.
-No que va, siempre he sido heterosexual.
-No es eso mi amo, switch hace referencia a las personas en el mundo bdsm que son capaces de intercambiar roles dominantes y sumisos.
-Ah, que quieres tomar venganza.
-No, no es por mi. Eso es una suerte ser switch, el placer se multiplica exponencialmente.
Pues me dejé. Tanto prometía que me ilusioné incluso. Puede que la llave de la felicidad estuviera ahí escondida. Me hizo arrodillarme y cerrar los ojos. Me puso una correa ajogándome y tirando de ella. Y me soltó dos sopapos como la Catedral de Burgos.
Y me levanté y discutí acaloradamente y quedó claro que la suerte de ser switch no me había correspondido. Y encima le pegué por puta.
La relación a ningún lugar avanzaba poco a poco. Una mañana recibió una llamada y le cambió la cara. Los astros estaban alineados y tenía que hacerse la inseminación en una hora. En una hora estando la clinica a ciento cincuenta km. Y llévame porfa que soy incapaz de conducir. Y maldiciendo todo el puto camino la llevé. La dejé en la puerta y me volví.
Días later mientras la apalizaba empezó a sangrar por el toto estando ambos en un hotel de otro continente. Le hice un diez por ciento y nos volvimos sin hablar. Y fin de la historia.
Y yes, perdió lo inseminado como yo perdí a mi abuela.
Vaya triste historia. Cambiemos el humor con sus tetas.
Esta foto fue publicada en esta santa casa por mi hace mucho tiempo con un user que no duró ni la cabecera del telediario.
Y de momento hasta aquí.
Seguiré con el hilo pero sólo cuando tenga algo nuevo que contar. No puedo andar en constante flashback porque eso no es salud. Lo malo es que si soy sincero no hallo en mi muchas ganas de jaleo en los últimos tiempos. He valorado escribir a la sosita para tomar algo pero no apetece. Así que en cuanto viva algo, algo postearé.
Comenten si lo desean.