j.m.1970 rebuznó:
(...)P.D. Edito para darle la razón a Graciasporvenir. Cuanto más conoces y observas los comportamientos erráticos, absurdos, incoherentes y contradictorios de la mayoría de las mujeres, es cuando terminas por hartarte de ellas.
Se nota que estoy en una fase un poco misógina, ¿no?
Hartarse no es una opción, porque hartarse acaba desembocando en la imposible e indeseable deserción. El camino hacia el sagrado coño, es el camino de la vida, es el camino que el hombre bueno debe andar .No es conveniente llegar a los 30 sin haber adquirido y experimentado, sin haber asumido como bíblicos y dogmáticos los siguientes axiomas.
1.
NECESITAMOS, a las mujeres. Los arrebatos de autosuficiencia no son sino rabietas que nacen de la frustación y la impotencia. Un hombre y su polla, en su inconmensurable desamparo, falsamente asegurado a un lacerante onanismo, no van a ninguna parte, no son nada pretediendo ser más dignos siendo más infelices. Tener orgullo y no tener coño es no tener nada. Vuestros genes no son felices con esta decisión. Hacedles caso, ellos llevan millones de años en este negocio llamado vida.
2.
Es IMPOSIBLE entender a las mujeres. Es imprescindible que abandonemos cuanto antes este ilusorio y desesperante espejismo. Su cerebro esta sometido a una jeroglifica descarga de procesos químicos cuyo origen, explicación y consecuencias dan lugar a una serie de infinitas, absurdas e intrincadas posibilidades. Las razones por la una mujer te desprecia pueden ser exactamente las mismas por las que otra haga libaciones en tu rabo como si estuviera adorando a una diviniad. No hay errores ni aciertos, ambos son igual de válidos o incovenientes para su caprichoso y voluble criterio.
3.
NADA, te garantiza follar. Dos tetas y un culo funciona siempre con todos en todas partes. Un físico de Hércules redivivo, la magnanimidad pecuniaria de un filántropo, la inteligencia de un superdotado y la superdotación de un bantú, tan sólo incrementan tus posibilidades. Si tienes un coño puedes follar el 100% de las veces. Si tienes los dones de un dios griego, en el mejor de los casos alcanzarías un 99%.
La mitologia nos enseña como incluso los divinos falos fueron rechazados por simples mortales. La literatura y la realidad, en esta ocasión, no disienten en los más mínimo. Hasta la más miserable de las hembras humanas se sentía con derecho de rechazar a cualquiera de los inmortales habitantes del Olimpo.
4.
Ellas MANDAN. No solo tienen la regla, sino que tambien las imponen. Tu insumisión sólo posibilita que otro tome el relevo de tu abandanoda servidumbre. La diferencia fundamental entre un hombre y una mujer, en base a la cual se artícula la relación existente entre ambos es tan sólo de una palabra. Necesitar/gustar.
El hombre necesita follar. A las mujeres las gusta follar. Pero tambien las gusta, seguramente más, tomarse un cafe con las amigas y parlotear como dementes empastillados, solapando sus gritos histéricos unos encima de otros; tambien las gusta salir a bailar, una tarde de compras o ver una peli de Sandra Bullock acurrucudas junto a su chico. No necesita follar. Y entonces decide, porque negocia con algo de lo que puede prescindir. Y entonces gestiona ese recurso, y ve clara, reveladora y gloriosamente, que tiene entre entre las piernas el cofre del tesoro que todos codician y al que puede poner precio.
O pagas, o pagas o te la meneas. ¿Verdad?