Por muy despreciables que nos parezcan estos hijos de puta siempre hay tias que mojan las bragas, que se comerían los pelos del lavabo de esos tios con tal de empaparse de su aura cool.
Entramos en el tema de ser y parecer.
Hay gente que aunque sean unos mediocres de mierda, les basta con tirarse el rollo, envolverlo con el papel adecuado y venderlo a pánfilas de revista autoengañadas para triunfar.
Tias cuya forma de divertirse es crear el ambiente cool para la foto. Si el escenario es vistoso y agradable, si la compañía viste caro y bien, si las actitudes son de pose y la gente queda bien en la foto, les da igual lo que estén haciendo, para mucha gente, lo importante es que se les vea bien.
Luego da igual que la conversación sea vacía, pedante, aburrida y de postureo, da igual que todo sea una mentira, una patraña, un simulacro de estatus y gustos. Todos fingen como putas, pero si aún así parecen ser élite, para ellos es lo mismo que serlo.
Estas hijas de puta son capaces de justificarlo, argumentan que es "inteligencia" lo de aplicarse estas actitudes, lo de vestirse como gilipollas, lo de estar pendiente de lo que juzgan extraños, lo de preocuparse por gustar y parecer hasta convertirlo en "ser".
Su ambiente, su farsa es bastante frágil, en cuanto alguien les jode el numerito pasan a sentirse muy ridículos, basta con decir cuatro verdades en su puta cara y ya les jodes la noche, porque les importa tanto lo que piense cualquiera que tu opinión sirve para amargarles el dia.