Yo es que sinceramente creo que padecéis una falta de perspectiva acojonante.
La vida es un juego de roles y cada sexo, independientemente del concepto de igualdad precocinado en alguna escuela de marketing de Massachussets, se ha ido acomodando a su papel con el lento transcurrir de los eones.
La labor femenina es la intendencia y es una labor importantísima, de hecho, es el adecuado freno a la mente masculina dada a los aspectos más lúdicos y creativos de la vida.
El hombre es el atolondrado, el ente que no ha de sangrar por sus genitales cada mes por su sexualidad, ni tiene que llevar alojado durante 9 meses a otro ser humano dentro de su vientre al menor descuido.
El hombre tiene todas las posibilidades del mundo (biológicamente) de ser padre, la mujer únicamente tiene un número limitado de posibilidades que van menguando con la edad.
El hombre lleva esto en la cabeza:
La mujer esto otro:
En esta "contienda" no hay culpables ni inocentes, únicamente dos bandos condenados a entenderse.
Nadie es mejor ni peor, cada uno adolece de unos defectos y disfruta de unas virtudes pero
todos pagan un precio por ser como son.
Siempre aduciendo que gracias a los varones y a su ingenio disfrutamos de una sociedad llena de logros científicos...sí y?
Realmente pensáis que lo que llamáis progreso sirve para algo más que para descubrir nuevas y optimizadas maneras de ser infeliz?
Dónde conduce esta sociedad hipertecnificada gracias a la todopoderosa mente varonil? Lleva a que una milésima de segundo sea un concepto reverenciado, adorado y elevado a los altares como una unidad de tiempo en que un ser humano puede incrementar exponencialmente su eficacia.
Los valores masculinos son absurdos, el progreso no es más que un puñado de arena que se os escurre entre los dedos, capullos, mientras esperáis con calma y educadamente la muerte delante de una pantalla de 42 pulgadas
de mierda.
Aquí no hay vencedores ni vencidos, no hay culpables ni inocentes, sólo gente que hace lo que puede con lo que tiene y así ha sido siempre.
Lo que está claro es que a ellas sí que les falta una cucharada de cordura, porque, siendo yo mujer, me tratan de convencer desde las altas esferas de que:
a/tengo orgasmos.
b/ Si no los tengo es culpa de mi pareja no de que a la madre naturaleza se la sude el orgasmo femenino a la hora de la procreación.
c/Tengo el derecho, el (escuchad esto bien, pelagatos) derecho a trabajar para comprarme basura que apenas necesito, a ser alienada igual que un hombre, a ser ninguneada, vilipendiada y humillada por unos derechos y una libertad de cartón piedra, que sólo sirve para engrasar una maquinaria absurda de eficiencia y productividad ideada por la gloriosa manera de pensar masculina.
Vamos, me tratan de convencer de lo expuesto arriba, y les quemo los cojones a todos los hombres del orbe y a su concepto de eficiencia, productividad y progreso que tan maravillosas formas de destrozar vidas ha creado.