Entonces, Curro: entre tu casa del pueblo, el piso de la ciudad donde se va la alemana cuando quiere estar sola, la cueva y ahora la casa del tío Manuel; ya tienes cuatro viviendas. Eres un hacendado, con tus tierras de regadío, tus olivares, los baldíos, tus casas.
De aquí a nada te veo de alcalde del pueblo, llevas una trayectoria ascendente imparable. No pares ahora, aspira a más, eres el amo de tu pueblo y de toda la comarca. Mete el hocico en política y haz y deshaz a tu antojo en el pueblo. Tienes carisma, patrimonio, ¿qué más se necesita para ganar la poltrona de la casa consistorial?