No, que va

no se lo compran para nada. Estamos a un tuit de Barack Obama de la total y absoluta catarsis woke.
Muchísimo.
Fíjate que a mi esto de Vinicius pues mira, ya es como cagar y mirar la mierda. Sabes que es una mierda lo que vas a ver, pero quieres ver cómo está hecha.
Pero es que veros danzar al ritmo que marca el tolai me tiene encantado. Desde que llegó en 2018 todo mofas, burlas, cachondeo a cuenta del paquete, el uno que si Ficticius, que si 45 kilos de triatleta, jiji, jaja. Y ahora el pollo se ha revelado, ha aprendido a jugar un fútbol homologable y va pasando facturas y haciendo rabiar a lo más subnormal de la Península con su chou para Netflix.
Los calvos y los perritos milú de la vida ladrando, y el tío facturando y descojonandose de todo Cristo, desviando la atención con un debate absurdo sobre racismo que pone a bailar a todo el mundo.
Que siga la fiesta, muchos años.