Es muy gracioso escuchar o leer a sucnors que hablan de las mujeres como seres puros e inmaculados, incapaces de engañar o mentir, que son víctimas oprimidas y desvalidas del patriarcado y todas esas mierdas. Tengo un hamijo que trabaja de recepcionista en un hotel y me estuvo comentando que con la crisis catalana y la venida masiva de policías y guardia civiles en muchos hoteles de la Franja aragonesa, que es la zona en la que trabaja, han tenido la cafetería llena de golfas durante meses, pero como si estuviesen en celo, con la chocha palpitante y a la caza del policía/guardia civil que pudieran pillar, sin importar como fuesen físicamente.
Y no me estoy refiriendo a tipas solteras ni a jovencitas solamente, sino de todas las edades, incluyendo a algunas que eran aspirantes a ser consideradas casi grannys. Un puterío tremendo, subiendo a las habitaciones furtivamente y follando alegremente. Y es que los uniformes mojan mucha braga y despiertan los instintos primarios de las mujeres, que ya son de por sí seres bastante primarios.
Y creo que este ejemplo es bastante significativo de como actúan muchas golfas cuando se presentan ocasiones como la expuesta, son tan viciosas y golfas como pueda serlo cualquier hombre ante una situación similar. La presunta violación de Pamplona no es ninguna violación, parece más bien una venganza por el asunto del robo del teléfono o por el trato dispensado, poco caballeroso, en el coito o porque a la tipa se le giró la cabeza o vaya hustec a saber. La cuestión es que eso de entrar en estado de shock cuando se pajean rabos a pares o se le come el ojete a un gordo como que no, hoygan, no cuela.