FUTURO ESTADIO
El Valencia pedirá a las firmas candidatas que aclaren sus ofertas económicas.
Habrá una tercera ronda de negociaciones antes de decidir a quién dar la concesión.
Moisés Domínguez, Valencia
Las empresas que aspiran a construir el futuro estadio del Valencia CF tendrán que precisar y mejorar las condiciones económicas que ofrecen como contraprestación. Esa es la principal conclusión a la que se llega después de haber terminado la segunda tanda de entrevistas con todas ellas.
A día de hoy se puede asegurar que el club mantiene viva la opción llamada «Plan A». Esto es, encargar la construcción a una de estas empresas dando como contraprestación la explotación de una parte del complejo (zona comercial y/o servicios en el estadio).
En la recámara queda aún el «Plan B»: que sea el propio club quien lleve a cabo la construcción mediante la adquisición de uno de los proyectos, con lo que implica de abaratar costes, pero aumentar riesgos propios.
En estos momentos da la sensación de que las ofertas no son imposibles, pero sí que son mejorables, tanto en las condiciones como, fundamentalmente, en la concreción de las mismas.
Una evaluación inicial indica que, desde el punto de vista arquitectónico, el objetivo está cumplido, pero que no se ha profundizado lo suficiente en las contrapartidas económicas y ese es un factor, al fin y al cabo, decisivo. Más aún, fuentes del club lo señalaban ayer como esencial: los proyectos son suficientemente buenos como para poder quedarse con más de uno, pero no se aceptará uno que, por muy estético, cómodo, avanzado y espectacular que sea, tenga una realización económica imposible.
Tres favoritas y una sorpresa
Fuentes consultadas por este diario reconocían que no va a haber un ganador rápido. Las principales candidatas (se habla sobre todo de Arena, Llanera e IMG, pero no hay que descartar del todo la propuesta de Peñín y Ferrater) ofrecen modelos de explotación muy diferentes, por lo que, a día de hoy, se puede seguir negociando con todas ellas.
Diferentes tipos de contrapartidas
Hay que recordar que, entre las tres que más suenan, Llanera basa su propuesta económica en la explotación de la zona comercial durante 60 años, mientras que Arena se ha interesado por la explotación del propio estadio para la celebración de eventos (25 años), de los que se consideran especialmente capacitados por su dilatada experiencia, que combina con el ofrecimiento de concesión de la zona comercial (70 años) mientras que IMG ofrece la libre asociación del club a sus servicios internacionales para garantizarle los ingresos necesarios bajo el lema «un traje a medida», sin haberse concretado todavía años ni servicios. En cualquiera de los casos, las contraprestaciones se mueven todavía sobre muchas variables.
Lo que se decidirá en breve, en todo caso, es si se piden más detalles económicos a las seis candidatas o si previamente ya se hace oficial la primera criba -descartando dos o tres candidatas-. Tampoco se descarta que vayan cayendo los candidatos hasta dejar dos, seguir negociando con cada una de ellas y tomar la decisión. Tampoco hay que descarta la posibilidad la fusión entre distintas candidaturas.
La existencia de estos modelos antagónicos permite además al Valencia CF poder intentar apretar las ofertas, al menos hasta un margen aceptable por parte de las empresas.
La adjudicación se retrasará, pero no la fecha prevista de inicio de las obras
La nueva ronda de negociaciones -su plazo inicial está previsto en dos semanas- va a suponer que la decisión no se tomará, como se pensaba inicialmente, en las próximas semanas. La nueva previsión retrasa la fecha de conoce el ganador. Sin embargo, esto no supone una demora respecto a las previsiones de inicio de las obras. Porque, independientemente de la empresa adjudicataria, ésta no se puede poner a trabajar si no dispone todavía de la parcela y se calcula que ésta no será propiedad del Valencia CF hasta dentro de unos meses. El club y el ayuntamiento tienen pendiente todavía varios pasos, que no está previsto ni mucho menos que se concreten a corto plazo: el club debe terminar de adquirir terrenos en la ciudad para poder realizar la permuta de los mismos con el consistorio. Y hasta que no se firme ese acto, el «zapato» de la avenida Corts Valencianes sigue siendo de propiedad municipal, con lo que no puede entrar ninguna máquina ajena al ayuntamiento. En el club tienen claro, por ello, que no hay prisa por tomar la decisión más importante de su historia moderna.