Lollercoaster
Asiduo
- Registro
- 10 Oct 2006
- Mensajes
- 722
- Reacciones
- 609
No era estrictamente puta que yo sepa, pero lo demás sí.
La conocí en el Badoo. Como estoy en sequía y parecía que me daba bola, no me importó que ya con filtros pareciese feúcha. Tras unas pocas frases me pide el WhatsApp y me hace una llamada, todo muy precipitado. No se la entiende nada porque no tiene ni puta idea de Español, ni de Inglés, pero habla ambos a la velocidad de un nativo. Resumiendo, quedamos para follar (creo entender) en su casa, y pallá que voy.
Cuando llego al lugar de la cita, me la encuentro con mascarilla y se comporta de forma extraña. Me pregunta mil veces cada cosa, y parece como asustada de mí, no obstante me sube a su casa en menos de 5 minutos, y el horror me invade. Es la casa más cochambrosa y derroída en la que he puesto los pies. Las paredes con churretes, todo roto, cables sueltos, comida a medio comer en los lugares más insólitos. Muebles desvencijados, estanterías sin baldas y armarios sin puertas. Me hace pasar a su habitación y veo una cama de matrimonio con una sola sábana con lamparones cubriéndola y sin almohada. Me ofrece sentarme y con un poco de asco lo hago. Entonces me fijo bien en ella. Se ha quitado la mascarilla y es aún más fea de como la imaginaba, y por su pelo tiene el aspecto de no haberse duchado en unos cuántos días, pero hay algo que me llama más la atención: Tiene las piernas comidas por picaduras de algo. Mirando alrededor veo botes de insecticida y antibióticos. Y de repente, algo se mueve en la pared. Una puta chinche.
Le señalo la chinche y no le da importancia. Sigue hablando como si nada y como si yo la estuviese escuchando. Detecto otra en otra pared al buscar ya con la vista. Y al mirar al suelo, veo no menos de 8 muertas a los pies de la cochambrosa cama. Antes de que termine de contar los cadáveres, una se me sube al dedo gordo del pie, encima voy con sandalias. Me levanto de un respingo, le digo apresuradamente que me voy y salgo escopetado de allí. Encima aún me escribe, mientras conduzco como alma que lleva el diablo de vuelta a mi casa, si ya no quiero conocerla más Block y ahora ducha abrazándome las piernas.
La conocí en el Badoo. Como estoy en sequía y parecía que me daba bola, no me importó que ya con filtros pareciese feúcha. Tras unas pocas frases me pide el WhatsApp y me hace una llamada, todo muy precipitado. No se la entiende nada porque no tiene ni puta idea de Español, ni de Inglés, pero habla ambos a la velocidad de un nativo. Resumiendo, quedamos para follar (creo entender) en su casa, y pallá que voy.
Cuando llego al lugar de la cita, me la encuentro con mascarilla y se comporta de forma extraña. Me pregunta mil veces cada cosa, y parece como asustada de mí, no obstante me sube a su casa en menos de 5 minutos, y el horror me invade. Es la casa más cochambrosa y derroída en la que he puesto los pies. Las paredes con churretes, todo roto, cables sueltos, comida a medio comer en los lugares más insólitos. Muebles desvencijados, estanterías sin baldas y armarios sin puertas. Me hace pasar a su habitación y veo una cama de matrimonio con una sola sábana con lamparones cubriéndola y sin almohada. Me ofrece sentarme y con un poco de asco lo hago. Entonces me fijo bien en ella. Se ha quitado la mascarilla y es aún más fea de como la imaginaba, y por su pelo tiene el aspecto de no haberse duchado en unos cuántos días, pero hay algo que me llama más la atención: Tiene las piernas comidas por picaduras de algo. Mirando alrededor veo botes de insecticida y antibióticos. Y de repente, algo se mueve en la pared. Una puta chinche.
Le señalo la chinche y no le da importancia. Sigue hablando como si nada y como si yo la estuviese escuchando. Detecto otra en otra pared al buscar ya con la vista. Y al mirar al suelo, veo no menos de 8 muertas a los pies de la cochambrosa cama. Antes de que termine de contar los cadáveres, una se me sube al dedo gordo del pie, encima voy con sandalias. Me levanto de un respingo, le digo apresuradamente que me voy y salgo escopetado de allí. Encima aún me escribe, mientras conduzco como alma que lleva el diablo de vuelta a mi casa, si ya no quiero conocerla más Block y ahora ducha abrazándome las piernas.
Última edición: