Eddie Brock rebuznó:
Si tratas de hacer movidas que inventaron otros, ¿no pierde un poco la gracia?
Muchos jugadores piensan como tú, amigo. Uno de ellos era, sin ir más lejos, Spassky, el ruso al que Fischer arrebató el cetro mundial. Nunca le interesó estudiar la teoría de aperturas, y era una falla que el americano explotó todo lo que pudo durante el match.
El tema de la teoría es complejo, porque hoy día es muy difícil integrarte en la élite sin tener dominado este aspecto. Hay excepciones, claro. Y una de ellas podría ser el peruano Julio Granda, quien por no saber, no sabe ni el nombre de muchas aperturas. El tío es el mejor de su país (o lo era, no sé cómo anda la cosa hoy día), y tiene una fuerza a nivel mundial considerable (quizá entre los doscientos mejores), pero en cierta ocasión tuvo que jugar contra Kasparov y éste le metió con el libro en la cabeza hasta el punto de proclamar ante la prensa que no sabía cómo un tipo así tenía tanto elo (Kasparov sobre Granda)
Como es natural, a medida que un jugador tiene más edad, más difícil le resulta memorizar variantes, por lo que es frecuente que un jugador veterano juegue aperturas poco convencionales cuando se enfrenta a un jugador joven, con el fin de confundirlo, "sacarlo del libro" lo antes posible, y buscar superarle en el medio juego, donde normalmente debería tener más práctica.
Y algo similar ocurre cuando el ajedrecista ha estado alejado de los tableros durante un tiempo. No puede volver y pretender aplicar sus arcaicas variantes teóricas porque probablemente gran parte de ese material se encuentre ya refutado, por lo que al menos en un principio procurará plantear líneas de apertura poco trilladas para no verse sorprendido antes de tiempo.