saca-al-tarado
Clásico
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- 22 Mar 2006
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Coincido en lo que se ha apuntado por ahí acerca del resentimiento del que hacen gala por lo menos algunas gordas. A qué obedece es algo cuya explicación dejo a quien desee teorizar pero es bien cierto que en más ocasiones de las que quisiera, cuando me estaba trabajando a una chica determinada, acudía la gorda del grupo, con una eficacia admirable para el sabotaje, y la sustraía de mis estratagemas.
Sin perjuicio de ello reconozco que las gordas me han puesto palote en más de una ocasión, y tras esfuerzos bastante ímprobos pues bien que se hacen valer algunas, he logrado el objetivo del encamamiento. La razón de ello reside en el puro morbo: una oscura perversión hace que me fascinen los estados intermedios de la materia, y ver cómo algo que no parece ni sólido ni líquido reacciona ante las fuerzas físicas supone un espectáculo digno de verse; me gusta, no voy a negarlo, ver cómo ante mis embestidas la energía se propaga en ondas, es algo que va más allá del placer puramente sexual y casi me agrada tanto como el bamboleo rítmico de unas tetas king size bajo iguales condiciones.
Sin perjuicio de ello reconozco que las gordas me han puesto palote en más de una ocasión, y tras esfuerzos bastante ímprobos pues bien que se hacen valer algunas, he logrado el objetivo del encamamiento. La razón de ello reside en el puro morbo: una oscura perversión hace que me fascinen los estados intermedios de la materia, y ver cómo algo que no parece ni sólido ni líquido reacciona ante las fuerzas físicas supone un espectáculo digno de verse; me gusta, no voy a negarlo, ver cómo ante mis embestidas la energía se propaga en ondas, es algo que va más allá del placer puramente sexual y casi me agrada tanto como el bamboleo rítmico de unas tetas king size bajo iguales condiciones.