Me acabo de acordar de un apretonaco brutal en la ciudad de los rascacielos. Me acabo de acordar porque acabo de sufrir el mismo efecto al beber lo mismo pero esta vez en casa.
Íbamos mi mujer y yo por Chinatown, mirando rolejeses falsos, imitación de bolsos LV, y cualquier imitación mierder chinesca que nos encontráramos.
Como soy un retrasao, me quedé con la mirada fija en puestos donde había cocos pelados con dos pajitas, de donde se extraía la famosa agua de coco. Yo me había atizado una buena comida y un café decente en Little Italy, pero yo quería aquel cocarro y beber el néctar de su interior.
Así que hasta llegar a un puesto me pille un coco con dos pajitas. Mi mujer no quiso ni probarlo, por lo cual me apreté todo. Al principio entraba bien, tampoco era nada del otro mundo, pero al final había una sensación de hartazgo y saciedad, a la que obviamente no hice caso, que me estaba alertando de que nada bueno podía pasar si iba por ese camino. Pero yo fiel, el coco se quedó sin una gota.
Seguimos paseando por la zona, y me acuerdo que nos quedamos en un parque viendo a una pila de viejos chinos haciendo Tai Chi o algo parecido, cuando de pronto como si de la Blitzkrieg nazi se tratará, apareció un apretonaco relámpago brutal sin el menor aviso, sin pedos caldosos y fétidos, sin movientos de tripas involuntarios, o cualquier otro síntoma que avisara que el general mierda estaba en puertas.
Fue un milagro que contuviera esa emboscada. Pero acto seguido y después del episodio traumatico de mi infancia que por no entrar en un bar a dejar la mascada, sufrí uno de los episodios más vergonzantes de mi existencia , le dije a mi mujer que había que buscar un antro para dejar el alijo.
Me puso cara de gñe, pero cuando le expliqué la situación, Defcom 2, en serio peligro de pasar a Defcom 1, colaboró inmediatamente. Nos metimos en uno de esos restaurantes que tienen patos ahumados colganderos con sus patitas y todo, mi mujer se pidió algo que no llegó a probar y yo fui al servicio con un paquete kleenex.
Si os digo la verdad, ni me acuerdo del tigre. Me acuerdo que había una taza y ya está. Me bajé los pantalones e igual que el ataque fue la cagada. En 3 segundos había excretado una cantidad de mierda notoria, con un propulsión elevada, pero estable sin altibajos. Tampoco creía que olía mucho hasta que dos segundos después las puertas del averno se abrieron de par en par, porque la puerta tenía bisagras que sino sale corriendo.
Me limpié, las mascada había salido tan rápido que no hubo daños y acto de limpiarse por el bullate se hizo con celeridad.
Al tirar de la cadena, como es habitual allí, se llena un poco la taza y luego todo el ñordeo es succionado repentinamente y tragado en décimas de segundo. Hostias, al ver el mar de caca subir, no me esperé al ver el desenlace y salí del baño como un toro de chiqueros. Salimos de allí, mi mujer había pagado ya la no consumición.
Yo atemorizado, dije a mi mujer trasladarnos a un radio muy cercano al hotel por si había otra embestida, pero ya verdad es después del escopetazo pasé una magnífica tarde sin más novedad