RoderickUsher
Veterano
- Registro
- 4 Sep 2005
- Mensajes
- 1.333
- Reacciones
- 168
¿Has pensado en narrar tus historias, dandole más emocion, y subir la pista de audio a youtube con una de tus imágenes ilustrándolo?
Siga el video a continuación para ver cómo instalar nuestro sitio como una aplicación web en su pantalla de inicio.
Nota: Esta función puede no estar disponible en algunos navegadores.
George Costanza rebuznó:Se me pasó por la cabeza, pero si no me lo quitan por los derechos de la canción de turno, lo harán si sale un chocho o similar. No merece la pena.
mundele rebuznó:Y el formato "déjenme postear lo que me salga de los cojones y cuando me salga de los cojones" también, no lo olviden.
Eso es incitación al autobaneo.
:Bat
mundele rebuznó:Y esto es no entender un carajo.
Venga, dejen al artista tranquilo y limpien el suelo de babas ya.
In the name of loveMi hijo se encontró una cabeza de mico pocha mientras hacía el indio en Pitis. Como ha salido al padre, no se le ocurrió otra que pedirle un deseo: una maqueta del castillo-escuela del Doctor Decrépito.
A los dos días se escapó un león del circo, se metió en el ultramarinos, y se hizo escabeche con los que fue encontrando, mi ex mujer entre ellos. Cuando llegaron los del seguro, me dijeron que por la póliza que tenía contratada me correspondía UNA MAQUETA DEL DOCTOR DECRÉPITO.
Lloré como una maricona durante un par de meses hasta que una noche, con el valor que dan los cubatas a pelo, enganché la cabeza y le pedí que me devolviera a mi mujer.
Señor Q rebuznó:Cada vez que veo que el hilo de Constanza está en negrita y ocupando la pole o subpole del phoro, corro a abrirlo como Rappel persiguiendo un efebo y, las mas de las veces, me hallo ante la enésima lamida escrotal del aguafiestas de turno.
Morzhilla rebuznó:Me acaba de pasar eso mismo, esperaba una nueva ración del genio y me encuentro contigo.
La búsqueda dio su fruto y encontré al Mochuelo Bizco, que además de Guardián del Árbol también era pitoniso. Me acerqué, admirando los símbolos arcanos y ya olvidados que adornaban el tronco, obra sin duda de logias anteriores a los Años Oscuros. Se decía que quien se asomara al Espejo de las Vomitinas alcanzaría sabiduría y consejo sobre cómo conducirse.
Ofrendé el cucurucho de pipas al Mochuelo y me dispuse al lance.
Al otro lo tuvieron que sacar soplándolo con una carcherHicimos varios "Devueltos" con presos, que nos contaban sus cuitas en entrevistas de varias horas. Llamó mucho la atención el programa en el que salió Nicomedes, "Sapore di Culo"; llegó a su casa y encontró a un chorizo que había dejado federico a su padre y se estaba llevando el ajuar.
Se casaba el chico polilla y fuimos al convite. Cuando estaban pasando la bandeja con la liga se oyeron voces en los pasillos; una horda de borrachos había tomado al asalto los salones y nos quería pasar a cuchillo. Se juntó el hambre con las ganas de comer.
Encontramos al almasti en Siberia. Le habíamos perdido la pista en Viena, pero pagó con tarjeta en un economato y le backtraceamos; se había llevado el bote de la peña y teníamos el bar tiritando.
Había colocado dos gorilos en la entrada de la cueva. Allá fue Churruca; se encorvó y pasó corriendo al lado mientras arrastraba ramas, por ver si los achantaba. Le cogieron al bies según llegaba y le masticaron la cabeza. Lo dejaron que parecía un montón de trapos.
En mi primer día como profesor de autoescuela salí con el alumno a la autopista. Quiso la providencia que se nos pusiera delante un tráiler lleno de cerdos. Nos entraba olor a puercuzo por las rejillas del aire y le pedí al chaval que las cerrara, para que se fuera familiarizando con los controles. Se puso nervioso y metió marcha atrás, con lo que nos catapultamos hacia delante como embestidos por el mismísimo Ceto; chocamos contra el camión y dejamos el coche siniestro.
Ahí no acabó la historia, porque los cerdos debían de estar malditos. Liberados de las jaulas, corrieron hacia nosotros y se cebaron conmigo entre chillidos grotescos; me defendí como pude con el antirrobo y mandé al chico a buscar ayuda.
De la nada apareció el porquero, que corría agachado apoyándose en los nudillos y venía arrastrando una maza llena de clavos. Por suerte llegó el cobrador de la cabina de peaje pegando voces con los brazos levantados y pudimos igualar la liza.
Me desnuqué con la encimera de la cocina haciendo el becerro por una apuesta. Inmediatamente comenzó a sonar I know it’s over, se hizo una niebla y apareció una suerte de gnomo deforme dando cabriolas y corvetas. Y he aquí que me habló.
Me contó que estaba muerto y que la teoría de los círculos de existencia era cierta; somos títeres de mentes superiores. Después me pasó mi vida en un proyector, para que comprendiera mis errores y debilidades y los evitara en mi nueva encarnación.
Utilizamos cookies esenciales para que este sitio funcione, y cookies opcionales para mejorar tu experiencia.