Cuando me he tropezado con un vídeo de estas cerdupias contorneándose y pidiendo que visiten su "insta" mientras ofrecen enseñar esto o lo otro en función de los seguidores, lo que me pone cachondo de verdac es pensar en los padres, concretamente en el padre. En el salón viendo la serie de marras en Netflix mientras un montón de cerdos se están pajeando mirando a su hijita del alma. Además, ese padre seguro que sabe que su hija en un putón desorejao que no sabe hacer la O con un canuto y encima se jacta de ello, una pelandrusca comebolsas que no merece respeto alguno. ¿Qué sentirá ese padre? ¿Qué pensará acerca del futuro que le aguarda a su descendencia? Y sobre todo, qué sentirá cuando en verano esté harto de botellines una noche que la puta de la madre haya salido con las amigas y, de repente, aparezca su hija deambulando en bragas por la casa con los ojos rojos de haberse fumao un porro en la ventana de su cuarto. Cuando las veo haciendo la guarra en esos vidrios, pienso en el padre y se me pone de adamantium.