Las proezas del forero medio

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carlostr

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26 Jun 2015
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Empieza el año, e intentando seguir las indicaciones del Lord Ilg, voy con mi falta de lol a abrir mi primer hilo, que doy por hecho que es un mierda.
Como veis en la foto, algún british forero realiza una proeza que seguro que algún verruga o darkiano patrio, intento en la ventana de alguna hermanastra o chinita de pago.
La pregunta es, ¿alguno de vosotros hizo o tiene intención de hacer algo así?
¿que proeza ingeniosa os gustaría hacer?
Y hasta aquí mi primer mierda hilo.
 
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A la vecina de encima se la caían alguna vez las bragas a mi balcón y yo las recogía con la misma ilusión que los hijos de Perrino recibirían los reyes este jueves. No he tenido la suerte de poder sostener muchas veces entre mis manos esa magnífica prenda. Tan liviana, tan suave, tan vaporosa que parece que tengas entre las manos un trozo de nube. Es increíble que un trozo de tela tan pequeño se lo puedan poner en esos pedazos de culos, debe de tener algún material ultra flexible o ser cosa de encantamiento. Me solía recrear en las filigranas que tienen, esos remates con encajes que evocan a las hojas y las ramas de la naturaleza pero siguiendo un estilo barroco. Levitada dos milímetros del suelo cuando las sostenía entre mis manos, por fin, ahí estaba yo, con unas bragas de mujer en mis manos, algo que nunca jamás creí posible.

Pero era como el anillo de Frodo, al sostenerlas en mis manos notaba como la mente se me nublada con malos pensamientos. Al cabo de 8 segundos las soltaba en el soporte del aire acondicionado para que pudiese recogerlas su dueña o el marido desde la ventana de la escalera.
Hasta que una vez cayó una esponja de relleno del sujetador, esta me la guardé, y la estuve oliendo durante días, quizás semanas, quién sabe. Me embriagué de un sutil perfume a suavizante que para mí era el olor a seno fresco y limpio y la textura de la esponja la asociaba con la tersura de la teta que había rellenado.

Desde entonces, cuando me cruzaba con mi vecina, una rumana que follaba como una loca noche si y noche no, sentía que entre ella y yo había algo especial, como si fueses amantes. Yo sabía que ella sabía que tenía su copa de relleno, y esperaba que me la pidiese para ponerla en ese aprieto tan romántico.

A raíz de aquello, bueno, de aquello y que tenían una hija preciosa de unos 7 años (rubia, piel blanca y brillante como la porcelana, ojos verde como su madre; una ricura de niña) con la que se me caía la baba cada vez que me la cruzaba en la escalera. Y para qué os voy a engañar, yo me hacía el encontradizo cuando sentía que se bajaba a la calle a jugar con un patinete. La madre se debió de percatar de que la acechaba, o quizás me lo notó en los ojos golosones que se me ponían cuando la veía; el caso es que me dejó de saludar un buen día y cuando nos cruzábamos en el rellano éramos como dos desconocidos que ni se saludaban. Y si iba la hija con al madre, ésta, de forma instintiva agarraba a la nínfula y la apartaba de mi camino con ese precioso instinto de protección que tienen las madres.
 
Última edición por un moderador:
A la vecina de encima se la caían alguna vez las bragas a mi balcón y yo las recogía con la misma ilusión que los hijos de Perrino recibirían los reyes este jueves. No he tenido la suerte de poder sostener muchas veces entre mis manos esa magnífica prenda. Tan liviana, tan suave, tan vaporosa que parece que tengas entre las manos un trozo de nube. Es increíble que un trozo de tela tan pequeño se lo puedan poner en esos pedazos de culos, debe de tener algún material ultra flexible o ser cosa de encantamiento. Me solía recrear en las filigranas que tienen, esos remates con encajes que evocan a las hojas y las ramas de la naturaleza pero siguiendo un estilo barroco. Levitada dos milímetros del suelo cuando las sostenía entre mis manos, por fin, ahí estaba yo, con unas bragas de mujer en mis manos, algo que nunca jamás creí posible.

Pero era como el anillo de Frodo, al sostenerlas en mis manos notaba como la mente se me nublada con malos pensamientos. Al cabo de 8 segundos las soltaba en el soporte del aire acondicionado para que pudiese recogerlas su dueña o el marido desde la ventana de la escalera.
Hasta que una vez cayó una esponja de relleno del sujetador, esta me la guardé, y la estuve oliendo durante días, quizás semanas, quién sabe. Me embriagué de un sutil perfume a suavizante que para mí era el olor a seno fresco y limpio y la textura de la esponja la asociaba con la tersura de la teta que había rellenado.

Desde entonces, cuando me cruzaba con mi vecina, una rumana que follaba como una loca noche si y noche no, sentía que entre ella y yo había algo especial, como si fueses amantes. Yo sabía que ella sabía que tenía su copa de relleno, y esperaba que me la pidiese para ponerla en ese aprieto tan romántico.

A raíz de aquello, bueno, de aquello y que tenían una hija preciosa de unos 7 años (rubia, piel blanca y brillante como la porcelana, ojos verde como su madre; una ricura de niña) con la que se me caía la baba cada vez que me la cruzaba en la escalera. Y para qué os voy a engañar, yo me hacía el encontradizo cuando sentía que se bajaba a la calle a jugar con un patinete. La madre se debió de percatar de que la acechaba, o quizás me lo notó en los ojos golosones que se me ponían cuando la veía; el caso es que me dejó de saludar un buen día y cuando nos cruzábamos en el rellano éramos como dos desconocidos que ni se saludaban. Y si iba la hija con al madre, ésta, de forma instintiva agarraba a la nínfula y la apartaba de mi camino con ese precioso instinto de protección que tienen las madres.
Sin olor a jopo las bragas son como un yinctonic sin jinebrA.
 
El año lo comienza en firma el nuero.
Preocupado mevtenía puesto que los post de finales de año los hizo un tanto reguleros. Sepa disculpar y tal.

A mi nunca me dio por esas cosas, mucha vergüenza, o cobardía, como quieran, tenía.

Ka®ma i vergonia.
 
A raíz de aquello, bueno, de aquello y que tenían una hija preciosa de unos 7 años (rubia, piel blanca y brillante como la porcelana, ojos verde como su madre; una ricura de niña) con la que se me caía la baba cada vez que me la cruzaba en la escalera...

:lol: :lol: :lol:

Cualquier día nos meten a todos en la cárcel.

Yo una vez le cogi a mi hermana unas bragas de su mesilla de noche. Las use a modo de calcetín de las pajas un par de veces y entonces desaparecieron. Mi madre las encontraría y las echaría a lavar.

En otra ocasión en el instituto entre al baño de las tías y cogi del cesto de la basura una compresa limpia pero impregnada de flujo vaginal. Se la cambiaría por eso mismo, la muy cachonda.

Las oli casi una semana en la que me mate a pajas.

En cierta ocasión con una amiga especial, cuando iba a visitarla me llevaba sus bragas usadas ese día de recuerdo y a la siguiente visita se las devolvía lavadas y me llevaba las que llevará en ese momento.

Y últimamente me siento muy tentado de comprar unas braguitas de ositos para teens cada vez que voy a comprar a los chinos.

Aparte de eso creo que nada más.
 
Última edición por un moderador:
¿nadie se disfraza de ninja o lo que sea para hacerse una paja a la crema?
 
Yo no siento fetichismo alguno por la ropa interior femenina. Soy un tipo normal.

Demasiados tangas, sujetadores y corsés de gótica, ligueros, medias y demás cosas de mujer.

A mí solo me pone una mujer desnuda o con la ropa medio a desgarrar porque la van a violar.

Soy un tipo normal.
 
A la vecina de encima se la caían alguna vez las bragas a mi balcón y yo las recogía con la misma ilusión que los hijos de Perrino recibirían los reyes este jueves. No he tenido la suerte de poder sostener muchas veces entre mis manos esa magnífica prenda. Tan liviana, tan suave, tan vaporosa que parece que tengas entre las manos un trozo de nube. Es increíble que un trozo de tela tan pequeño se lo puedan poner en esos pedazos de culos, debe de tener algún material ultra flexible o ser cosa de encantamiento. Me solía recrear en las filigranas que tienen, esos remates con encajes que evocan a las hojas y las ramas de la naturaleza pero siguiendo un estilo barroco. Levitada dos milímetros del suelo cuando las sostenía entre mis manos, por fin, ahí estaba yo, con unas bragas de mujer en mis manos, algo que nunca jamás creí posible.

Pero era como el anillo de Frodo, al sostenerlas en mis manos notaba como la mente se me nublada con malos pensamientos. Al cabo de 8 segundos las soltaba en el soporte del aire acondicionado para que pudiese recogerlas su dueña o el marido desde la ventana de la escalera.
Hasta que una vez cayó una esponja de relleno del sujetador, esta me la guardé, y la estuve oliendo durante días, quizás semanas, quién sabe. Me embriagué de un sutil perfume a suavizante que para mí era el olor a seno fresco y limpio y la textura de la esponja la asociaba con la tersura de la teta que había rellenado.

Desde entonces, cuando me cruzaba con mi vecina, una rumana que follaba como una loca noche si y noche no, sentía que entre ella y yo había algo especial, como si fueses amantes. Yo sabía que ella sabía que tenía su copa de relleno, y esperaba que me la pidiese para ponerla en ese aprieto tan romántico.

A raíz de aquello, bueno, de aquello y que tenían una hija preciosa de unos 7 años (rubia, piel blanca y brillante como la porcelana, ojos verde como su madre; una ricura de niña) con la que se me caía la baba cada vez que me la cruzaba en la escalera. Y para qué os voy a engañar, yo me hacía el encontradizo cuando sentía que se bajaba a la calle a jugar con un patinete. La madre se debió de percatar de que la acechaba, o quizás me lo notó en los ojos golosones que se me ponían cuando la veía; el caso es que me dejó de saludar un buen día y cuando nos cruzábamos en el rellano éramos como dos desconocidos que ni se saludaban. Y si iba la hija con al madre, ésta, de forma instintiva agarraba a la nínfula y la apartaba de mi camino con ese precioso instinto de protección que tienen las madres.

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En mi curro, teníamos un prenda que se gayoleaba en el servicio.
Todos lo sabíamos, porque era entrar la buenorra de RRHH y salir disparado el menda con un bulto entre las piernas.
El lol es que un día le llama el jefe de la de RRHH, y le planta una carta de despido voluntario o cese voluntario en la empresa, porque el iluminado cada ve z que se corría, la "masca" la restregaba en el espejo del ascensor, o bien tiraba bien visible el pañuelo manchado en el suelo de un pasillo ramdon o, la gota que colmó el vaso, meterle el pañuelo con todo el grumo en el bolso de la menda.
Unos días después, apareció a recoger unos papeles y el menda listo cual roboc nos dijo que no sabía que había cámaras dentro de las oficinas.
Meses después, gracias a los contactos y unas cañas+tapas en el bar de abajo, uno de seguridad nos dejó ver las grabaciones en vhs del susodicho pajero, y como la de la limpieza se pillaba unos mosqueos tremendos al encontrar el grumo.
 
Sin olor a jopo las bragas son como un yinctonic sin jinebrA.

Bueno, depende, vamos a ver.

Mi vecina de arriba es ahora un llavero cuarenton al que le quedan dos años de esa decada, pero cuando se mudo aqui, que tendria yo unos 19, si era bajita y tal, pero estaba que se rompia de buena. Ademas iba siempre enseñando cacho y cada dos por tres se la oia follando con el maromo desde mi casa, pusieron hasta un cartel en la escalera para que cerrase la ventana en verano porque se oian los gemidos mas alla de orion.

Varias veces se le cayo ropa del tendedero a mi terraza, y siempre subia mi madre a devolversela, porque logicamente, yo hasta que vivi solo, no tendi la ropa una puta vez en mi vida.

Con 21, que me quede viviendo solo y me toco lavar tender y demas, la primera vez que me encontre algo suyo caido en mi tendedero, fue un calcetin, otro dia una camiseta de estar por casa que estaba para hacer trapos ya y asi varias veces.

Obviamente, siempre le subia lo que me encontraba alli, porque no tenia interes alguno un calcetin de mierda.

Pero un dia, estaba en mi casa tan pancho foreando a las 4 de la tarde y me suena el timbre.

Me pone muy nervioso que me llamen al timbre, porque nunca espero visita, en aquella epoca, solo a mis colegas de por entonces los viernes y para hacer botellon en mi casa.

Me pongo unos pantalones, apago el cigar, abro la puerta y es la tia esta, en tirantas que a mi ya se me puso la cara como un extintor.

Me dice que se le habia caido algo de ropa a mi balcon tendiendo, le digo "voy a ver, pasa".

me asomo al balcon y veo alli un guiñapo negro, lo cojo, y era un tanga. Un tanga simple, de batalla, nada de florituras, pero un tanga, y al cogerlo veo que en la tela esa doble que llevan donde la raja por si se escapa una gotilla de pis o lo que sea, tiene como unos pequeños restregones blancos, que mi mente convirtio automaticamente en flujo vaginal reseco.

Se las lleve a la entradita, y entre eso, y el canalillo que se le veia le di el tanga con una cara tal que

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Obviamente ella se dio cuenta claramente, miro al suelo para ocultar que estaba a punto de partirse de risa, dijo "gracias y perdona eh" y se piro.


Claramente, 10 minutos despues
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A la vecina de encima se la caían alguna vez las bragas a mi balcón y yo las recogía con la misma ilusión que los hijos de Perrino recibirían los reyes este jueves. No he tenido la suerte de poder sostener muchas veces entre mis manos esa magnífica prenda. Tan liviana, tan suave, tan vaporosa que parece que tengas entre las manos un trozo de nube. Es increíble que un trozo de tela tan pequeño se lo puedan poner en esos pedazos de culos, debe de tener algún material ultra flexible o ser cosa de encantamiento. Me solía recrear en las filigranas que tienen, esos remates con encajes que evocan a las hojas y las ramas de la naturaleza pero siguiendo un estilo barroco. Levitada dos milímetros del suelo cuando las sostenía entre mis manos, por fin, ahí estaba yo, con unas bragas de mujer en mis manos, algo que nunca jamás creí posible.

Pero era como el anillo de Frodo, al sostenerlas en mis manos notaba como la mente se me nublada con malos pensamientos. Al cabo de 8 segundos las soltaba en el soporte del aire acondicionado para que pudiese recogerlas su dueña o el marido desde la ventana de la escalera.
Hasta que una vez cayó una esponja de relleno del sujetador, esta me la guardé, y la estuve oliendo durante días, quizás semanas, quién sabe. Me embriagué de un sutil perfume a suavizante que para mí era el olor a seno fresco y limpio y la textura de la esponja la asociaba con la tersura de la teta que había rellenado.

Desde entonces, cuando me cruzaba con mi vecina, una rumana que follaba como una loca noche si y noche no, sentía que entre ella y yo había algo especial, como si fueses amantes. Yo sabía que ella sabía que tenía su copa de relleno, y esperaba que me la pidiese para ponerla en ese aprieto tan romántico.

A raíz de aquello, bueno, de aquello y que tenían una hija preciosa de unos 7 años (rubia, piel blanca y brillante como la porcelana, ojos verde como su madre; una ricura de niña) con la que se me caía la baba cada vez que me la cruzaba en la escalera. Y para qué os voy a engañar, yo me hacía el encontradizo cuando sentía que se bajaba a la calle a jugar con un patinete. La madre se debió de percatar de que la acechaba, o quizás me lo notó en los ojos golosones que se me ponían cuando la veía; el caso es que me dejó de saludar un buen día y cuando nos cruzábamos en el rellano éramos como dos desconocidos que ni se saludaban. Y si iba la hija con al madre, ésta, de forma instintiva agarraba a la nínfula y la apartaba de mi camino con ese precioso instinto de protección que tienen las madres.

¿Cuántos años tenía usted cuándo miraba lascivo a su vecinita?
 
Aún me parece oír su voz dulce y sus infantiles chillidos cuando jugaba con la patineta en la calle. Ileana, Ileana, le gritaba su madre para que subiese. Ileana significa niña de gran belleza, y doy fe que hacía honor a su nombre. Al principio Ileana, o Liana, que es como se pronuncia, me saludaba tímidamente en el portal, pero luego la madre le debió de decir algo porque la pobre criatura se volvió huidiza y dejó de saludarme.

La tengo localizada porque aunque se cambiaron hará un año, sigue yendo al colegio del barrio y algunas veces salgo a por el pan justo a la hora que salen del cole. Cruzamos la mirada pero como va con su padre o madre no me dice nada, aparta la vista y yo hago lo propio con gran tristeza.
 
Aún me parece oír su voz dulce y sus infantiles chillidos cuando jugaba con la patineta en la calle. Ileana, Ileana, le gritaba su madre para que subiese. Ileana significa niña de gran belleza, y doy fe que hacía honor a su nombre. Al principio Ileana, o Liana, que es como se pronuncia, me saludaba tímidamente en el portal, pero luego la madre le debió de decir algo porque la pobre criatura se volvió huidiza y dejó de saludarme.

La tengo localizada porque aunque se cambiaron hará un año, sigue yendo al colegio del barrio y algunas veces salgo a por el pan justo a la hora que salen del cole. Cruzamos la mirada pero como va con su padre o madre no me dice nada, aparta la vista y yo hago lo propio con gran tristeza.

Cómprele chuches.:face:
 
Aún me parece oír su voz dulce y sus infantiles chillidos cuando jugaba con la patineta en la calle. Ileana, Ileana, le gritaba su madre para que subiese. Ileana significa niña de gran belleza, y doy fe que hacía honor a su nombre. Al principio Ileana, o Liana, que es como se pronuncia, me saludaba tímidamente en el portal, pero luego la madre le debió de decir algo porque la pobre criatura se volvió huidiza y dejó de saludarme.

La tengo localizada porque aunque se cambiaron hará un año, sigue yendo al colegio del barrio y algunas veces salgo a por el pan justo a la hora que salen del cole. Cruzamos la mirada pero como va con su padre o madre no me dice nada, aparta la vista y yo hago lo propio con gran tristeza.

Ileana... En extremadura...
ya...
 
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Cualquier día nos meten a todos en la cárcel.

Yo una vez le cogi a mi hermana unas bragas de su mesilla de noche. Las use a modo de calcetín de las pajas un par de veces y entonces desaparecieron. Mi madre las encontraría y las echaría a lavar.

En otra ocasión en el instituto entre al baño de las tías y cogi del cesto de la basura una compresa limpia pero impregnada de flujo vaginal. Se la cambiaría por eso mismo, la muy cachonda.

Las oli casi una semana en la que me mate a pajas.

En cierta ocasión con una amiga especial, cuando iba a visitarla me llevaba sus bragas usadas ese día de recuerdo y a la siguiente visita se las devolvía lavadas y me llevaba las que llevará en ese momento.

Y últimamente me siento muy tentado de comprar unas braguitas de ositos para teens cada vez que voy a comprar a los chinos.

Aparte de eso creo que nada más.
La de pajas que me habré hecho con la ropa interior de mi hermana. Y la de hostias que me dió cuando me pillaba
 
Una de mis primas traia una francesa de intercambio y venían a tomar el sol con sus amigas y otras primas a la terraza de casa de mi abuelo.
Aquello era un espectáculo, todas en tetas menos la gabacha que enseñaba un parrus pelirrojo old style.Tendriían entre 13 y 16 años, Para evitar mirones atrancaban la puerta.
Uno de mis primos y yo, preadolescentes ambos de 10 años, decidimos que merecía la pena jugarnos la vida para observar tan glorioso espectáculo y nos subíamos al tejado del granero.
Uno de los soleados días, mientras mi primo y yo machacábamos nuestras imberbes colitas (handjob withouth cumshot), noté como una de las tejas cedía a mis pies.
Fue la primera vez que me abrí la cabeza en mi vida, aunque mereció la pena ... .pollaenmesadecrista
 
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