El caso de Sorda no es tan extraño. Siente fascinación por un concepto de feminidad que no puede ostentar por si misma, por ello le gusta estar cerca o contemplar a quien si lo posee. De algún modo crea una proyección de su YO ideal en ellas, la encantaría tener sus cualidades y las admira por ello.
Fantasea con ser una mujer bella, sensual, femenina e hipersexual. Alguien con un poder magnético sobre sus semejantes (no solo sobre el varón) y capaz de enloquecer a los hombres. En su mente ve a ese ideal de mujer siendo taladrada por multitud de falos enhiestos, a la vez y por turnos, recibiendo sobre su cuerpo constates eyaculaciones. Mataría por ser ella.
En su lugar, es una mujer con limitaciones serias que la aísla en muchos sentidos, escasas habilidades sociales y no agraciada físicamente. La encantaría ser ellas, pero no lo es. Por eso las admira y se siente de algún modo por debajo de quienes poseen algunas de esas cualidades, adoptando una posición de sumisión y admiración que se manifestara en mayor o menor medida en función del contexto.
Duendec_verdec rebuznó:
Yo solo he tenido contacto carnal con dos mujeres así que no soy sospechoso de nada, pero la superioridad de la poderosa polla frente al ridículo coño es innegable.
Un caso semejante en el otro sexo podría ser el que cito. Duendec es probablemente heterosexual, pero considera en su yo interno que carece de determinados rasgos y cualidades del ideal masculino (en realidad nadie esta a la altura de “su” ideal, ni siquiera los del mancuernas esforzándose en levantar pesos cada mas titánicos, por ello luchan por alcanzarlo). Se siente inseguro o intimidado al contacto con las féminas. Le atraen las mujeres, pero con una feminidad menos voluptuosa y marcada, menos segura, pues siente que esos seres no cuestionarían ni pondrían a prueba su “débil” masculinidad: rasgos andróginos, curvas poco rotundas, delgadez extrema o trannies con polla que vienen a decir a su subconsciente (tranquilo, no soy una mujer de esas que te asustan y ante las que te sientes inseguro).
Son en cualquier caso menos “peligrosos” para el que una mujer de tetas gordas, amplias caderas que busque un macho alfa.
Ojo, que yo con todo esto no cuestión los modelos o roles de “genero” como las feministas. Considero que tienen una explicación antropológica, que tienen su función y que por algo en multitud de espacios, tiempo y culturas conservan una serie de rasgos comunes. Por mucho que determinadas particularidades culturales actuales los cuestionen en un momento dado.