patizambo rebuznó:
CON UNA TÍA CON LA AUTOESTIMA BAJA PUEDES HACER LO QUE QUIERAS CON ELLA.
Estoy de acuerdo, pero cabría hacer una matización. En bastantes casos, y sobre todo a partir de ciertas edades, esto no es así.
Sería altamente deseable que la baja autoestima, y en general toda clase de complejos, inseguridades y frustraciones, redundasen en timidez, abulia, pusilanimidad, melancolía e introversión. Ni que decirse tiene que esto sería un absoluto chollo. Pero no, no lo van a poner tan fácil.
Cuando el arroz empieza a pasarse, cuando lo que ven cuando se miran en el espejo empieza a no gustarles, cuando se sienten como una soberana mierda pasada de fecha y cuando empiezan a darse asco a sí mismas, no ha llegado el momento de quedarse en casita y languidecer cual dama de las camelias.
Qué va.
Entonces llega para ellas el momento de la extravagancia, de las ansias irrefrenables de llamar la atención, de meterse en toda clase de fregados absurdos y de meter sus arrugadas narices en todo tipo de berengenales donde su presencia es tan necesaria como la de un tercer cojón en la bolsa escrotal.
-Pintura.
-Baile latino.
-Green Peace.
-Equitación.
-Buceo. (lo siento, Stavroguin)
-Yoga.
-Amnistía Internacional
-Adoptar un negro.
-Asociación de vecinos.
-Senderismo/Barranquismo
-Moto GP
-Protectora de animales.
-Comité Antisida o antitaurino, poco importa.
-Voluntariados pro-drogatas
-Manifestaciones pro-palestinas, pro-saharauis, o pro-judías, que de todo hay. La que pille más cerca.
-Ascensión al Moncayo en mountan bike.
-Maratón popular (no importa llegar la última, lo importante es participar)
-Viajar.
-Leer los pilares de la tierra.
-Fumar LM lights.
-MSN.
-Singles.
-Badoo.
-Consumir ansiolíticos o antidepresivos.
-Salir con amigas.
-Y en general, todo tipo de pretextos, excusas y escaqueos varios para tener la almeja en barbecho permanente.
Les gusta depreciar, adoran decir "no", las entusiasma cerrar potorro a cal y canto. En realidad, es el único poder del que disponen, la única baza que pueden jugar para poder darse una importancia de la que saben que carecen.
Voy a ponerme otra copita, venga un abrazo.