Sí,
@ilovegintonic parece mi abuela equiparando algo comprado a un laboratorio ilegal indio con marihuana.
Yo los últimos pelotazos me los pegaba con licor de mariguana.
El problema de ingerir mariguana es que no controlas las dosis. Quieres un pelotazo gordo y cuando te viene el colocón ves que te has quedado cortísimo, tienes que tomar más pero hasta dentro de media hora no te hace efecto. En fin, un engorro. Pero también digo que a pesar de agarrarme unos globazos del copón, pero del copón, con el licor, nunca me pasé (fumando sí que me puse fatal alguna vez o hasta me desmayé). Vamos que vas a tener que investigar por tu cuenta.
La marihuana es un narcótico bastante fuerte, pero ingerido no solo es más fuerte aún sino que cambia sus propiedades. Una fumada es una fumada, por mucho que haya Marías que producen distintos efectos, pero ingerida podías hasta cambiar la forma de ver las cosas. Recuerdo algún colocón que era como Homer cuando tiene delirios en el desierto, veía todo distinto y al mirar mis manos estas se diluinan.
De esa última época en la que estuve consumiendo hierba, las últimas veces directamente me comía la marihuana. Cogía un cogollo, lo masticaba y tragaba la masa resinosa. Sin tanta parafernalia como tener que hacer licor o cualquier otra mierda.
Al final me pareció todo tan estúpido que dejé de hacer incluso eso, para no volver a tomar eso en mi vida.
Las últimas veces me comía la hierba, encendía el ordenador para verme una serie o algo gracioso y me quedaba ahí pillado. Cuando volvía a moverme, miraba el reloj y descubría que llevaba más de 40 minutos mirando el escritorio de Windows con un cebollazo del 15. Era como si hubiera perdido todo ese tiempo, como si no lo hubiera vivido. Y todas esas risas que me quería echar no habían pasado.
La cuestión es que hay muchos motivos para drogarse, pero evadirse no es el mejor. Lo mejor es trabajar para no necesitar nada de eso.