Werther rebuznó:
Uno no sabe quien es peor si Amarie o el novio, o si son tal para cual. Que dos cerebros no formen siquiera una idea medio aceptable…
Es muy difícil que una ley pueda equilibrar las relaciones sociales entre el hombre y la mujer. Si ya los expertos juristas no se ponen de acuerdo, no quiero yo decirte el resto de personas normales.
Para mí la solución está en la educación, tanto de ellos como de ellas.
Hoy en día se ha optado más por adoptar medidas que, ayudando a la mujer, equilibren su situación con respecto al hombre en el cuerpo social. Porque, una cosa es cierta, después de tantos milenios de sumisión de la mujer y de sacrificio del hombre, llegar a igualar la relación entre ambos es algo que tardaremos muchos años en ver.
La igualdad entre hombres y mujeres es la cuadratura del circulo, Werther: un problema irresoluble. No se puede igualar lo que no es igual.
Hoy en día, en el cuerpo social, se busca la igualdad matemática o estadística porque es sencilla de manejar y políticamente se vende muy bien. Concretamente en lo laboral, por ejemplo, se nos dice que las mujeres no gozan de igualdad argumentando datos estadísticos que hablan de un número francamente menor de mujeres que hombres en activo.
Si bien se parte de un hecho objetivo indiscutible, la conclusión ya no lo es: lo cierto es que la mujer tiene opción de elegir si quiere trabajar o vivir del trabajo del marido, posibilidad de elección de la que no goza el hombre por regla general. Si nos olvidamos de la realidad e intentamos alcanzar la igualdad estadística a base de imponer medidas discriminatorias que “ayudan a la mujer” acabaremos cayendo en los peores disparates y las situaciones sociales más injustas, Werther.
El problema de fondo es la pérdida de identidad del género femenino que ya no sabe si debe quedarse amando a su hijo o salir a obedecer al jefe de turno. Muchas se han lanzado a hacerlo, animadas por esos poderes financieros que, a la postre, rebajarían a todos el poder adquisitivo salarial a la mitad. Las reglas elementales de oferta y demanda se impone con fuerza y con el doble de mano de obra se paga la mitad. Y así, ahora trabajan dos para ganar lo que antes uno, se delega el trato con los hijos a un tercero o simplemente se reprime tenerlos.
Lo gracioso de esta pantomima de políticos y financieros para hacernos aun más esclavos del poder de su dinero es que muchos progres de masoquismo sensiblero son los primeros azotados por la discriminación, el paro y los salarios basura, pero se dejan la vida en el discurso del debate defendiendo las ideas que causan su desdicha.
Por cierto, ¿quien es la cerda esa de tu avatar, Navegante7?