Yo también hablé amablementecon el recepcionista del hotel el día anterior al examen que cambió mi vida, le dije que ójala pudiera dormir bien esa noche, que curioso. El recepcionista era sumamente pulcro, elegante y educado, yo le pedí una habitación silenciosa para poder dormir porque tenía un examen al dia siguiente, y me dio una de las mejores, me deseó mucha suerte, me dio planos para turistear por los Madriles y me ofreció despertarme a la hora que le indicara por la mañana. Si hubiera sabido que en el precio entraban varias horas de conversación y sexo a petición, lo hubiera aprovechado, joder. Creía que solo incluían el desayuno y la cama.
Por si te vuelven a preguntar, el día de antes del examen me tomé dos orfidales para los nervios y el insomnio, un sumial para la taquicardia y el temblor y me fumé un puro de vainilla. Me lo encendí al revés sin darme cuenta, no suelo fumar. Me di un baño caliente con las pijerías que ponen en el baño mientras me masturbaba dos veces, leí un poco el foro mientras me comía una pastilla entera de chocolate y a dormir. Arañé 6 horas al sueño, y me di por satisfecho. Otros dos sumiales y al examen, directo a matar. Nunca me drogo tanto, pero ese día estaba estremadamente nervioso.
Claro, que podía haber amanecido muerto en la bañera entre vómitos. Pero los hados estaban de mi parte.
Que amabilidad al despertarme por teléfono al día siguiente. "Señor del 5º, son las 7.15, buenos días".
¿La amabilidad extrema es impostada u os sale de forma natural con clientes tan selectos como yo?