Mi desdicha es absoluta, no me gusta dar malas noticias, pero mucho me temo que le han injertado un clítoris en la garganta.
Le adjunto una prueba irrefutable de su mal:
Intente hacer memoria. ¿Se ha quedado incosciente en alguna fiesta y se ha despertado desnudo y con un extraño zumbido en la parte posterior del craneo? No se preocupe. Probablemente le dieran por el culo, pero no tiene nada que ver con el caso.
Se trata de algo mucho más grave. Para más información, le remito al número 25 de la prestigiosa revista Medical Authority donde se dan datos pormenorizados de su caso.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad científica para averiguar el origen de esos injertos, las hipótesis que se barajan no tienen consistencia, así que si es usted cristiano, asúmalo como un castigo divino que es como lo explican todo estos hijos de puta.
Sin ambargo y a pesar de ser una solución temporal, puede aplacar los picores con un método casero que le detallo a continuación:
Debe aplicar calor locar en la zona afectada friccionando con cualquier objeto largo, robusto y a ser posible, palpitante. Pasados unos minutos notará como un nectar balsámico inunda su traquea y sentirá el alivio que tanto ansía. Repetir cada vez que se repitan los síntomas.
Espero haberle servido de ayuda. Con afecto:
El vago enésimo.