Zurraspas sí que sabe gastarse los dineros. Nada de placeres efímeros que apenas duran un instante y de los que sólo queda un recuerdo, una sensación; no, no, nada de eso. Mejor cosas que sean de por vida, sí señor, cosas tangibles que uno se acueste por las noches con la tranquilidad de que al amanecer seguirán estando ahí, inmutables.
Un alquiler es tirar el dinero, como él bien sabe, mejor una hipoteca inflada a pagar de por vida para dejar de herencia un pisito. O un tatuaje que duran más que la propia vida del tatuado.
Algunos modernos despilfarran su dinero en viajes, ja jaja, pingados, ¿y qué queda de eso? Nada, un recuerdo que el Alzheimer devorará.