No, no las pongo por eso. Las pongo para que os deis cuenta de cómo se van a ver los tatuajes en el futuro, para que veáis el espectáculo que van a ser las playas dentro de unos años, para que veáis lo ridículo que unos tatuajes que van a estar siempre ahí van a parecer en unos cuerpos que, en todos los casos, van a acabar así. Cualquiera va mañana a una playa a ver cincuentonas o sesentonas con sus tribales en el lomo, sus tatuajes convertidos en una mancha informe de colores. Un cuerpo envejecido no es agradable a la vista en ningún caso, los tatuajes sólo lo infaman. Ya veremos, ya, qué cara se les queda a todas las que van así y que hoy están tan orgullosas y contentas cuando se miren al espejo y vean eso.