¿Nos perjudica la vida diaria en una gran ciudad?

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Das Ich

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24 Jun 2005
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Hace varios meses que estoy casi totalmente apático, muy pocas cosas me hacen algo de ilusión. Mi estado de humor es casi siempre el mismo, parece que vaya todo el día con cara de poker, no me inmuto por nada. Las cosas que antes me hubiesen hecho verdadera ilusión ahora solo son capaces de arrancarme una leve sonrisa. Ni regalos, ni viajes, ni compras, ni discusiones, ni salir de fiesta, ni las malas noticias, nada me hace cambiar de humor.

Hablo rápido, ando rápido y escribo rápido hasta llegar al punto de comerme letras o dejarlas incompletas. Ya casi no pienso cuando hablo, vomito las palabras como si fuesen un fuego que me arde por dentro, lo que me lleva a tener constantes equivocaciones o incluso a decir pequeñas mentiras sin que sea necesario. Soy incapaz de hablar varios minutos sobre un mismo tema sin ponerme nervioso y acabar diciendo paridas sin sentido. Soy irascible la mayor parte del día.

Mi trabajo no es especialmente estresante. Ahora mismo solo trabajo por las tardes como técnico informático. Por las mañanas apenas hago algo de provecho ya que hasta las cosas más simples me dan palo.

Pero estoy seguro de que no soy el único que tiene estos síntomas. Quien más y quien menos ha tenido épocas similares.

¿Es causa del estress, la depresión o el cansancio habitual de vivir en un mundo que va demasiado deprisa?

¿Esta insatisfacción se debe a que estamos demasiado preocupados por ser competitivos y dejamos de lado nuestra salud emocional?

¿Estamos obligados a soportar todo esto a cambio de vivir en ciudad?

Cada vez estoy menos convencido de que estemos avanzando por el camino correcto...
 
Tiene pinta de estar ud. atravesando una mala racha, y padece los sintomas del estress que le producen esas condiciones de vida. Sin duda necesita ud introducir algun cambio en su vida, a ser posible el cambio adecuado (he aqui el quid de la cuestión, obviamente), porque lo que sea que tenga ahora y como lo tiene, no le están haciendo demasiado bien.

Y si, estoy totalmente de acuerdo, las grandes ciudades perjudican la salud. Para los pulmones, trabajar 30 años en una mina de hulla no debe ser mucho peor que vivir en el centro de madrid 40. El ruido es constante y dañino, el cielo nocturno es naranja y el color predominante es el gris, podemos elegir entre apiñarnos en el transporte publico como ganado o encerrarnos en el coche chupando atasco durante dos horas. El tiempo libre se acorta, la convivencia puede ser nula, nadie te dirá ni mu si tu no das el primer paso, y además será dificil. Las amistades viven lejos y tienen el mismo poco tiempo que tu, los pisos son tan caros que pagas autenticas millonadas por agujeros, la gente tiene miedo, es agresiva y está siempre a la defensiva, etc, etc, etc...

Aproveche el puente y vayase a coger (que no a freir) esparragos a la sierra, que es época, y en tortilla están de muerte. Yo sin duda lo haré :lol:
 
Un consejo:

Empaqueta y largate de Madriz. Pasar el finde en el campo es solo una solucion cosmetica ya que al volver te vas a enfrentar con los mismos demonios de siempre.

Yo hice lo mismo hace ya 8 años, y curiosamente me senti igual que tu. Analice la situacion y me di cuenta que si no me iba llamaria a mi puerta el personaje al cual uso como avatar.

Hoy en dia vivo mucho mejor, casi nada de estres, mucho mas relajado y con un enfoque positivo a la vida. Por cierto, resido en una ciudad con el nivel de poblacion muy por debajo del de Madrid y practicamente alejada de esos valores tan negativos tipicos de las grandes urbes: frialdad, egoismo excesivo, competividad exacerbada, elevado coste de vida, contaminacion excesiva del aire y niveles de ruido insoportables, etc.

Suerte y no te lo pienses demasiado.
 
Más o menos me sucede como a tí. Trabajo tan sólo por las tardes, y quizás el llevar una empresa para delante por las tardes es de lo más estresante.


Vivir en las grandes ciudades no tiene nada que ver, en el sentido de que si tienes las mismas responsabilidades tu actitud sería la misma que si vives en un pueblo. Logicamente el estres de la multitud afecta, los coches, ir por la calle y ver a todos con cara de poker con prisa, ni una sonrisa en la boca, tan sólo pensando en llegar lo antes posible al trabajo porque siempre vamos con la hora pegada.

Esto cambiaría si la jornada fuera intensiva. Y tener las tardes o mañanas libres para ocio.


Eso sí, una escapadita los fines de semana al campo te vendría muy bien.
 
Si, supongo que estoy pasando por una mala racha donde la desmotivación esta pudiendo conmigo. También creo que influye el que estemos en una sociedad demasiado artificial donde la gente solo hace lo que se espera que haga y no lo que realmente quiere, lo cual es aplicable tanto a las relaciones personales como laborales. Todo esto crea una presión que hace que la mayoría de gente este insatisfecha con su vida y a la vez es un circulo vicioso del cual es muy difícil salir, ya que abandonar una ciudad para irse a un pueblo parece algo más propio de jubilados, que lo único que buscan es acabar sus días con tranquilidad.

Yo soy una persona muy nerviosa y me gusta estar en constante movimiento, por lo cual una ciudad como Barcelona parece mi sitio ideal, supongo que si estuviese en un pueblo demasiado tiempo me acabaría deprimiendo. Esto es lo peor, que la ciudad es adictiva, es como una mala droga que perjudica tu salud pero es la única capaz de hacerte sentir realmente bien.

La única solución que veo es utilizar los fines de semana para, tal como decís, hacer una escapada a un sitio que realmente me relaje. Un sitio totalmente opuesto a este donde tenga más contacto con las plantas que con el asfalto.
 
Yo he vivido en una ciudad pequeña, y actualmente resido en una gran urbe.
La verdad es que no puedo asegurar cuál de los dos tipos de vida es mejor, aunque puedo hacer una estimación en base a lo que observo en la gente que conozco.
Probablemente, para la gran mayoría, la mejor solución sería vivir en una ciudad pequeña hasta los 16-18, y desde los 60. La oferta es adecuada para ese rango de edades, con libertad para los adolescentes y obras y petanca para los jubilados.
Ahora bien, para la edad que supongo que tendrás, das Ich, yo creo que es mejor una mediana o gran ciudad (de Valladolid p'arriba). Es cierto que se acumula estrés, pero la oferta de ocio para disiparlo es inmejorable. A poco de tiempo libre y vida social que tengas, te sentirás bastante agobiado si como dice alguno te mudas a una ciudad pequeña. Es difícil hacer cosas entre semana que no sean ir al cine, o quedar con los amigos de siempre para hacer lo de siempre.
Ahora bien, si eso es lo que te gusta, desde luego vete a vivir a sitios como Soria, Ávila, Tarragona, Teruel o Segovia. Ocio (estrés) frente a tranquilidad (tedio), tú decides.

Edito: Si lo que les estresa es el tráfico, ¡Señores, cómprense una moto! ¡Mano de santo, oiga!
 
Realmente no me extraña que estés hasta las pelotas. Barcelona es para los tarados. Yo me marche hace tiempo y voy tan poco como puedo porque sino me volveria loco. La ultima vez que fuí se me llevó el coche la grua sin haber cometido una infriaccion ni nada porque tienen que hacer recolecta para asfaltar las calles antes de las elecciones.

Bueno, creo que el pais entero da bastante asco. La solución es largarse a algun reducto semideshabitado y paradisíaco estilo menorca, sino cuando tengas 40 tacos vas a parecer stephen hawking.
 
Es lógico que la ciudad te estrese, eso nos pasa a todo el mundo.

Bajo mi punto de vista deberías plantearte primero si el irte a un sitio más tranquilo te va ha hacer sentirte feliz. Puede ser que vayas a un sitio donde todo sea mucho más tranquilo pero no haya una oferta de ocio, y vas a estar en las mismas.

Yo creo por lo que he leido que tu problema es precisamente que te has bloqueado, me recuerdas un poco a mi padre, tiene un trabajo a jornada intensiva, pero viene de trabajar y se pone a ver la televisión, yo creo que ahí está tu problema en que busques algo que te interese y te satisfaga después del trabajo, tener aficiones, yo sin ellas no podría vivir y es por esto que jamás podré tener un trabajo con horario partido, porque me acabaría cojiendo una depresión de tres pares de cojones.
 
Mi vida monótona en la oficina tambien me ha costado más de una depresión mas o menos fuerte, pero ahora estoy bastante bien.

¿Consejos?, no se, cada persona es un mundo pero a mi me ha ayudado mucho hacer algo de deporte, coger (¿sabéis que había escrito coger con j? así de cateto y de subnormal soy) la bici de montana y hacer 2 escapadas por semana, sin machacarse mucho porque si no sumamos dos tipos de stress -el laboral y el deportivo- aparte de que, el deporte, estoy cansado de decirlo, no es un hobbie en si mismo, si no una medicina "preventiva", y subrayo esto último, sobre todo a partir de cierta edad, digamos los 30 y tantos como es mi caso.

Y bueno, tambien realizar actividades que califico de cierto riesgo como ir al Casino de vez en cuando, la sensación de liberar adrenalina mientras ves tu ficha de 25 euros al 0 a mi me hace sentir vivo (aunque no salga el 0), y bueno tambien practicar algo de sexo fuera de los canales políticamente correctos, ya me entiendes.

Creo que es la estricta monotonia del cumplimiento de las convenciones sociales lo que mas nos deprime.

No se cual es el caso particular de ustedes.

.
 
Toda la culpa la tiene el dinero. Renunciamos a vivir en contacto con la naturaleza, a poder ver las estrellas por la noches y a escuchar el cri cri de los grillos por las noches por ganar más dinero destinado a pagar propiedades de mayor volumen que las del vecino.

Saber pensar por uno mismo y evitar que la sociedad piense por nosotros es la solución.

¿Un puesto de trabajo de mayor retribución o nuestra vida?
 
Lo que voy a decir es bien conocido, pero yo he llegado a sentir su verdad personalmente.

Casi nadie tiene ya trabajos manuales, por lo que el producto de nuestro trabajo es en cierto sentido intangible. Además, muchos de nosotros tenemos trabajos alienantes, en los que no vemos en resultado de nuestro esfuerzo. En resumen, trabajamos para otros (que son los que se benefician), y no sabemos muy bien con qué objeto.

Todo esto me produce una cierta angustia, aunque sólo recientemente he sido capaz de verbalizarlo.

Creo que yo sería muy feliz, por ejemplo, dedicándome a algún trabajo de artesanía: quizá a la carpintería o a la encuadernación de libros. O, alternativamente, dedicándome a la agricultura.

Soy de una ciudad pequeña. y en mi familia siempre ha habido gente dedicada a los oficios tradicionales y al campo.

No soy el único en pensar estas cosas, seguramente. Lo malo es que muy pocos son los valientes que pasan por encima de la presión social o familiar, y, después de haber ido a la universidad o incluso hacer un posgrado, se deciden a dedicarse a estas cosas más simples y más satisfactorias. Habrá que armarse de valor...
 
He estado en grandes ciudades entre las que incluyo Buenos Aires.Y allí salías por la mañana duchao,y con el humarro de los autobuses y los coches a escape libre(del año de Matusalén),acababas con una fina capa de mierda negra.
Es más,allí venden muchos refrescos con antioxidantes para atenuar el efecto de los radicales libres,y del sol,ya que allí pega en primavera con más fuerza que aquí en agosto.
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Y aparte los cambios de temperatura de los aires acondicionados,el asfalto de las inmensas avenidas,etc.

No hablemos de aglomeraciones,delincuencia,pedigüeños,tiempo perdido en traslados,coste de vida más elevado,etc.
 
Vaya yo creía que era el único en el mundo que sentía todo eso.

La verdad es que mi trabajo es bastante estresante: que si llegan los plazos del I.V.A., que si llegan los plazos de la Renta, que si llega el plazo de las cuentas anuales, que si hay que revisar la contabilidad de los clientes, etc…
Todo el día desde las ocho de la mañana hasta la noche sin parar. Esto es llevar una vida completamente alienada.
Llega un momento que no entiendes como no te ha dado un infarto ya.

El problema es tener valor para romper con todo esto. Sobre todo, cuando todo el mundo piensa que eres un privilegiado mientras tú, lo único que sientes, es que la vida se te escapa entre la cárcel de números y leyes en que se ve apresada.

Pero así es la vida, breves momentos de felicidad entre un mar de preocupaciones.
 
Yo he vivido hasta los 27 en una ciudad moredamente grande (Zaragoza). Desde entonces hasta ahora, a mis 32, me he independizado en Madrid, donde tengo mi propia chabolita de 29 m2...

También he pasado algunas etapas de mi vida en un pueblo de unos 500 habitantes...

Mi trabajo podría ser considerado estresante, aunque va por rachas...

Y sin embargo, soy cada día más feliz con lo que hago, con mi tiempo libre (que son casi todas las tardes salvo periodos especiales), tengo amigos, tengo aficiones... Y cada vez me gusta más la gran ciudad.

En cambio, en un pueblo me aburro soberanamente.
 
Das Ich rebuznó:
¿Es causa del estress, la depresión o el cansancio habitual de vivir en un mundo que va demasiado deprisa?

El problema más bien es que la gente cada va cada vez más a su puta bola. Digan lo que digan, y mal que pese a muchos, en los pueblos se vive mucho mejor. Y lo digo yo que no soy de pueblo sino de ciudad, Granada. Ni muy grande ni muy chica. Las relaciones entre las personas es lo más importante pienso yo para una buena salud mental, y en las grandes urbes se está perdiendo. El trato cercano. Eso unido al estrés hace que la gente entre en depresiones con mayor frecuencia.

Das Ich rebuznó:
¿Esta insatisfacción se debe a que estamos demasiado preocupados por ser competitivos y dejamos de lado nuestra salud emocional?

Lo jodido es que hoy en día ya no importa la persona en sí, sino su productividad. No digo siempre pero muchas veces es así. El ser el mejor condiciona y mucho a las personas, ya que muchas veces dejan de lado la busqueda de lo que para ellos es la felicidad (cada cual la que crea que es) en busca de un buen trabajo y ganando cuanto más mejor, aunque tengan que trabajar como burros todo el día o vivir estresados sin tiempo siquiera de razonar o pensar en nada que no sea su trabajo, los niños, el coche, la casa, la hipoteca... y lo curioso es que para ellos esa situación es la felicidad.

Das Ich rebuznó:
¿Estamos obligados a soportar todo esto a cambio de vivir en ciudad?

Cada vez estoy menos convencido de que estemos avanzando por el camino correcto...

Eso y mucho más. Todavía esto no se ha convertido en una ciudad como Los Angeles, o Mexico DF. Tiempo al tiempo. Entre vivir en una ciudad apestosamente humeante, ver como de sus cloacas emana un olor a mierda constante, levantar la vista al cielo y ver el cielo gris del humo, respirar profundamente y que te llegue a los pulmones un aire viciado a contaminación... elijo vivir en un pueblo, con sus mas y sus menos, con más o menos diversión (recordando que no siempre la diversión es = para todo el mundo, es cuestión de gustos), pudiendo respirar hondo un aire limpio con olor a campo y pudiendo levantar la vista y ver el cielo azul o lleno de estrellas por las noches.

Yo tengo ma suerte de tener una casa en las alpujarras de granada y siempre que puedo me escapo allí, a respirar, a desconectar, a leer bajo un árbol, a bajar al río, en fin... te hace falta desconectar y mucho.

Suerte y nada todo pasa, lo dicho escapate una temporada si puedes o varios findes por ahí y verás la vida de otro color.
 
Lo primero que habría que ver es que tan relajante puede ser vivir en un pueblo, que si los perros del vecino te ladran por las noches, que si por las mañanas, que pasa cada rato uno de esos vendedores ambulantes con la fragoneta tocando el pito, que si estas el suficiente tiempo los vecinos te lian con sus chismorreos de trivialidades que se vuelven guerras sordas en las que al final sin saber como te ves involucrado, que si llegaste anoche en estado inconveniente, que si se te vió con fulanita de tal, que si te levantas tarde...aaaahhh que relax.

yo francamente prefiero la vida en una gran ciudad, en donde tengas una oferta de ocio que incluya los conciertos de aquellos que como hacen una gira en los 5 continentes si tienes la suerte de que visiten tu pais ya te das con un canto en los dientes, tambien las obras de teatro mas irreverentes, las peliculas de cine que casi nadie va a ver, los restaurantes de comida típica de rincones insospechados de la tierra etc etc etc.

¿que tan estresante puede ser? eso depende de en que parte de esa ciudad vivas, porque al final te mueves sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) en un microcosmos reducido que puede tener el aspecto de un apacible lugar o todo lo contrario, depende de que tan lejos te quede el trabajo, de que tipo de responsabilidades tengas y de como te las tomes, tanto las personales como las profesionales, ¿es tu mujer tu compañera? o es ese bicho aspiradora de dinero al que tanto te estresa mantener su tren de vida; ¿te sientes agusto con tus amigos? o sostienes una competencia sin fin por el estatus; ¿es tu ambiente de trabajo relajado? o se te amarga la boca de pensar en ello...¿vives cerca de tu trabajo?, o en e barrio que corresponde a tu estatus; ¿tienes el coche que te gusta? o el que te compraste para no quedarte atras...en fin, ese tipo de preguntas nos definen, yo desde luego pienso romper tantos convencionalismos como se me pongan delante, cada vez que me dicen que soy raro me siento reconfortado.
 
Yo me crié en una aldea casi perdida por las montañas astures, y desde luego que adaptarme a la vida de la gran ciudad (supongamos que Oviedo entra dentro de ese grupo) ha sido algo duro. El cambio lo notas en todo.
Se te exige una vida más rápida, frenética, a veces bastante estresante. sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) he notado la diferencia de mentalidad. Por lo pueblos me da que hay más pureza, aún se conservan ciertos valores, tradiciones que en la ciudad parece que han desaparecido. El respeto al prójimo por ejemplo. Los urbanitas acaban siendo los paletos procaces.
La verdad que en cuanto acabe la carrera tornaré al pueblo a trabajar el campo, cuidar de las vacas y poder hablar mi llingua sin que se rían.
Aplicaré lo que aprenda en el manejo de una granja, y a vivir más tranquila y sosegadamente, ¿para qué tanta prisa?.


Salu2.
 
Catullus rebuznó:
Yo me crié en una aldea casi perdida por las montañas astures, y desde luego que adaptarme a la vida de la gran ciudad (supongamos que Oviedo entra dentro de ese grupo) ha sido algo duro. El cambio lo notas en todo.
Se te exige una vida más rápida, frenética, a veces bastante estresante. sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) he notado la diferencia de mentalidad. Por lo pueblos me da que hay más pureza, aún se conservan ciertos valores, tradiciones que en la ciudad parece que han desaparecido. El respeto al prójimo por ejemplo. Los urbanitas acaban siendo los paletos procaces.
La verdad que en cuanto acabe la carrera tornaré al pueblo a trabajar el campo, cuidar de las vacas y poder hablar mi llingua sin que se rían.
Aplicaré lo que aprenda en el manejo de una granja, y a vivir más tranquila y sosegadamente, ¿para qué tanta prisa?.


Yo he vivido también en aldea ahora llevo dos años viviendo en el centro de un pequeño pueblo y se nota. No es que tenga el ritmo de una urbe pero ahora tengo que soportar los ruidos del tren, del campanario de la iglesia que está hecho a prueba de sordos y en general, el ruido. No me extraña que los urbanitas pudientes acaben invadiendo de chalets los pueblos de los alrededores de la urbe. La ciudad es para morirse de asco.
 
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