Siempre dibujé con cierta solvencia. También hacía dioramas bélicos, maquetas; coleccionaba monedas, libros, estrellas ninja, botellas de cerveza...
Analogía del horror vacui en la cabetsa del hikiko noventero. Siempre en ebullición. Siempre maquinando. Siempre en la parra.
[Stranger things mode on] Siempre estaba con el skate, la mountain bike, pistolas de agua, artículos de supervivencia, coches de radiocontrol, dados de rol... Todo era magnético y mistérico. Luego, un día, todo dejó de llamarme la atención.
A día de hoy, paso de leer, de ver series, de drogarme, de todo. Nadar me llena, pero no lo considero un hobby, sino una terapia. No es lo mismo, aunque caminen en paralelo.
Tengo uno en mente, que es aprender a pintar al óleo/acrílico/acuarela. Pero antes, y para tener la mente en plena disposición creativa, o como dicen los jinchos, pa que venga el duende, he de hacer ciertos cambios en mi vida presente.
No se puede ser un hijo de Gaia pintando culo a tope de inspiración y jazz si lleva la espalda lacerada por los trallazos del negrero de turno. No estar en conexión con mi yo verdadero me está matando. Soy otro norteño desnortado más, presa fácil de brasileños jodeculos y demás malandrines.
Tiempo de cambiar, putos.