Hola queridos.
No soy muy dado a abrir hilos pero hoy tengo tema.
Vengo de pasar por quirófano en una clínica privada. Nada grave, una vasectomia. Sobreviviré más o menos bien.
El caso es que he pasado un rato de lo más curioso, desde la antestesia local con pinchazos varios en el huevamen, al cirujano de charla primero con la enfermera. La puerta abierta de par en par con gente pasando por delante de mis cojones abiertos, médicos y enfermeras entrando y saliendo como si aquello fuera una parada de metro, por supuesto sin ponerse gorro o mascarilla, claro. Pasando por una reunión de doctores hablando de sus cosas internas y organización de la tarde mientras el cirujano me agujereaba las pelotas conmigo siguiendo incomodamente la conversación, a terminar cambiándome con restos de betadine por las piernas y culo en un vestuario donde han metido a cambiarse a dos señoras.
Todo tan pintoresco que me ha quitado las ganas de operarme de nada en la puta vida, al menos en esa clínica.
Habéis pasado por trances parecidos?
Joder, señor Manolito, le han operado a ustec en una clínica de Ruanda? y eso que era privada. Yo también he pasado por un quirófano para una operación de tripas que ya he citado en algunas ocasiones aquí en el foro. Asín fue mi movida y estas fueron mis impresiones:
La mañana de bajarme al quirófano no me dieron un carajo para desayunar, lógico, el aparato digestivo debía estar limpio de polvo y paja. No sé por qué, no estaba nervioso, solo quería que todo acabase cuanto antes para poder volver al Parque Amate a seguir fumando porros. Ya el equipo galeno me había explicado cómo se lo iban a montar: Me iban a rajar, a destripar, a cortar un cacho de colon, a empalmar los extremos resultantes del tajo y ala... Todo el mondongo padentro otra vez y a coser. Me dijeron que igual salía mal la jugada y tenía que cagar en una bolsa pegada al costado durante un año aprox, con lo cual debía estar acojonao y tal, pero que va, yo solo pensaba en volver a mi salón para forear y fumar hierba mientras tanto hasta quedarme sopa en el sofá lleno de roña.
Dos horas antes de que me bajaran a la sala de tortura, entró una a te ese veinteañera, no gorda pero fea con avaricia, corrió la cortina que separaba las dos camas que había en la room pa que el otro podrío que allí yacía no pudiese ver nada, me bajó los pantalones y me afeitó los huevos y el nabo. Di gracias a LOL de que no estuviese buena porque si no me hubiera empalmado fijo.
Me bajaron al quirófano de una puta vez, y al entrar, noté que el frío que hacía era la releche. Encima me dijeron de quitarme todo y eso hice, me tumbaron en una camilla de metal pelao y me pusieron una toalla tapándome las partes pudendas. Había médicos por tos laos, estudiantes de mierdicina con sus cuadernos y sus bolis para tomar apuntes de la carnicería, y entonces me empezaron a ensartar con agujas de to los colores. Para abrir vías, para tal y para cual. Me pusieron la pinza esa que ponen en los deos para estar al loro del ritmo del corazón y no sé qué hostias más. Luego, me enchufaron la mascarilla y me invitaron a contar hasta diez. Llegué hasta cuatro y todo se volvió negro.
Cuando desperté, me dolían las tripas más que si el Betis le hubiese metido 0-9 al Cerdilla en el Pizjuán. Me subieron a planta a la media hora de despertar más o menos, hecho un cristo, la peña me miraba por los pasillo con cara de: "Hostia, la que le han dao a ese". Esa noche fue chunguilla, pero del post operatorio en general no me puedo quejar. Sané algo más rápido de lo que se esperaba, disfruté de los placeres de la morfina hasta que me la retiraron, mis colegas me trajeron revistas de todo tipo, un aparato de eme pa tres petao de mi música preferida, una PSP para enviciarme; y hasta me la mamaron y todo (una golfa) antes de pillar el alta, pero esto ya lo conté en el hilo de los hospitales.
Me operé en la púbica, y me fue de puta madre, encima me tocó un compañero de habitáculo que me descojonaba con él. Un viejo to quemao que sabía trucar la tele de echar monedas que había allí, que salía al pasillo a mangar los paquetitos de galletas de los carros del papeo y que se tiraba peos, sudándole toda la porra, cuando había visitas presente. Un año y pico después de salir de allí me enteré de que había muerto, que LOL lo tenga en su gloria porque era forero y de los buenos.
Si hay una próxima vez (que ojalá no) a la púbica del tirón. Que le den a la privada.
Un tema que me gustaba escuchar en los cascos mientras paseaba pasillo arriba pasillo abajo agarrao del palo del gotero: