Usted no sabe si yo me he topado con alguna de esas, o por lo menos no me pareció verle por allí, debajo de la cama. Pero le diré que sí, que me he topado con alguna que otra y es verdad que me dieron la impresión de disfrutarlo sin otro motivo aparente, pero no tenía la misma certeza que tiene usted.
Vamos, que me da la razón, que existen mujeres así (o lo admite simplemente para que nadie piense que a usted no le han mamado la verga, que también puede ser). La existencia de esas mujeres que disfrutan por sí mismas de las felaciones es lo que llevo defendiendo una ristra de posts. Gracias, por fin.
Evidentemente hay un pero, claro, niega sus propias impresiones y hace que sus prejuicios prevalezcan sobre sus impresiones, incluso me acusa a mí de confiado y manipulable, cuando usted mismo admite que hay mujeres así, hete aquí:
De lo cual, deduzco que usted puede ser más facilmente manipulable que yo (y porfavor, no me conteste que soy yo el excesivamente malpensado, porque las mujeres sí algo tienen es múltiples personalidades, según les convenga)
Vaya, que con tal de no darme la razón, niega sus propias impresiones y hace que prevalezcan sus prejuicios. Sinceramente, es más fácil concederme que tales mujeres existen y no intentar ampararse en esta retorcida argumentación carente de fundamento.
Y eso de que PRACTICAN SEXO es una falacia, basura feminista que veo ha calado en usted. Curioso que alguien que lleva como nombre Misógino Empedernido caíga en éstos absurdos.
Aunque suene a tópico manido, las mujeres (en general) no disfrutan practicando sexo sino haciendo el amor, ya que a la larga, pagan las consecuencias y les afecta a esa higiene mental a la que usted hace referencia.
Vuelvo a lo mismo, serán las que usted ha conocido. Yo también las he conocido que sólo querían hacer el amor, pero otras estaban interesadas únicamente en follar, porque les molaba, porque no querían compromiso ni sentimientos, sólo diversión y sensaciones. Existen, las hay, o, al menos se comportan así durante ciertas épocas. No son todas, pero sí algunas.
Esto está siendo de lo más cansino, porque usted se empeña en meter a todas las mujeres en un mismo saco, cortarlas por el mismo e ineludible patrón y yo, sin embargo, postulo que hay excepciones, variedad, divergencias, porque me las he topado y las he gozado. Yo reconozco las mismas tendencias generales femeninas que usted, pero admito (y venero) la existencia de excepciones. Usted no, se empeña en que ninguna puede ser diferente.
Creo que hemos llegado a un punto de irreconciliable diferencia, donde no cabe la discusión, tan sólo la opinión. Yo me quedo la mía, la he defendido justificadamente tanto como creo oportuno, pero no quiero ir más allá. Conserve usted la suya en paz.