No tenía mucho interés en introducirme en este subforo sin loles, pero igual alguien puede aportarme alguna idea, solución o alternativa.
Paso, pues, a poneros en antecedentes:
Por un lado, tengo la cara muy dura y una gran facilidad para acercarme a cualquier tía que me llame la atención e iniciar una conversación de la forma que sea:
- ¿Sabes que resulta erótica la manera en que tus pechos deforman los tirantes que llevas?
- Jijiji.
Tampoco me resulta complicado crear un clima agradable: Llevo el diálogo a donde crea conveniente para que se suelten y de ese modo, hacer que las chiquillas mantengan el interés por seguir hablando o lo que sea conmigo (bailar no, porque no sé y me da ascazo).
Sin embargo, cuando llevamos un rato hablando y riendo íntimamente va tocando hacer algo más. Sinó los amigos se desesperan, ya que mi presencia estaba incluída en el plan de salir de fiesta, muy a su pesar.
- ¿Pero de qué cojones hablabas con la zorra esa durante una hora y media, bastardo?
- Dice que es profesora...
El caso es que cuando llega el momento de lanzarse me sobrevienen todas las inseguridades que me faltan en el resto de aspectos. Me siento extremadamente vulnerable temiendo que me hagan la cobra (algo que por ahora sólo me han hecho una vez en la vida y ni mucho menos fue para tanto).
Así pues, ya puedo tener a la tía cogida por la cintura, haberle dicho de todo o incluso haberle metido mano que tengo que pedirle permiso:
- Oye, ¿nos erollamos?
- Vale, pero eres un loco de mierda y un maricón cortarrollos por preguntarlo.
Como podréis comprender, esto es suficientemente bizarro y ridículo como para joder un poco el tema (a parte de que es una sensación molesta). Por tanto, y con todo esto, espero sin ansias vuestras respuestas.
Paso, pues, a poneros en antecedentes:
Por un lado, tengo la cara muy dura y una gran facilidad para acercarme a cualquier tía que me llame la atención e iniciar una conversación de la forma que sea:
- ¿Sabes que resulta erótica la manera en que tus pechos deforman los tirantes que llevas?
- Jijiji.
Tampoco me resulta complicado crear un clima agradable: Llevo el diálogo a donde crea conveniente para que se suelten y de ese modo, hacer que las chiquillas mantengan el interés por seguir hablando o lo que sea conmigo (bailar no, porque no sé y me da ascazo).
Sin embargo, cuando llevamos un rato hablando y riendo íntimamente va tocando hacer algo más. Sinó los amigos se desesperan, ya que mi presencia estaba incluída en el plan de salir de fiesta, muy a su pesar.
- ¿Pero de qué cojones hablabas con la zorra esa durante una hora y media, bastardo?
- Dice que es profesora...
El caso es que cuando llega el momento de lanzarse me sobrevienen todas las inseguridades que me faltan en el resto de aspectos. Me siento extremadamente vulnerable temiendo que me hagan la cobra (algo que por ahora sólo me han hecho una vez en la vida y ni mucho menos fue para tanto).
Así pues, ya puedo tener a la tía cogida por la cintura, haberle dicho de todo o incluso haberle metido mano que tengo que pedirle permiso:
- Oye, ¿nos erollamos?
- Vale, pero eres un loco de mierda y un maricón cortarrollos por preguntarlo.
Como podréis comprender, esto es suficientemente bizarro y ridículo como para joder un poco el tema (a parte de que es una sensación molesta). Por tanto, y con todo esto, espero sin ansias vuestras respuestas.