Os acompaño en el sentimiento de vuestra penosa way of life
Me recuerda a la calle principal de una pedanía de mi pueblo. Pero allí hay casuchas de VPO con el escudo de falange con mucho mejor aspecto. ¿400k piden por una casa en esa calle
@PepetrolaX?
y ahora vamos con la recomendación de
@Apofis, que por su oficio conoce bien las zonas nobles de la metrópoli. A 600K nada menos
Conozco esa zona y conozco gente allí. La zona de Rosas tiene pisos que están bien pero desde que está el Wanda los vecinos están hasta los huevos. Tengo una hamija que está deseando irse porque entre partidos con sus peleas, meadas y bares llenos de chusma y conciertos en verano aquello está insoportable.
Y a ver, que yo soy periferia, pero esa zona es periferia tambien, no está cerca del centro.
Y que la M40 es una hermosa fuente de ruido y contaminación todo el puto año. La salida de Arcentales es uno de los puntos negros de la M40.
Y aun así vale un pastizal un adosado, con vecinitos a un lado y a otro.
Por volver al tema del hilo, yo cuando era universitario teníamos de vecino a uno que seria maricon tapado, viviendo con la madre como Cachondo Mental, y que se creía el amo del bloque. Vivía en un primero y tenía una camara oculta encima de la repisa del aire acondicionado enfocando a la calle. A saber por qué.
Un día vinieron a buscarnos al piso para salir de farra unas compañeras de clase arregladas y con sus taconazos. Serian las once de la noche y estuvieron cinco minutos. Subir y bajar Por las escaleras. Se quejó a la dueña del piso. Que había que ver que qué barbaridad, que parecía que subían caballos por las escaleras. La dueña pensaría lo que no era y nos echó una bronca bastante fuerte cuando vino a cobrarnos el alquiler.
Era el último año que íbamos a estar allí y nunca habíamos teñido problemas con la dueña. Nos quedaban sólo un par de meses y nos dio tanto por culo esa queja sin fundamento que decidimos hacer de verdad todas las fiestas y botellones que pudimos en el piso, ya que teníamos pagado todo el tiempo de alquiler que nos quedaba de curso.
Ni que decir tiene que a partir de entonces pedíamos a todas nuestras amigas que vinieran a recogernos siempre. Y lo mejor arregladas posible, algo poco complicado cuando la mayoría eran estudiantes de farmacia, y por lo tanto, pijísimas. A esto se añadía que el 70-80% de la clase eran mujeres, y la pandilla era mayoritariamente femenina si incluíamos a nuestras novietas de entonces y sus amigas. Y allí que acudían todas siempre con sus taconazos. Imaginaros el escándalo por las escaleras toda la noche. Cada vez que llegaban dos o tres en grupito de fiesta.
Simplemente hacíamos botellón sentados en el salón con algo de música antes de ir a la discoteca, pero solo el trasiego de ir y venir al baño de las meonas ya daba el suficiente escándalo por el pasillo.
El último fin de semana decidí celebrar mi cumpleaños con bailes de salón (nunca mejor dicho). Salsa, rumba y derivados hasta las cinco de la madrugada. Los municipales venían cada poco pero no podían hacer más que pedirnos que apagáramos la música y dejáramos de hacer jaleo. Cosa que hacíamos cinco minutos.
Al siguiente dia me lo crucé saliendo del ascensor y antes de que abriera la boca le expliqué el motivo de por qué habíamos decidido montar fiestas de verdad.