Libros ¿Qué estáis leyendo, amigos?

"La Rendición" de la escritora y ex-bailarina clásica Toni Blentley. La colección es "la sonrisa vertical". El libro va del coito anal... y mucho más. es espectacular.
Paso un adelanto:
"La suya fue la primera. En mi culo. Desconozco la longitud exacta, pero desde luego es demasiado grande: ideal. De anchura media, ni demasiado delgada ni demasiado gruesa. Preciosa. Mi culo, pequeño, de chico, de adolescente, y prieto, muy prieto. Después de veinticinco años retorciéndome en el ballet. Desde los cuatro, la edad en que declaré la guerra a mi padre. Abrirse de piernas desde la cadera retuerce el suelo pélvico como un sacacorchos. Me pasé toda la vida tensando el culo en la barra de ballet. Ahora lo distiendo. Su polla, mi culo, distensión. Una maravilla. Cuando me penetra, aflojo la tensión, milímetro a milímetro, tirando, apretando, aferrando. Soy adicta a la resistencia física extrema, la maratón de la intensidad gradual. Relajo los músculos, los tendones, la carne, la rabia, el ego, mis normas, mis censores, mis padres, mis prisiones, mi vida. Al mismo tiempo, tiro y succiono y lo atraigo hacia dentro. Me abro y succiono, todo a una. La dicha, como aprendí gracias a la sodomía, es una experiencia de la eternidad en un momento de tiempo real. La sodomía es un acto sexual donde la confianza lo es todo. Me refiero a que, si te resistes, pueden hacerte daño de verdad. Pero una vez superado ese miedo, una vez traspasado literalmente…, ¡qué placer tan grande encuentras al otro lado de las convenciones! La paz más allá del dolor. La clave está en ir más allá del dolor. Una vez absorbido, se neutraliza y permite la transformación. El placer por sí solo es un mero abandono temporal, una distracción sutil, una anestesia en el camino hacia algo más arriba, más profundo, más abajo. La eternidad está más allá, mucho más allá del placer. Y más allá del dolor. El contorno de mi culo es el horizonte de los sucesos sexuales, el límite de ése más allá del que ya no hay escapatoria. Al menos no para mí. Soy atea, por herencia. Llegué a conocer a Dios por medio de la experiencia, dejándome follar por el culo, una y otra vez, y otra vez más. Aprendo despacio, y soy de un hedonismo voraz. Lo digo en serio. Muy en serio. Y ese despertar curiosamente brusco a un estado místico me sorprendió a mí más que a nadie. Ahí estaba: la gran sorpresa de Dios, su humor sutil y su poderosa presencia, manifestándose en mi culo. En fin, sin duda es una buena manera de captar la atención de un escéptico. En el sexo anal la cooperación es fundamental. Cooperación en una labor de política aristocrática, que implica una rígida jerarquía, posiciones feudales y actitudes monárquicas. Uno tiene el mando, el otro obedece. Un mando absoluto, una obediencia absoluta. En el sexo anal, no tienes debajo una red de seguridad democrática, de acción positiva. Pero más vale que la acción sea firme, muy firme. No se puede dar por el culo a medias. Sería una farsa. En el Cirque du Soleil anal, no hay suplentes, no hay respaldos. Es un número en la cuerda floja, de principio a fin. En el culo, la verdad siempre sale a la luz. Una polla en un culo es como la aguja de un detector de mentiras. El culo no sabe mentir, no puede mentir: si mientes, duele, físicamente. El coño, en cambio, puede mentir nada más entrar la verga en la sala; lo hace continuamente. El coño está concebido para engañar a los hombres con sus aguas incitadoras, su predisposición a abrirse y sus dueñas airadas. Dejándome dar por el culo he aprendido mucho, pero sobre todo una cosa: he aprendido a rendirme. El otro agujero sólo me enseñó a sentirme utilizada y abandonada. Mi coño plantea la pregunta; mi culo da la respuesta. El coito anal es el acto que, de hecho, encarna definitivamente la máxima sagrada de Rainer Maria Rilke: «Vive ahora las preguntas». La penetración anal resuelve el dilema de la dualidad que plantea y magnifica la penetración vaginal. El coito anal va más allá de todos los opuestos, todos los conflictos —lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, lo alto y lo bajo, lo superficial y lo profundo, el placer y el dolor, el amor y la muerte—, y los unifica, los reduce a uno solo. Para mí es, por tanto, el Acto por antonomasia. El enculamiento ofrece una resolución espiritual. ¿Quién iba a decirlo? Si se me pidiera que eligiese un solo lugar de penetración para el resto de mi vida, optaría por el culo. Mi coño ha sufrido demasiado a causa de las falsas expectativas y la penetración no deseada, de movimientos demasiado egoístas, demasiado superficiales, demasiado rápidos o demasiado inconscientes. Mi culo, conociéndolo sólo a él, conoce sólo la dicha. La penetración es más profunda, más honda; está en el límite de la cordura. El camino directo hacia Dios a través de mis entrañas ha quedado despejado, abierto. Norman Mailer ve las rutas sexuales invertidas: «Así fue como por fin le hice el amor, ahora en una, ahora en la otra, una incursión en el Demonio y un viaje de regreso a Dios». Pero Mailer es un hombre, un perpetrador, un penetrador, no un receptor, no un sumiso. No ha estado, supongo, en mi comprometida posición. Mi anhelo es tan grande, tan abierto, tan cavernoso, tan profundo, tan largo, tan amplio, tan viejo y tan joven, tan, tan joven, que sólo una gran polla hundida hasta el fondo de mi culo puede saciarlo. Él es esa polla. La polla que me salvó. Él es mi respuesta a todos los hombres que vinieron antes que él. Mi venganza. Veo su polla como un instrumento terapéutico. Seguramente sólo Dios podría haber concebido semejante tratamiento a mi insondable herida: la herida de una mujer cuyo padre no la quería lo suficiente. Quizá no sea una herida de origen psicológico ni mucho menos, sino realmente el espacio interior que anhela a Dios. Quizá sea sólo el anhelo de una mujer que se cree incapaz de tener a Dios. Una mujer a quien su padre dijo hace mucho tiempo que Dios no existía. Pero yo deseo tener a Dios. El enculamiento me da esperanzas. Soy inaccesible a la desesperación cuando él me mete la polla por el culo, haciéndole sitio a Dios. Él me abrió el culo y, con esa primera embestida, puso fin a mi negación de Dios, puso fin a mi vergüenza y la sacó a la luz. El anhelo ya no está oculto; ahora tiene nombre. Éste es el trasfondo de una historia de amor. Un trasfondo que es la historia completa. La parte de atrás de una historia, para ser exactos. El amor desde dentro de mi trasero. Colette declaró que no podía escribirse sobre el amor cuando se estaba bajo su embriagador influjo, como si sólo el amor perdido tuviera resonancias. Yo, por mi parte, en este gran amor, no vuelvo la vista atrás, sino que más bien miro desde atrás, narro a partir de lo que he visto con el ojo de detrás. Éste es un libro donde el asunto principal es breve y lo que hay detrás lo es todo. Al fin y al cabo, lo que yo tengo detrás cuenta mucho. Cuando a una la han follado por el culo tanto como a mí, las cosas enseguida se vuelven muy filosóficas y a la vez muy tontas. Me han sacudido el cerebro junto con el culo. Cuando una mujer tiene una polla metida en el culo, se centra de verdad. La receptividad se convierte en actividad, no en pasividad. Hay mucho que hacer. Su polla perfora mi yang —mi deseo de saber, controlar, comprender y analizar— y obliga a mi yin —mi apertura, mi vulnerabilidad— a aflorar a la superficie. No puedo hacerlo sola, voluntariamente. Debo ser forzada. Él me folla en mi feminidad. Como mujer liberada que soy, es para mí la única manera de acceder a ella y conservar la dignidad. Boca abajo, con el culo en alto, no me queda más remedio que sucumbir y perder la cabeza. Así puedo vivir una experiencia que mi intelecto nunca permitiría, una traición a Olive Schreiner, Margaret Sanger y Betty Friedan, y una afrenta, desde la retaguardia, a muchas «feministas» modernas. Pero una vez ahí, no hay vuelta atrás: al control, a ponerme encima, a hombres más femeninos que yo. Sencillamente es así como se manifestó mi liberación. Para una mujer racional, la emancipación por la puerta de atrás nunca sería una elección. Puede ocurrir sólo como un don. Una sorpresa. Una gran sorpresa. Ésta es la historia de cómo llegué a experimentar —y a veces comprender— términos que aluden a la vida espiritual. He aprendido más sobre su significado y su poder por medio de la sodomía que de cualquier otra enseñanza. Y para mí el sexo anal es un acontecimiento literario. Las primeras palabras empezaron a fluir cuando él estaba en lo más hondo de mi culo. Su pluma en mi papel. Su rotulador en mi secante. Su cohete en mi luna. Es curioso de dónde saca una la inspiración. O cómo recibe una el mensaje. Después de mi iniciación supe que debía escribirlo todo. Seguir el rastro, prestar testimonio ante mí misma, ante él, ante la energía armónica que generábamos. Suficiente para horadar los parámetros de mi mundo existente. Suficiente para que la palabra «Dios» cobrase sentido. Suficiente para que la gratitud fluyese como el agua. Al fin y al cabo, yo no deseaba sólo un recuerdo. Inevitablemente, un recuerdo empañaría la verdad con la vanidad de la nostalgia y la autocompasión del deseo perdido. Yo quería documentación, como un informe policial, donde dejar constancia en el mismo momento —o poco después, como mucho una hora — de los detalles del delito, el delito de forzar la entrada y allanar mi culo, mi corazón. El informe diría: esto ocurrió, esto realmente sucedió en mi vida, teniendo yo plena conciencia del hecho. Además, si no lo escribiera todo, nadie lo creería jamás, y yo menos que nadie. No lo creí dos horas después de que él dejase mi cama. Así que lo escribí todo para hacerlo durar más. Para hacerlo real. Me pareció que las palabras eran la única manera de marcar el hito, de conservar mi experiencia transitoria de la eternidad. Esto es un documento testimonial. No paséis por alto el mensaje, distraídas por la profanidad del acto. Como veréis, soy una mujer que ha buscado toda su vida la rendición: encontrar algo, a alguien, ante quien poder someter mi ego, mi voluntad, mi triste mortalidad. Probé con distintas religiones y distintos hombres. Probé incluso con un hombre religioso. Y de pronto me encontró él, el agnóstico que exigió mi rendición. —Agáchate —decía, con delicadeza y a la vez con firmeza. Aún ahora lo oigo, un eco en las entrañas de mi ser. Follar por el culo es el gran gesto antirromántico, a menos, claro está, que, como es mi caso, la idea de romanticismo empiece cuando estás de rodillas con la cara contra una almohada. En el mundo de atrás, no hay lugar para la poesía, las flores ni las promesas de amor eterno. La penetración por el culo implica el filo duro de la verdad, no los suaves pliegues del sentimentalismo inherente al amor romántico. Pero follar por detrás es más íntimo que follar por delante. Te arriesgas a enseñar tu mierda, metafórica y literalmente. Al permitir a un hombre acceder a tus entrañas —tu espacio más profundo, el espacio que durante toda la vida te han enseñado a olvidar, a esconder, a mantener en secreto—, nace la conciencia. ¿Quién necesita diamantes, perlas y pieles? Aquéllas que nunca han estado donde he estado yo. La tierra prometida, el Reino. Si eres capaz de permitir que un hombre te dé por el culo —y sólo debería concederse ese privilegio al amante realmente sensible—, aprenderás no sólo a confiar en él, sino también en ti misma, sin ejercer el menor control. Y allí donde no hay control, está Dios. La humillación es mi mayor demonio, pero cuando ha sido penetrado el ojo de mi terror, siento que mi miedo es infundado. A través de esta rendición física, de este camino prohibido, he encontrado mi yo, mi voz, mi espíritu, mi valor… y la risa socarrona de una vieja bruja. Y no es un tratado feminista sobre la igualdad. Ésta es la verdad sobre la belleza de la rendición. El poder está en la rendición. Desde mi punto de vista, como veréis, me he topado con la broma cósmica, la ironía suprema de Dios. Entrad por la salida. Os espera el Paraíso.
 
Joseph Conrad no decepciona.
Diga que sí señor. Acabo de finalizar Lord Jim, lo primero que leo de este autor y me ha gustado. Escrito en 1900, trata sobre la delgada línea que separa la cobardía del valor y el intento de redimirse de su protagonista. Sutil y profundo y con buenos matices. Además de muchas referencias técnicas del ámbito marino y de geografía y lugares exóticos. Entretenido.
 
Conrad es de los pocos escritores, junto a Chesterton y muy pocos más, de los cuales puedes coger cualquier obra, a ciegas y sin referencias y maravillarte y hasta reconciliarte con el ser humano; incluso en estos tiempos de decadencia que nos toca vivir.

He acabado "El Instituto" de Stephen King. Se deja leer porque plantea un tema interesante sobre el control mental y el adiestramiento para el uso militar de facultades psicokinéticas y telepáticas, en este caso usando niños.
Como casi siempre con SK le sobran cerca de 200 páginas de las 600 que posee y deja un final un poco gñe y apresurado. Le doy 4 Roquetitos.

Tras la obligación (de SK me leo todo lo que caga, mientras aún le humea el ojaldre) he vuelto con la devoción.
He vuelto con la saifi de alto nivel. Me estoy releyendo la Tetralogia de Hyperion de mi hamado Dan Simmons. Tal y como la recordaba, sublime:

hyperion.jpg
 
He vuelto con la saifi de alto nivel. Me estoy releyendo la Tetralogia de Hyperion de mi hamado Dan Simmons. Tal y como la recordaba, sublime:

hyperion.jpg

F4FDFCB1-ECFC-4639-91F7-0E85978F7AE1.jpeg


Qué tal la serie? Quería verla después del libro. Que es bastante flojillo, por cierto. A Dan le tengo cariño porque sus Hyperion me dieron buenos ratos de rapaz pero es regularcete. En este caso es un Hodgson con resaca, sin llegar nunca a los excelsos bellos y terribles historias marinas del gran William Hope.

Quizá si no hubiera leído a Hodgson lo hubiera disfrutado más, pero de historias de horror en el mar y el hielo ya lo dijo todo el marinero inglés.
 
Última edición:
Yo me aproximé a Hyperion en un arrebato de leer épica sci-fi y, hostias, vaya truño. Aguanté hasta la mitad porque entendía que una novela que se supone que es cumbre del género tendría que ponerse interesante en cualquier momento. Nunca ocurrió.

Me estoy leyendo Dirección Única de Walter Benjamin y menuda gozadera. Voy despacito porque es corta y se presta al paladareo, a la lectura lenta. Pego un fragmento:


_____________

Estas plantaciones se encomiendan a la protección del público

¿Qué se ha «resuelto»? ¿Todas las cuestiones de la vida vivida no han quedado atrás como un boscaje que nos impedía la visión? En talarlo, siquiera en aclararlo, difícilmente pensamos. Seguimos caminando, lo dejamos atrás y se lo puede vislumbrar desde lejos,pero indistinto, sombrío y tanto más misteriosamente enmarañado.

El comentario y la traducción se comportan con el texto como el estilo y la mímesis con la naturaleza: el mismo fenómeno bajo distintos enfoques. En el árbol del texto sagrado ambos no son sino las hojas eternamente rumorosas; en el árbol del profano, los frutos que caen a su debido tiempo.

Quien ama no se aferra solo a los «defectos» de la amada, no solo a los caprichos y las debilidades de una mujer; mucho más duradera e inexorablemente que cualquier belleza lo atan las arrugas en el rostro y las manchas en la piel, los vestidos raídos y un andar desigual. Ha mucho que se sabe esto. ¿Y por qué? Si es cierta una doctrina que dice que la sensación no anida en la cabeza, que una ventana, una nube, un árbol no los sentimos en el cerebro sino más bien en el lugar en que los vemos, también al contemplar a la amada estamos fuera de nosotros. Pero aquí torturadamente tensos y embelesados. Deslumbrada,la sensación revolotea cual una bandada de pájaros en el resplandor de la mujer. Y así como los pájaros buscan protección en los frondosos escondrijos del árbol, las sensaciones huyen a las arrugas umbrosas, los gestos sin gracia y las máculas discretas del cuerpo amado, donde se acurrucan seguras como en un escondrijo. Y ningún transeúnte adivina que es precisamente aquí, en lo imperfecto, censurable, donde anida, veloz como una flecha, el ímpetu amoroso del adorador.
 
Última edición:
Me terminé hace muy poco Satan Burger. La tuve años en la lista de pendientes porque la ponían de rompedora, revolucionaria, transgresora, la génesis de un género.

Una puta mierda.

Intenta ser surrealista y se le nota demasiado el esfuerzo. Por dos sonrisas que te saca no vale la pena, se hace pesadísimo. A las 60 páginas lo iba a dejar, busqué alguna opinión más en internet, decían que el final sorprendía. Apreté el culo y me tragué 200 bocanadas más de una prosa torpe, sin estilo, como si la hubiera escrito un chaval de 16 años intentando ser malote.

Una puta mierda.
 
Qué tal la serie? Quería verla después del libro. Que es bastante flojillo, por cierto. A Dan le tengo cariño porque sus Hyperion me dieron buenos ratos de rapaz pero es regularcete. En este caso es un Hodgson con resaca, sin llegar nunca a los excelsos bellos y terribles historias marinas del gran William Hope.

Quizá si no hubiera leído a Hodgson lo hubiera disfrutado más, pero de historias de horror en el mar y el hielo ya lo dijo todo el marinero inglés.

Bueno, sacar a William Hope Hodgson es artillería pesada, casi nucelar; es el puto Maestro del Terror en el Mar y aún en obras alejadas (The Nightland y La Casa en el Confín de la Tierra) demuestra que es uno de los Grandes. Maestro de EichPiEl, nada menos...

Simmons me parece un escritor enormemente solvente, para ser contemporáneo. Palo que toca palo que queda muy bien reflejado. Su Carrion Comfort es una Obra Maestra del terror indiscutible. La serie Hyperion y Olimpo me parecen de lo mejorcito que se ha escrito en ciencia ficción en muchos años.

El Terror me pareció excepcional, la labor de estudio y bibliografía que realizó hasta el menor detalle y la recreación de la época, el pensamiento y mentalidad de mandos y tripulación es encomiable y muy verosimil.
La serie está bien, sus valores de producción son muy buenos y aunque falsea y acorta muchos hechos del libro es bastante recomendable.

A mi modo de ver, la mayor cagada entre libro y serie es que
en el libro la historia del Tuunbaq es mucho más rica y onírica e incluso podría personificar el mal, el caos y la desesperación de la expedición. En la serie se limitan a sacarlo como un monstruito devorador de hombres, muy pobre y demasiado explícito
 
¿Habéis leído alguna biografía interesante últimamente? Tras la muerte de Chirac el otro día y descubrir un poco acerca del personaje de puertas para adentro me ha entrado la curiosidad.

Hay un par de hilos en el foro, pero algo antiguos. Uno que abrió @mundele contando la vida de Tesla y otros que sí hacen referencia a libros, pero son algo viejos.

Me interesan miserias de hombres de Estado y mierdas así.

PD: A Chirac lo llamaban "El amante de los cinco minutos -ducha incluída-".
 
Bueno, sacar a William Hope Hodgson es artillería pesada, casi nucelar; es el puto Maestro del Terror en el Mar y aún en obras alejadas (The Nightland y La Casa en el Confín de la Tierra) demuestra que es uno de los Grandes. Maestro de EichPiEl, nada menos...

Además tiene biografía de la hostia, un tipo especial. Era un hombre de acción, el Hemmingway de los mares, estaba petado, fue marino por todo el mundo, buen bebedor, buen púgil, escritor infravalorado y desconocido.

Para los que no lo han leído, recomiendo “Los mares grises sueñan mi muerte” que es una compilación brutal que hiciera la editorial Valdemar. Una joya. Es un libro top, en lo suyo solo le sobrepasa Lovecraft. Y no siempre.
 
Hasta su muerte resulta escalofriante. Fue volatilizado por un obús enemigo en la batalla de Ypres en 1918, en la WWI.
Los hombres de antes... desintegrado a la tierna edad de 40 años.

Un Maestro a reivindicar y que estaba como un queso el jodio...

500bf12c006605589ab906ebce2533da4288e9a3v2_hq.jpg
 
Ahora mismo ando leyendo esto, muy recomendable si os va el asunto:

M1OtvMR.png
 
Ver el archivos adjunto 41237

Qué tal la serie? Quería verla después del libro. Que es bastante flojillo, por cierto. A Dan le tengo cariño porque sus Hyperion me dieron buenos ratos de rapaz pero es regularcete. En este caso es un Hodgson con resaca, sin llegar nunca a los excelsos bellos y terribles historias marinas del gran William Hope.

Quizá si no hubiera leído a Hodgson lo hubiera disfrutado más, pero de historias de horror en el mar y el hielo ya lo dijo todo el marinero inglés.

A mi la serie me gustó, pero por la ambientación, las buenas actuaciones, música puesta en escena. Pero luego el argumento es algo simplón y se flipan mucho con el animal, tiene demasiado peso en la trama. No se si en el libro será igual.


He visto en el Pryca Sidi de Perez Reverte, sobre el Cid, y La conquista de América contada para escépticos. Alguien los ha leído o está en ello?
 
Última edición:
He visto en el Pryca Sidi de Perez Reverte, sobre el Cid, y La conquista de América contada para escépticos. Alguien los ha leído o está en ello?

Pérez-Reverte escribe guiones cinematográficos, tiene su mérito y cierto talento. Se cree que puede sentarse a la mesa con los grandes, pero no, es un escritor de los que antes llamaban constumbrista.

Pero si quieres algo ligerito, testosteronico y lapidario está muy bien. Bueno, si es fiel a su estilo porque el del Cid no lo leí.
 
¿Habéis leído alguna biografía interesante últimamente? Tras la muerte de Chirac el otro día y descubrir un poco acerca del personaje de puertas para adentro me ha entrado la curiosidad.

Hay un par de hilos en el foro, pero algo antiguos. Uno que abrió @mundele contando la vida de Tesla y otros que sí hacen referencia a libros, pero son algo viejos.

Me interesan miserias de hombres de Estado y mierdas así.

PD: A Chirac lo llamaban "El amante de los cinco minutos -ducha incluída-".
A mi me gustó mucho este

ad098b733e7351a1b343c18444b225d864c8d4ee.jpeg
 
¿Y algún personaje que fuese influyente (preferiblemente a nivel político) sobre la segunda mitad del siglo XX? Ya sabéis, cuando el mundo era un lugar mejor y la sordidez no se exhibía en twitter y tal.

Un poco pronto para biografías imparciales y sin censura, quizá.

No tiene mucho que ver, pero en plan reportaje/libro de viaje son interesantes los de Kapuscinski. Se ha dicho que era un espía soviético y que se inventaba la mitad, pero aun con las debidas precauciones, es muy entretenido.

De la primera mitad del XX, pero mirando mucho más atrás, molan bastante los ensayos (Momentos estelares de la humanidad, El mundo de ayer) y biografías que escribió Stefan Zweig. La de María Antonieta me encantó: es un culebrón de tres pares de cojones, muy bien contado en un estilo viejuno que engancha si tienes alma de portera.
 
Estoy leyendo las Historias de Heródoto y son una pasada. Cuenta una de Jerjes buenísima, cuando perdió contra los griegos en Salamina. El tío embarcose huyendo con buena parte de su ejército en un barco fenicio, pero de camino a casa los pilló una tormenta terrible y Jerjes suplicole al capitán fenicio que lo salvara. Dijo el capitán que el barco iba muy cargado, que habría que liberar lastre; así que Jerjes exigió a sus hombres un sacrificio por él y estos fieles soldados se arrojaron a la mar. Pues cuando llegaron a tierra, Jerjes cubrió en oro al capitán por haberle salvado la vida, y el mismo día lo decapitó por hacerle perder hombres de su ejército.
 
Última edición:
Estoy leyendo las Historias de Heródoto y son una pasada.

Pero lo que más mola es el salto temporal desde la antigüedad clásica a la puta mierda postcolonial. Todo el rollo de "aquí empezó todo, blablablá" y ahora (entonces, en los 70) son una colla de moros chulos y amenazantes con sus kalashnikov... Poca broma!
 
Ha llegado a mis manos "Después del Reich" de Giles MacDonogh, ¿opiniones?
 
Ha llegado a mis manos "Después del Reich" de Giles MacDonogh, ¿opiniones?
Algo denso, pero imprescindible. Toca un tema poco habitual ya que para los Aliados es incómodo y los alemanes no querían ser acusados de victimismo.

Obviamente, aunque de forma indirecta, es munición para los neonazis.

Absolutamente recomendable aunque, como digo, puede ser algo denso. Y tampoco resulta siempre una lectura agradable por el tema que trata.
 
No me pude resistir primo

C915CA25-CE3A-446F-9A3A-A12EFF7C1016.jpeg


Tiene pinta de ser un Rodrigo estilo vaquero en Oregon, estilo Marcial Lafuente Estafanía.

87DFF344-10E7-42B6-BBBD-BB0A850D3283.jpeg


Calidad precio es el primer espada más guay de ahora, con Soto Ivars. Clase media. Nada tiene de malo, la literatura es -principalmente- entretenimiento.
 
Última edición:
978607314991.JPG


Resumen: el hombre más rico del mundo, con la ayuda de la protagonista, saca a la venta una línea de productos de placer femenino. Tienen tanto éxito que las mujeres abandonan totalmente cualquier actividad vital que no sea masturbarse. Pero el plan va mucho más allá. La protagonista, claro, va a intentar impedírselo.

Después de este libro se me quitan las ganas de leer nada más de Palahniuk (autor del Club de la Lucha, para que nos entendamos). No es el peor (el peor es Pigmeo, que no fui capaz de acabar) pero desde luego no es bueno. Me ha hecho más de una vez levantar la ceja de incredulidad ante lo que estaba leyendo. No es que no pudiera creer lo que estaba sucediendo, es que no podía creer cómo me lo estaba contando. Es un estilo muy explícito, y no me refiero sólo al sexo, que es de lo que trata la novela básicamente, mujeres buscando el placer y la consecuente ruina de la civilización. Es explícito porque te lo explica todo y te lo da bien mascadito, no sea que se te escape algo y no llegues a la conclusión necesaria.

Pero en fin, me lo voy a acabar porque la historia me interesa, a pesar del estilo, y porque me apetecía mucho leer algo, a ver si se me espabilan un poco las neuronas, que últimamente no leo tanto como me gustaría.
 
Arriba Pie