yo llevare toda mi basura a la casa de gallardon para que el la recicle
valiente cara de otro
En este año 2008, en el que se cumple el quinto centenario del Amadís de Gaula, obra maestra de la literatura medieval fantástica e inspiradora de Cervantes para escribir Don Quijote de la Mancha:
Una vez realizado el cambio horario y a cinco semanas vista del adviento, sólo tengo una cosa que decirle, tras haber salido del foro putas para aparecer en el general.
En letras pequeñas y susurrando, para que no se me escandalice.
Y sí, hay que reciclar, amigos. Pero más que materiales retornables, seres humanos mayores de 65 años. A esa edad, quien no reconozca que no vale para nada, es que no ha aprendido la valiosa lección que nos enseña la vida, por lo tanto, debe ser depurado.
Sus ropas serían muy útiles para los niños pobres, pues estamos hartos de ver cómo reclaman ayuda humanitaria con camisetas falsas de Ronaldo y Valderrama. No hay quien se crea eso. Al contrario, si vistieran con calzoncillos marianos, pantalón sobaquero, boina y cuerda a modo de cinturón, ablandarían nuestro corazoncito.
Sus huesos podrían servir para fabricar VPO Jesús Gil Style. Todas caerían al poco tiempo dada la artrosis y enfermedades degenerativas que padecen estos decrépitos humanos, lo que haría que los supervivientes de la tragedia comprasen nuevas viviendas. Eso reactivaría el consumo, objetivo que llevan ya demasiado tiempo buscando los gobiernos del mundo.
La carne serviría para que los animales carnívoros en peligro de extinción se alimentasen, lo que evitaría su desaparición y ayudaría a luchar contra el calentamiento global.
Lo dicho, reciclar a los ancianos es la solución.