Con respecto a los de Oviedo, gente indeseable donde las haya, he de contar una anécdota absolutamente verídica:
Encontrábame yo buscando otro piso un par de años ha, para alquilar, en otra ciudad diferente de Oviedo, que no revelaré por discrección, y en una de las consultas a una inmobiliaria, la señorita va y me suelta:
"Oye, ese acento, ¿tu no serás de oviedo?"
A lo que yo digo (mas o menos): "Soy astur, más no de Oviedo, si no de otra Ciudad mil millones de veces mejor, lógicamente"
Y responde: "Ah, bueno, porque si fueras de Oviedo, directamente no te alquilo el piso. Todos los de esa ciudad dieron problemas, y básicamente eran unos indeseables. Me niego a alquilar un piso a nadie de Oviedo de por vida. Por mi los echaría a todos de Madrid."
"Que me va a contar, señora, tiene toda la razón"
Y es cierto, en Oviedo se centran los especímenes más absolutamente despreciables de toda la faz. Son una especie de pueblerinos que hablan una especie de asturiano castellaniazau porque piensan que si se dejan se parecerán a los aldeanos que ellos consideran tienen a su alrededor. Además de ello, son pijos con saña, pero no pijos de aquí de Madrid, que son inocuos, son pijos de los palurdos, paletos, que apestan solo verlos por sus miradas aviesas y su pertinaz falta de luces.
Si estuviera en mis manos, los vestiría con ropa del pryca uno por uno hasta que se desintegraran por el escozor, por el bien de la especie y de los asturianos.