jack frost
Forero del todo a cien
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- 29 Abr 2004
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continuará...
DOS DÍAS MÁS TARDE
Primero pensar en el suicidio, idea recurrente y en cierto sentido lógica. Desde lo ocurrido el suicidio se presentaba como una liberación, el final del dolor, sufrimiento... adiós. Idea que tras lo visto en aquél jodido garaje se presentaba, ¡qué ironía!, como la única idea lógica. Ella había sido asesinada por... por... por eso. Aquellas cuatro... cosas... seres... lo que coño fuesen. Ellos la habían matado. Era inconcebible. Era una ofensa contra Steffi y contra Dios.
Sí, la idea del suicidio le seducía. Reunirse con Steffi. Pero... ¿habría ido ella al cielo? ¿Sólo mataban o destruían el alma? ¿Qué la habían hecho? ¿Era ella eso? No, no podía serlo. La profesora Satania(maldita ella) había dicho que para que hubiese transformación el vampiro debía dar a beber voluntariamente la sangre. O algo así... ¿Cómo saberlo? Buscas a un par de chiflados y te encuentras cara a cara con un monstruo de literatura barata, monstruo por otra parte que te ha arrebatado lo único que da sentido a tu vida de una manera espantosa y terrorífica. Aquellos malditos hijos de Satán se habían alimentado con ella...
Entonces decidió que se suicidaría. Pero no de inmediato. Primero los encontraría, fuesen donde fuesen, fueran lo que fuesen. Los encontraría y entonces que Dios se apiadara de ellos porque él no lo haría. Ellos eran los señores del horror y el sufrimiento. Pero se iban a encontrar con eso mismo. Tendrían que matarlo para que él no lo hiciese.
Ahora iba en tren. Satania tenía en un bolsillo un prospecto sobre un lugar llamado Camargo, en Cantabria, un lugar que él conocía y no se alegraba de ello pues muchos de sus lugareños tenían el corazón podrido.
Tal vez estuviesen de camino allí. Era un comienzo como cualquier otro. No conocía el camino que debía tomar. Pero se conjuró con su final.
DOS DÍAS MÁS TARDE
Primero pensar en el suicidio, idea recurrente y en cierto sentido lógica. Desde lo ocurrido el suicidio se presentaba como una liberación, el final del dolor, sufrimiento... adiós. Idea que tras lo visto en aquél jodido garaje se presentaba, ¡qué ironía!, como la única idea lógica. Ella había sido asesinada por... por... por eso. Aquellas cuatro... cosas... seres... lo que coño fuesen. Ellos la habían matado. Era inconcebible. Era una ofensa contra Steffi y contra Dios.
Sí, la idea del suicidio le seducía. Reunirse con Steffi. Pero... ¿habría ido ella al cielo? ¿Sólo mataban o destruían el alma? ¿Qué la habían hecho? ¿Era ella eso? No, no podía serlo. La profesora Satania(maldita ella) había dicho que para que hubiese transformación el vampiro debía dar a beber voluntariamente la sangre. O algo así... ¿Cómo saberlo? Buscas a un par de chiflados y te encuentras cara a cara con un monstruo de literatura barata, monstruo por otra parte que te ha arrebatado lo único que da sentido a tu vida de una manera espantosa y terrorífica. Aquellos malditos hijos de Satán se habían alimentado con ella...
Entonces decidió que se suicidaría. Pero no de inmediato. Primero los encontraría, fuesen donde fuesen, fueran lo que fuesen. Los encontraría y entonces que Dios se apiadara de ellos porque él no lo haría. Ellos eran los señores del horror y el sufrimiento. Pero se iban a encontrar con eso mismo. Tendrían que matarlo para que él no lo hiciese.
Ahora iba en tren. Satania tenía en un bolsillo un prospecto sobre un lugar llamado Camargo, en Cantabria, un lugar que él conocía y no se alegraba de ello pues muchos de sus lugareños tenían el corazón podrido.
Tal vez estuviesen de camino allí. Era un comienzo como cualquier otro. No conocía el camino que debía tomar. Pero se conjuró con su final.