Las críticas de otros padres no vienen casi nunca de la convicción sobre qué es lo correcto. Vienen de su profundo remordimiento por no hacer lo que en el fondo saben que es mejor.
Cuando no tienes suficiente dinero para pagar las facturas y te toca ir a un trabajo que detestas en lugar de estar con tu familia, te jode, pero hay que hacerlo. Puedes afrontarlo estoicamente como un adulto, odiar a tus hijos por ello, odiarte a ti mismo por no ganar suficiente o, como hace la mayoría, odiar a los que deciden pagar menos facturas para poder pasar más tiempo con sus hijos. Y así con todo. «No lleves al niño tanto en brazos, se va a enmadrar, ponlo en el carrito para que llore y sepa que a sus padres les importa una mierda su opinión». «Se tienen que socializar, llévalo a que lo ignoren 6 horas en la guardería mientras va cagado, meado y se contagia de todos los virus de la ciudad». «El colegio es muy importante, todo el mundo lo hace y mira lo bien que les va, el tuyo va a salir rarito».
Lo que tu situación «te permite» depende de dónde pones la línea de lo que es prescindible. No conozco a NADIE de mi entorno que haya tomado la decisión que hemos tomado nosotros. Nadie piensa que pueda permitírselo. Porque nadie quiere renunciar a nada. Las únicas excepciones que conozco son madres rusas, que en su país tienen 1 año de baja, que no meten a sus hijos en la guardería tan pronto como las británicas. Y un británico que tiene 25 años más que yo y en su momento, con la situación económica tan diferente, ya consideró difícil que su mujer se quedara en casa.
Haz los putos números. Piensa en lo que cuesta una guardería, el tiempo de ir a recogerlos, el tiempo que pagas de guardería pero no te dejan llevarlo porque está visiblemente constipado y tienes que hacer malabares con el trabajo y un niño enfermo. Piensa en la mierda que te van a pagar, en lo mal que va a opinar tu jefe de ti porque ser madre sea casi tan importante como entregar los putos informes que ni siquiera te ha definido bien, en el ascenso que le van a dar a otros que siguieron trabajando durante la baja de paternidad. Piensa, aunque no te lo puedes ni imaginar aún, en el esfuerzo que conciliar ambos roles supone y en lo deprimente que va a ser cuando entiendas que estás haciendo ambas cosas a medias. Piensa en el colegio de pago al que necesitas llevarlos para no estar en la mierda de la pública rodeado de Mojamés y Fátimas recibiendo el credo neoprogre.
Esperar a que todo lo demás se arregle para tomar una decisión que crees correcta es un error. Entiendo que quieras buscar estabilidad para afianzar el nido, pero lo que tú misma estás diciendo te pone la realidad delante: la precariedad y los contratos inestables están ahí, llevan décadas siendo así y no van a mejorar. Los 3 primeros años de vida de tus hijos son mágicos, no porque sean bonitos ni cursiladas de esas, su cerebro tiene una neuroplasticidad de un nivel acojonante que no se va a mantener tras esa etapa. Su desarrollo motriz y neurológico para el resto de su vida está condicionado por lo que pase en ese tiempo en el que tú te estés «reincorporando al trabajo».
No pretendo convencerte, no creo que sea posible. Pero al menos sí espero que no te mientas a ti misma, que no tomes las decisiones condicionada por un entorno que ha sido engañado tanto o más que tú. Tu trabajo va a ser una mierda el resto de tu vida, por mucho que te paguen. Limpiar el culo cagado de tus hijos es un millón de veces más importante que la reunión con el CEO de Percebesa. Quien piense lo contrario entiende la vida al revés y será la vida misma quien se lo explique tarde o temprano.