Mmmm, tengo mis dudas. La palabra es un afrodisiaco de primera categoría. Las frases que me han dicho en los momentos de pasión, cuando abandonadas al deseo, sumergida la prudencia bajo litros de almibarado flujo me pedían "cinta de lomo" "rompeme el culo" o "méteme ese pollón y llename el coño de leche" son aderezos sexuales que perdemos con las sordas, que si bien hablan, no dominan el al completo este repertorio. Estoy convencido sin embargo, que la clandestinidad y el morbo que nos ofrece el sexo obscuro de los minusválidos nos compensa de alguna manera.
Benito, si lees esto, iluminanos. Tuyas son las conquistas con mancas, con mujeres de todas las clases sociales y enfermedades psíquicas. En tu lista estoy seguro de que no falta una sorda.